Lo vimos en Man on the Moon. Jim Carrey no es solo un impresionante actor cómico. También es capaz de estremecernos con un registro trágico que, en la película de Milos Forman, llegó a su culmen.
Kidding, la nueva serie de Showtime, cuyo reclamo principal es su nombre, se postula como otra de sus grandes actuaciones dramáticas en una comedia que hace llorar.
El piloto es uno de los más emocionantes que he visto en los últimos tiempos. El rostro avejentado de Carrey, donde todavía se aprecia el eterno gesto infantil y cambiante, sirve para mostrarnos en escasos compases un personaje tierno y patético, desolado por los golpes de la vida.
Carrey encarna a Mr. Pickles, el presentador/showman de un programa televisivo infantil que es una marca en sí mismo, y que se ha convertido en una estrella mediática ofreciendo una visión edulcorada de la vida a los más pequeños.
Pero la vida no es televisión, y Mr. Pickles trata de rehacer su existencia tras su divorcio y el fallecimiento de su hijo.
Con unas pinceladas de un humor negrísimo, el primer episodio nos adentra en las contradicciones de su personaje, que mantiene tanto dentro como fuera de la pantalla, mostrándose empático y amable con los que le rodean hasta resultar esperpéntico.
Su verdadera personalidad frente a su imagen pública, los problemas de relación con su familia (su hijo y su mujer) y la necesidad de expresar su dolor poniendo en jaque un negocio de millones de dólares configuran una excepcional premisa en una comedia dramática muy particular, que promete ofrecer grandes momentos.
La serie, integrada por diez episodios en su primera temporada, ha sido creada por Dave Holstein y dirigida por Michel Gondry. Se puede ver en Movistar.