Si quieres ver buena animación japonesa, Netflix es tu plataforma y estas son las series que no puedes perderte

Hoy tengo el placer de contar con la firma invitada de mi compañera de 20minutos @madrereciente, autora del blog homónimo y una verdadera experta en animes. Si os gustan las series de animación niponas, os vais a asombrar de todas las posibilidades y estilos que podéis encontrar en Netflix. Sin más demora, os dejo en su compañía para que os lo cuente todo.

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¿Te gusta la animación japonesa y estás pensando qué plataforma de streaming elegir? Pues no lo dudes, HBO es un erial, la nada de La historia interminable, y Netflix es el paraíso terrenal. Nunca ha habido antes en este país mejor manera legal de disfrutar de buen anime y con una calidad estupenda.

¿No te gusta? Tal vez es porque lo identificas con Campeones, Caballeros del Zodiaco, Bola de Dragón, Juana y Sergio y otras series que llegaron a España de la mano de las cadenas privadas que, por lo que fuera, no te engancharon; o que te engancharon pero te ves mayor para cosas así. Pues lo mismo deberías sacudirte los prejuicios y darles una oportunidad, porque hay de todo y entre ese de todo lo hay muy bueno. Seguro que encuentras alguna serie afín a tus gustos.

Ten en cuenta además que la mayoría de los capítulos de las series niponas animadas no llegan a la media hora, por lo que son geniales para un ‘aquí te pillo, aquí te mato’, para los días con poco tiempo y mucho sueño, para terminar temporadas enteras a velocidad de vértigo.

Y un consejo que puede sonar muy friki, pero que debería caer en saco roto. Si te están introduciendo en este tipo de contenidos procedentes del país del sol naciente, opta por la versión original japonesa subtitulada al castellano. Allí se toman el doblaje muy en serio y la calidad de los actores originales, su capacidad actoral y de encajar en sus timbres con el personaje, es muy elevada. No pasa nada por leer un poquito viendo la tele.

Con toda la humildad del mundo y desde mi opinión personal, voy a recomendar las que series que creo que destacan en estos momentos, en muy distintos estilos, para poder ir probando y empezando.

Desaparecido. Un thriller con elementos fantásticos que he comprobado que engancha y sorprende incluso a los menos aficionados a la animación japonesa. Un cada vez menos joven dibujante de mangas sin éxito que se gana la vida entregando pizzas, encuentra el cadáver asesinado de su madre. Retrocede entonces a su infancia en la fría región de Hokkaido y, desde la dificultad de tener 11 años, tendrá que resolver varios crímenes de niños que sucedieron en su entorno para salvar en el futuro a su madre. Es una de las que, por su éxito, tiene también en Netflix versión en acción real.

Haikyuu. Ya os hablé de ella en mi blog porque es una serie que se puede ver en familia, incluso con niños pequeños. Blanca y que transmite valores, al mismo tiempo es una animación excelente con unos personajes entrañables, unos adolescentes que parecen de verdad centrados en el voleibol. Mi marido y yo nos hemos emocionado tanto con sus partidos como si fueran de verdad y jugaran nuestros sobrinos.

Ayer noche terminamos de disfrutar en familia #Haikyuu en @NetflixES. Nos ha encantado a todos. El problema es… ¡¿qué vemos ahora así de bueno y de menos de media horita después de cenar?! 😩😱 pic.twitter.com/tloutdOW7c

— madrereciente (@madrereciente) 27 de diciembre de 2017

Cowboy Bebop. Lo suficientemente veterana para ser un clásico. Me recuerda mucho a FireFly por cierto ambiente del viejo oeste (en este caso conjugado con el cine negro clásico) aplicado a un espacio en el que unos antihéroes viajan a bordo de una nave con mucha personalidad. Inolvidable tanto la serie como sus personajes, de los de llevar luego felizmente en camisetas de lo mucho que molan. Ojo a la música que la acompaña. Suele estar en esos listados de los diez ánimos que todo el mundo debe ver.

Del mismo estudio y previa en el tiempo, aunque yo la vi después, está #CowboyBebop. Comparte punto gamberro. Mezcla el salvaje oeste con la ciencia ficción tan bien o mejor que #FireFly y además lo aliña con cine negro y todo lo que pilla por la nevera, y el plato sale rico pic.twitter.com/jnDfSEvyYn

— madrereciente (@madrereciente) 19 de marzo de 2018

Samurai Champloo. Del mismo estudio de Cowboy Bebop, pero ambientada en un Japón de transición. Una road movie peculiar que muestra a dos ronin muy distintos acompañando a una jovencita nada típica que quiere encontrar al samurai que huele como los girasoles. Con tantos juegos y coqueteos con otros géneros que es fácil perdérselos si no se está atento. Comparte espíritu con la anterior y aumenta las dosis de maravillosa locura. Los juegos con la música son una delicia.

Pues me lo estoy pasando teta viendo #samuraichamploo en @NetflixES (solo para adultos) pic.twitter.com/WZO0wDqTuf

— madrereciente (@madrereciente) 19 de diciembre de 2017

El Jardín de las palabras no es una serie, es una película bastante breve. 45 minutos ideados por Makoto Shinkai, el director al que muchos señalan como heredero de Miyazaki y responsable del mayor éxito que ha conocido Japón: Your Name. Slice of life en estado puro y romanticismo pausado y nada empalagoso, del que es bueno de verdad, entre un estudiante de instituto empeñado en ser zapatero y una misteriosa joven adulta. La calidad técnica es de la de dejarte boquiabierto.

Your lie in April. Tal vez la más adolescente, pero disfrutable a cualquier edad. Una chica que toca el violín, es toda pasión y esconde un secreto. Un chico virtuoso del piano que ha dejado de tocarlo porque esconde un trauma. Sus dos fieles amigos más amantes de los deportes que de la música. Un recorrido lleno de música clásica bellamente interpretada por la superación personal de los dos primeros. Otro exitazo con versión de acción real.

Cinco centímetros por segundo. Otra bellísima película breve, apenas 62 minutos, de Makoto Shinkai. Otra que encierra un romanticismo realista y al mismo tiempo mágico con la enseñanza de que no siempre los caminos están destinados a cruzarse de nuevo, que hay que mirar adelante y avanzar. Pura poesía.

Assassination Classroom, una gamberrada muy divertida con una clase de alumnos que debe asesinar a un profesor alienígena aparentemente indestructible que les alienta a ello para salvar al mundo, y que además es un docente estupendo. Maravillosamente rara.

Y hay más: Ajin, que es pura acción (el 3D a muchos no les convence, pero yo disfruté como una enana); Death note, que despierta pasiones y a mi parece que tiene un planteamiento y un arranque genial, pero que languidece a la mitad; la brutal y filosófica Tokyo Ghoul; Noragami, que también se puede ver con niños a partir de 8 o 10 años; clásicos de referencia como Full Metal Alchemist, One Punch Man, Devilman Crybaby o Rurouni Kenshin.

Y podría seguir un rato. Ya os dije que si os interesa la animación japonesa, Netflix es el caladero ideal.

Y es una pena que este post se publique cuando Netflix ya ha eliminado Mushi-shi. Una maravilla evocadora y mágica que en IMDB tiene una puntuación de casi sobresaliente. La traigo a colación para terminar advirtiéndoos que estas series no duran en Netflix toda la vida, entran y salen, y si os descuidáis lo mismo os las perdéis.

De hecho, en breve asomará otra que viene con buenos avales: Hijos de las ballenas. Unas entran, otras salen. No lo perdáis de vista.

¡Animaos con el anime!

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