¡Feliz Navidad, familia seriéfila! Quizás sois de los que disfrutéis con estos días en familia. Pero, si por el contrario os estresan y necesitáis relajaros tras los cuñaos hablando de el procés, podéis poner en la mesa una silueta de cartón con vuestro cuerpo y retiraros a la habitación para deleitaros con estas tres joyas.
Da igual si las habéis visto: las grandes series se disfruta más con las revisiones. Que me lo digan a mí, que ya he visto ‘Los Soprano’ cuatro veces, The Wire dos y Mad Men otras dos, y las experiencias fueron mejores que la primera vez porque pude fijarme en la riqueza de los detalles en los que no había reparado.
Breaking Bad
Un icono televisivo que se ha situado en el podio de las mejores ficciones catódicas. Una caravana, metanfetamina azul y un viaje hacia la oscuridad que no podrás olvidar.
Con el final de Breaking Bad me pasó una cosa que experimento siempre que una obra te llega: que me han contado la verdad, sin fingimientos, y que esas emociones sirven para cincelar mejor tu vida, a modo de guía moral que responde las cuestiones fundamentales que se plantea el ser humano: cuál es el sentido de la existencia, qué es lo que vale la pena, a qué estamos dispuestos a renunciar, a qué precio.
El viaje a los infiernos de Walter White, sus motivaciones y toda la galería de los ya míticos personajes convierten a Breaking Bad en un referente de la televisión y en una experiencia moral.
The Crown
The Crown, el biopic sobre la reina Isabel II creado por Peter Morgan (que ya abordó el tema de la casa real en el guion de The Queen, de Stephen Frears), destila calidad por todos sus poros.
La producción es un deleite visual, cuidado hasta el último detalle en la puesta en escena y ambientación; la elegancia en la dirección y supervisión de Stephen Daldry (que dirige algunos episodios y es productor ejecutivo) se manifiesta en cada plano y la exquisita banda sonora logra realzar el dramatismo y emoción de las escenas.
Asimismo, Claire Foy realiza uno de los papeles de su vida (por el que ha obtenido reconocimiento en los grandes premios), y el resto delreparto actoral es impecable: Matt Smith, John Lithgow, Jared Harris van a dejarte boquiabierto. Tiene 2 temporadas.
Mad Men
Mad Men es una serie única y original, una joya televisiva que aportó a la edad dorada de la televisión una nueva forma de concebir el medio: con inteligencia, elegancia, clase, respeto por el espectador y una escritura sutil capaz de revelar el alma humana de una forma que pocas series han conseguido.
La carencia de fisuras, la cohesión argumental y estética de una narración asombrosa, de detalles casi invisibles pero sumamente significativos, capaz de sumergirnos en el pálpito de una época de cambios y turbulencias político-sociales al mismo tiempo que nos desvela las complejidades de las vidas encerradas en una elegante oficina de publicidad, configuran una de las mejores series que he visto, merecedora de nada menos que cinco premios Emmy a mejor drama.
Y esto es la basura que se estila en la actualidad: maratonear series. No importa el número de capítulos. Pones el primero, le das al autopnay y hasta que te quedas dormido. Y si necesitas cuatro días enteros… no pasa nada.
Esto genera el problema de que los contratos con las distribuidoras sean cada vez más cortos, lo que unido A LA FALTA TOTAL DE INFORMACIÓN POR PARTE DE LOS PROVEEDORES FINALES (léase netflix, hbo, amazon prime, etc… ), provoca que a los que nos gusta ver series a un ritmo más normal y pausado, nos quedemos a oscuras a mitad de las mismas.
EStaba mirando Californacation: me enteré de rebote que la eliminaban el 17 de octubre.
Scandal y Agents of Shield en prime: desaparecidas de golpe y sin avisar.
Pero claro… hoy se estilan los telemaratones, esos en que te tragas las 13 temporadas enteras de más de 22 capítulos de MENTES CRIMINALES (naaaa… son solo cerca de 300 capitulitos que se ven en un fin de semana algo laaaaaargo).
25 diciembre 2018 | 15:41