Ayer, 23 de mayo, hizo ocho años del final de Perdidos (Lost), la serie con la que dio comienzo la locura por las narraciones serializadas y que a todos nos atrapó con su misterio, las historias de vidas de sus personajes y unos cliffhangers que nos dejaban al borde del infarto. Recuerdo a mi madre viéndola y diciéndome con ojos como platos: «Esto es droga«.
Así es.
Perdidos se convirtió en mucho más que una serie de televisión: fue un fenómeno que arrastró a millones de espectadores y que forma parte del imaginario colectivo de la cultura pop, con su iconografía (el vuelo 815 de Oceanic, el símbolo de la Iniciativa DHARMA, la isla, el humo negro, los números 4 8 15 16 23 42 y la escotilla), sus inolvidables personajes y, por supuesto, la polémica de su final.
Es innegable que las primeras tres temporadas de la serie fueron excelentes. Sin embargo, a partir de la cuarta los creadores comenzaron introducir giros y nuevos misterios que no supieron conectar con la historia anterior y que quedaron irresolutos generando la frustración y el odio de los fans que la habían seguido fielmente.
¿Y qué decir del final? Atención, spoilers!
Mi relación con Perdidos fue satisfactoria hasta la tercera temporada. A partir de ahí, empecé a verla un poco por inercia: quería saber qué había detrás del misterio de la isla y del humo negro, y qué ocurriría con aquellos personajes que me habían hecho creer que la tele era más adictiva que la blue meth.
Así que no fui uno de los que madrugaron para ver el ansiado capítulo. Lo vi sin demasiadas expectativas. Y, como por entonces no tenía Twitter, sin presión del fandom entregado en busca de milagros de última hora.
Debo reconocer que eché alguna lagrimilla con el reencuentro en la Iglesia. Pensé con una sonrisilla maliciosa: «Vale, no estaban muertos», pero no me pareció del todo mal que esa gente que había unido sus destinos en el vuelo 815 de Oceanic Airlines, tuviera un lugar común donde estar juntos después de criar malvas.
Luz celestial, música de emoción contenida y volverse a ver felices y contentos después de haberlas pasado canutas. Un happy end que, sin volverme loca debido a mi desconexión de la serie, me dejó bastante satisfecha.
La mejor serie de la historia con el peor final posible. Sponsored by Vaticano
24 mayo 2018 | 09:14
La gente suele olvidarse de lo habitual y recordar todo aquello que les pareció muy bueno y muy malo. En el caso de «Perdidos/Lost» se acuerdan de lo buena que era la primera temporada y lo mal hecho que era su final.
Clica sobre mi nombre
24 mayo 2018 | 10:20
Una serie que el principio no estuvo mal, el final tampoco, el problema es como llegaron a ese final, paja, morralla, capítulos que sobraban, tramas y más tramas abiertas, que supuestamente eran super importantes, para luego quedarse en el olvido. A mi el final no me desagradó, el como llegaron a ese final….., pues si, a partir de la mitad de la segunda……,empezó a perder.
24 mayo 2018 | 22:18
Hola Pablo. Todo hubiera cambiado si hubiésemos llegado con más ganas al final. Para entonces creo que la.mayoría estábamos desconectados de la historia. Pese a ser una serie que lo cambió todo estamos de acuerdo de que las dos primeras temporadas fueron con diferencia las mejores. Saludos.
26 mayo 2018 | 12:21