Especial ‘Twin Peaks’: la atracción del abismo (primera parte)

The-Black-Lodge-twin-peaks-9013799-1600-900ATENCIÓN, SPOILERS! ‘Twin Peaks’ es asombrosa. No sólo por su asfixiante historia, sino porque logró algo único e irrepetible: combinar un terror morboso con toques de humor negro y surrealista, y crear una atmósfera inquietante, onírica, llena de tensión sexual y misterio, de gran expresividad visual, que impactó a un público que nunca antes había visto algo semejante en televisión. David Lynch y Marc Frost fueron los artífices de la construcción de una leyenda televisiva, un lugar especial a medio camino entre el idílico pueblo o «happy place» y una pesadilla de cortinas rojas y lechuzas en la noche.

El dinner RR, el gustoso café, la tarta de cerezas, la mesa de la comisaría rebosante de donuts, los abetos Douglas, en contraposición con el ambiente lascivo y peligroso, de prostíbulo de lujo, de los sueños de Cooper, el fascinante baile del enano, las apariciones crípticas del gigante y las muchachas de labios lívidos envueltas en plástico, se convirtieron en poderosas imágenes, capaces de seducir al espectador con su propia fuerza plástica, algo que muy pocas series posteriores han logrado de una manera tan intensa (en este sentido, la primera que se me viene a la mente es ‘Breaking Bad’, otra serie donde el uso de la imagen es muy cinematográfico y simbólico).

Si a estas referencias visuales, tan expresivas y sugerentes, le sumamos un paraíso de mujeres bellísimas, atractivos muchachos y seres estrafalarios como Lady Leño, el doctor Jacobi o el Mayor Briggs; la dotamos de trasfondo tenebroso, donde el Mal lo impregna todo; le añadimos una de las BSO más hipnóticas y envolventes que se han hecho nunca, un misterio policial con toques sobrenaturales y un protagonista de seductora personalidad, entendemos por qué ‘Twin Peaks’ se convirtió en los 90 en un éxito arrollador y, posteriormente, en un icono de la cultura pop y lugar de peregrinaje para los seriéfilos más jóvenes.

Una narración diferente

A lo largo de mi vida he visto ‘Twin Peaks’ muchas veces. Junto a ‘Yo, Claudio’, era la única serie que tenía en VHS en aquellos años, y cada vez que me ponía enferma mi madre me traía la tele a la habitación y me volvía a sumergir en ella con la misma pasión. A raíz del éxito de ‘True Detective’ y las múltiples comparaciones que surgieron con la serie de Lynch y Frost, sentí el deseo de revisarla —tras unos diez años sin haberla visto— con ojos más críticos y maduros, ya que a veces la nostalgia es mala consejera. En este caso, he podido constatar que la serie no ha perdido un ápice de aquello que la hizo sobresalir en su día, y que conserva ese fascinante halo tenebroso y esa fuerza visual tan sugestiva que nos mantuvo pegados a la pantalla haciéndonos pensar que estábamos ante una narración diferente y extraordinaria.

Sin embargo, antes de seguir hacia delante, debo hacer una acotación que creo necesaria: el verdadero pulso de ‘Twin Peaks’, donde la serie posee todo su malsano dramatismo, es hasta el episodio 2×09 «Arbitrary Law», es decir, cuando se descubre quién es el asesino de Laura Palmer. Son dieciséis episodios sublimes. El resto de la serie, aunque posee momentos interesantes y escenas que han perdurado en nuestra memoria colectiva como ese final tan impactante (que rodó el propio Lynch), es un intento de estirar la vertiginosa oscuridad del primer tramo sin éxito, incrementando el humor y perdiendo fuelle en el camino, pese a cierta recuperación de cara a la recta final.

Crueldad, dolor, conciencia

Todavía hoy sorprende que ‘Twin Peaks’ sea una de las historias más sórdidas que podemos encontrar en televisión. A pesar de ese «relajamiento cómico», que permite al espectador tomar aire fuera del enrarecido ambiente, es imposible sustraerse de los hechos atroces que cuenta. Recordémoslo, Laura Palmer no sólo se degrada para evadirse de la persecución de Bob, en una huida hacia delante de drogas y encuentros sexuales (que, en el fondo, la excitan), sino que intenta mantener la apariencia de modélica reina del baile. Y, en esta carrera hacia el abismo, donde escapa del Mal y, al mismo tiempo, se ve abocada a él, es violada y asesinada por su propio padre.

Leland_Palmer-BOBSi no había suficiente con esta cucharada del terror más duro que hay (que te hagan daño tus seres queridos), al cóctel tenebroso hay que añadir la agonía de Leland Palmer, la otra gran víctima del relato y uno de los personajes más dramáticos y oscuros de la historia de la televisión. Aunque a Leland ya se le aparecía Bob cuando era niño, incitándolo a hacer todo tipo de actos terribles, lo más perturbador de este personaje es la conciencia de sus actos en la hora de su muerte. La escena es sencillamente brutal. Leland se da cuenta de lo que ha hecho, sabe que ha violado y asesinado a su hija; sabe que Laura se resistió a Bob, y que él la entregó, la mató, porque ella no se dejaba poseer. Con la cabeza destrozada por los golpes que se propina al saberse atrapado, a punto de morir, Palmer confiesa su historia y consigue que nos estremezcamos y sintamos piedad por esa alma atormentada.

«Sólo era un niño. Lo vi en sueños. Dijo que quería jugar. Le abrí, le invité y entró en mí. Cuando estaba dentro yo no lo sabía, y cuando no estaba no podía acordarme. Me hacía hacer cosas, cosas terribles. Dijo que quería vidas. Otras que utilizar como hizo conmigo. (…) La querían, querían a Laura. Pero ella era fuerte. Luchó contra él. No le dejó entrar. Oh, Dios, me hicieron matar a esa chica, Teresa. Y dijeron que, si no les entregaba a Laura, me obligarían a matarla también. Pero ella no les dejó entrar. Dijo que antes moriría. Y entonces me obligaron a matarla. Oh, Dios, apiádate de mí. ¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho? Oh, Dios, la quiero. La quiero con toda mi alma. Mi ángel, perdóname».

La espectacular actuación de Ray Wise, con su voz rota y arrepentida que nos estremece, se suma a los momentos desquiciados, fuera de control, donde baila y canta poseído por Bob, mientras los demás piensan que está ido por la muerte de su hija. Entonces se mira al espejo y vemos el rostro demoníaco de Bob, el reverso de su alma poseída. Pero esto no es todo. Una de las peculiaridades que hacen única a ‘Twin Peaks’ es la manera sutil de explicar que el Mal, de cuya procedencia se van aportando pistas y claves a lo largo del relato, es una presencia que sobrevuela la comunidad, y que crea una atmósfera opresiva que cala en todos los personajes.

http://www.youtube.com/watch?v=wfMjo5dfj80

Continuará…

4 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Suscribo absolutamente todo lo que has dicho, tengo un cariño por esta serie muy grande. Y cuántas pesadillas he sufrido por su culpa. Lástima que la gente en su época no la veía y al genio de la lámpara se le ocurrió obligar a Lynch y Frost que adelantasen el que ellos tenían planeados sería el final (o sea, el descubrimiento del asesino de Laura). En cualquier caso, es una serie formidable.

    19 mayo 2014 | 14:02

  2. Gracias por el comment, Almaciguero. Yo también le tengo un cariño especial a esta serie y, pese a sus innegables defectos, los 16 primeros episodios siguen siendo grandiosos. En la segunda parte del artículo hablaré de por qué ocurrió lo de ese final y estableceré algunas comparaciones con True detective y otras sorpresas. Un abrazo!!

    20 mayo 2014 | 10:26

  3. Dice ser Sr. Watanabe

    Siempre he tenido muchas ganas de revisionarla, y ahora, después de leerte, todavía más. Creo que es la primera serie que me fascinó por completo. Recuerdo que la pelicula, fuego camina conmigo, no me gusto nada en su época, y al volver a verla años más tarde hallé en ella todo ese poder de cautivación que había en la serie.

    20 mayo 2014 | 17:37

  4. Pues cuando tengas tiempo vuelve a verla, porque lo vas a pasar genial (eso sí, hasta el 2×09). Es muy inteligente, sigue siendo hipnótica y verás referencias y guiños que antes quizás no te diste cuenta (al menos a mí me ha pasado). La película, sin embargo, no he vuelto a verla. En su día me pareció malísima, pero ya van dos personas que me la recomiendan, así que en algún momento supongo que caerá. Un abrazo 🙂

    21 mayo 2014 | 09:48

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