Lo voy a confesar nada más empezar: aguanté veinte minutos. Algunos os rasgaréis las vestiduras y clamaréis al cielo por mi falta de profesionalidad («se ha hecho un Boyero», diréis), pero una ya tiene experiencia en estas lides y hay horrores demasiado ominosos como para hacerles frente, creedme. Porque Las chicas del cable tiene un guion terrible por lo cursi y, encima (esto es lo peor), pretende hacernos tragar un culebrón (lo llaman melodrama romántico) como una serie feminista utilizando un reparto protagonista femenino y la temática de la incorporación de la mujer al mundo laboral cuando, en realidad, lo que prima es el tono de novela.
Las chicas del cable comienza con una arenga explicativa (de verdad, dejad de tratar al espectador como si fuera un niño que ve Barrio sésamo) sobre lo difícil que lo tenían las mujeres en esa época, un defecto que poseen las mayoría de series españolas donde, en vez de mostrar, se cuenta. Pero lo peor no acaba ahí. Lo que me dejó con ganas de meterme bajo la batamanta y no respirar fueron las terribles interpretaciones de los actores. He visto a Blanca Suárez, Martín Rivas y Yon González en muchas otras series y nunca los encontré como postes (de teléfono, nunca mejor dicho) recitando sus líneas, un guión afectado que da ganas de huir en plan correcaminos, imposible de interpretar con un mínimo de credibilidad.
El primer encuentro sexy-hortera entre Rivas y Suárez (que acercan sus labios a dos centímetros mientras él le mide los brazos con una excusa random), me hizo poner los ojos en blanco. Y, cuando pensaba que no podía ir peor la cosa, apareció Yon González para -de nuevo- encarnar al tercero en discordia en el triángulo amoroso que Bambú ha patentado como sello. Noté cómo el pobre Yon trataba de poner dramatismo a la escena, pero ni las larguísimas pestañas de Suárez le conmovieron debido a un guion tan empalagoso como un repollo con lazo. Entonces ya no pude con mi vida y apreté el stop, entre horrorizada y avergonzada. El 25 de diciembre se estrena la segunda temporada en Netflix. Si queréis una telenovela, esta es vuestra serie. Si no, solo os puedo decir: ¡huid, insensatos!
Nota en Mis Puntuaciones
Ya sabéis que he escrito un par de libros que esperan ansiosos que les echéis un ojo. Las series de mi vida, donde hablo de series como The Wire, Los Soprano, Mad Men o Breaking Bad.
Yo también lo intenté, y aguanté un poco más que tú, capítulo y medio creo que fue. Actuaciones mediocres y guión malo y predecible… Que sea de Netflix no le da sello de calidad.
22 diciembre 2017 | 13:52
Aquí la cuestión es que la intentaron vender como una serie de prestigio y feminista. No tengo nada en contra de los culebrones, pero sí me molesta que se intente vender gato por liebre, que es lo que ha sucedido en este caso. Luego la ves y se te cae el alma a los pies porque no es ni mucho menos lo que esperabas.
23 diciembre 2017 | 12:10