Hace unos años mi madre estuvo muy enferma. Fueron meses angustiosos de ir a la UCI todos los días y de pensar cómo la vida puede cambiar de un día para otro. Con mi hijo todavía muy pequeño y mi madre en el hospital necesitaba una vía de escape que me hiciera olvidar por un rato mis problemas. Por aquellos días empezaba también mi andadura en Twitter y, junto a algunos amigos, comencé a ver Oz.
La serie trata de los conflictos en una unidad penitenciaria llamada Emerald City (Ciudad Esmeralda, como en el clásico de L. Frank Baum El maravilloso mago de Oz). Pero, sobre todo, trata de un hombre que, al igual que le había pasado a mi madre, ve su vida transformarse de un día para otro.
El atropello y muerte de una niña, que lo envía a prisión, es el inicio del viaje de Tobias Beecher, que constituye una de mis experiencias televisivas más intensas. Quizás por el momento en el que la vi, pero sobre todo porque es una serie magistral donde la violencia en las cárceles sirve para reflexionar sobre la condición humana y los múltiples conflictos raciales y sociales de Estados Unidos.
Cuando estoy triste suelo recurrir a las comedias y otro tipo de historias ligeras. Sin embargo, y a pesar de la angustia de aquellos días, no pude dejar de ver Oz. Un episodio tras otro hasta completar las seis temporadas que conforman la serie.
Los orígenes de HBO
Aunque siempre suele citarse The Sopranos como la serie que revolucionó las narraciones televisivas, Oz inauguró las series de calidad en 1997. Producida por HBO y de la mano de un Tom Fontana en plena ebullición creativa, Oz ha pasado a la historia de la tele por ser uno de los dramas carcelarios más impactantes e inteligentes y una de las series mejor escritas de todos los tiempos.
De una forma amena, repleta de violencia, acción, humor y drama, ofrece historias de venganza, odio, traición, amor y conflictos sociales y raciales entre los distintos grupos étnicos, y se convierte en una crítica demoledora a la perversión del sistema penitenciario, el horror de la pena de muerte y la inutilidad de las cárceles para la rehabilitación social. Por si fuera poco, reunió a una cantera de actores que, más adelante, estarían en los repartos de series míticas como The Wire, Breaking Bad, The Sopranos, Dexter y Lost, entre otras. Por todo ello, es una serie que ningún seriéfilo que se precie puede dejar de ver.
Nota en Mis Puntuaciones
Ya sabéis que he escrito un par de libros que esperan ansiosos que les echéis un ojo. Las series de mi vida, donde hablo de series como The Wire, Los Soprano, Mad Men o Breaking Bad.
O, si lo preferís, fantasía oscura. Deseos, obsesiones, viajes en el tiempo y un lugar más allá del tiempo y del espacio llamado Araneida,