Debido a la dureza de su temática, desde hacía tiempo tenía pendiente ‘Examen de conciencia’, la miniserie documental de tres episodios de Netflix sobre la pederastia en el seno de instituciones de la Iglesia española.
Con la muerte de mi madre en verano no he tenido ganas de ver nada que me removiera demasiado. Sin embargo, anteayer la empecé y, a pesar de la crudeza y el horror de los casos que relata —y el panorama de fondo que nos hace pensar que los casos denunciados son sólo la punta del iceberg—, la devoré de una sentada.
Si hay un aspecto que suele incomodarme de este tipo de documentales suele ser el morbo con el que están tratados; pero ‘Examen de conciencia’ no cae en el amarillismo. Es un relato riguroso y respetuoso que no se ceba en los detalles que todos podemos imaginar, sino que pone énfasis en algo mucho más importante: la capacidad de levantarse y reaccionar cuando un trauma ha paralizado tu vida.
A través del testimonio de Miguel Ángel Hurtado que, después de permanecer casi 20 años en silencio se ha convertido en activista para ayudar a otros como, en su día, lo ayudaron a él, la serie recoge reflexiones de periodistas, víctimas, religiosos e, incluso —y esto es lo más perturbador— de abusadores, que reconocen los hechos maquillándolos con todo tipo de justificaciones morales.
El controvertido caso del colegio Maristas, las colonias católicas y otras instituciones quedan en entredicho sobre todo por una manera de proceder que, según las víctimas, ha seguido una metodología muy similar donde se «desplaza» al pederasta, pero no se le denuncia.
El documental integra algunas escenas de gran impacto emocional como los enfrentamientos de las víctimas con sus depredadores, con la desgarradora necesidad de que se reconozca lo sucedido, y donde sobrecoge la valentía de plantar cara a quien les destrozó la vida a muchos niveles cuando solo eran niños.
Sin embargo, lo que más me ha conmovido es el espíritu que trasmite sobre la importancia de unión de las víctimas que, como en el caso del #MeToo, al verse respaldadas por otras personas en sus mismas circunstancias, vencen la vergüenza y el miedo para señalar tanto nombres propios como a las instituciones que los ampararon con su silencio.
Por ello, ‘Examen de conciencia’, dirigida por el periodista Albert Solé, es un trabajo sobresaliente que huye del sensacionalismo y enseña la gran labor social que puede llevar a cabo el periodismo que no busca el morbo sino la justicia.
gracias a las víctimas y a netflix por vuestra valentía
10 febrero 2019 | 17:57