Uno de los acontecimientos seriéfilos de final de año suele ser una nueva tanda de episodios de Black Mirror que, este 2018, se ha reinventado ofreciendo una experiencia interactiva con el episodio Bandersnatch.
Ayer estuve toda la tarde dedicada a experimentar las diferentes opciones que ofrece y, lo cierto, es que disfruté bastante de la toma de decisiones a contrarreloj (diez segundos para elegir) y me reí con algunas de las reacciones de los personajes ante determinadas vías, sobre todo las más cruentas.
No cabe duda de que Bandersnatch posee la fina ironía y el toque de humor negro made in Charlie Brooker, y el episodio ofrece un abanico de temáticas que se relacionan con su universo y que nos sitúan de nuevo en esa realidad donde la tecnología puede aproximarnos un poco más al infierno.
Uno de los mejores alicientes de esta entrega ha sido la incorporación de la propia empresa que la hace posible (Netflix) a la historia, con un guiño metarreferencial que le dice al espectador que ese futuro distópico ya está aquí y él lo esta haciendo posible.
A nivel interactivo, la experiencia es divertida. Y si uno tiene un poco de ingenio en la toma de decisiones sabrá ir hacia delante en la historia, sobre todo si no se deja arrastrar por el conservadurismo a la hora de elegir.
Además, la forma de ver el episodio —en cierta manera dirigida—, también hace referencia a una de las temáticas del episodio: la tecnología nos controla y nuestro libre albedrío no es tal.
Porque, en realidad, Bandersnatch está lleno de callejones sin salida que te «reconducen» a la buena dirección y solo de la mitad hacia el final se ramifica de manera notable.
Sin embargo, como ha pasado con el cine 3D, la tecnología no es suficiente para fidelizar al espectador si detrás no hay una buena historia.
En ese sentido, Bandersnatch no destaca por su originalidad ni estética. La mezcla entre futuro y años 80 —el abuso de la nostalgia— ya empieza a ser un cliché, y las realidades alternativas es un tema trillado que, para que funcione, necesita una vuelta de tuerca (mucho mejor son USS Callister o San Junipero, por ejemplo).
Asimismo, el hecho de regresar atrás y volver a ver lo mismo estilo ‘día de la marmota‘ personalmente me aburre y rompe la burbuja que produce una buena narración.
Con este episodio Netflix y Black Mirror se han marcado un tanto en factor sorpresa, pero para que la serie siga creando expectación lo más importante son buenos guiones que nos golpeen el estómago y nos hagan reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos y el futuro que queremos crear.