American Horror Story Coven: el aquelarre del bostezo

american-horror-story-coven-614x4001ATENCIÓN, SPOILERS! «¡Balenciaga!» Ok. La declaración de intenciones de Murphy en boca de Myrtle me hizo reír pero, después de una temporada más soporífera que los discursos en diferido de Cospedal, ni esta rayada tan «WTF» podía salvar el aquelarre de la quema. Los que vemos ‘American Horror Story’ sabemos a qué atenernos con esta serie. Si nos gusta no es precisamente porque nos haga pasar miedo o por su profundo guión. No. La propuesta de AHS es otra. Digámoslo claro: Ryan Murphy y Brad Falchuk están como una cabra y saben vender muy bien la moto con su mezcla de humor loco, refrito de clichés y elementos de la cultura popular, cameos imposibles, modelitos salidos de madre y un erotismo sangriento y glamuroso.

Si a todo esto se le da forma con una producción de cualité y una fotografía artística, con planos cenitales o distorsionados que hacen suspirar a los seriéfilos más sibaritas, y una colección de otoño-invierno, en este caso para «bitches con poderes», ya tenemos el producto montado. En mi caso, esta coctelera imposible que propone Murphy no consiguió atraparme en la primera temporada por la misma razón de esta tercera: pese a los guiños, pese a que soy una fan fatal del cine de terror, pese a que me encanta Jessica Lange, pese a lo bizarro del asunto, la propuesta acabó aburriéndome. Al final, si de fondo no hay un argumento o tramas que se sostengan y que generen interés, estás vendido.

Como soy muy de verlo todo, y más si me anuncian la serie con una monja con los ojos en blanco o una tipa bajando las escaleras en plan ‘The Ring’, piqué el anzuelo de nuevo y vi la segunda temporada. ¡Y esta vez lo pasé genial! El perverso asilo del terror, con sus experimentos delirantes, el ángel de la muerte bizco, el árbol de Navidad más macabro del mundo, el guapísimo Zachary Quinto de psycho y (cómo no), el numerito musical de ‘The Name Game’, me sedujeron por completo. Pese a la tontería de los aliens y algún gran cameo desperdiciado como el de Chloë Sevigny, me la vi de cabo a rabo. ¿Por qué? Porque su hilo conductor y tramas principales estuvieron mejor desarrolladas (la historia de Sarah Paulson recluida a la fuerza, el pasado oscuro de la Hermana Jude, el duelo de voluntades entre el desquiciado Dr. Arthur Arden y la Superiora, la transformación de la cándida Mary Eunice en el diablo con liguero) y las subtramas, aun sin ser originales —ya hemos dicho que AHS es un refrito de clichés—, me entretuvieron e hicieron reír bastante.

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Caótico Coven

El aquelarre no empezó mal. De hecho, el piloto fue bastante aplaudido en las redes sociales, y a todos nos gustó esa mezcla de peli «teenager» (la mala, la buena, el chico, el enamoramiento, las minifaldas) con el rollo de academia glamurosa para brujas. Si a esto le añadimos la presencia de la siempre fascinante Jessica Lange, los modelitos negros resultones, la fiesta de instituto con violación y venganza y una reconstrucción frankenstiniana —que me deparó más de una sonrisa—, y una presentación de personajes interesantes a primera vista, la serie tenía muchos puntos para satisfacernos y hacernos esperar una temporada de lo más entretenida.

Para más inri, sabíamos que la gran Kathy Bates iba a participar, algo que nos hacía relamernos los bigotes de gusto. De hecho, y aunque después se ha visto lo desaprovechado del personaje, la premisa original era buenísima: una bruja «madafaca» y racista en el Nueva Orleans del siglo XIX, anhelante de sangre, que putea a (los negros) y a todo aquel que se le pone por delante, regresa a la vida en la época actual. Los que amamos a Bates por papeles como Misery esperábamos ver una estupenda psicópata en acción (con su buena dosis humorística de pez fuera del agua) y no una criada plasta sin apenas papel. Si Madame Laveau la había tenido puteada en una caja, enterrada la tira de años, ¡queríamos que estuviera realmente cabreada cuando saliera y que pisoteara a su enemiga! Pues no. Caca de la vaca. Los episodios fueron pasando y sus líneas cada vez eran peores, sin sentido, diluidas. Y su enfrentamiento con la reina vudú, aguachirle. Qué numeritos buenísimos se podría haber marcado la Bates. Pero no. Sus escenas (excepto los «flashbacks») han dejado mucho que desear.

AHS-Coven

Una historia de oro al desagüe

Respecto al argumento principal, la búsqueda y aniquilación de la siguiente Suprema era un punto de partida atractivo con numerosas oportunidades para llevarnos al huerto. Si al personaje de Fiona Goode, esa bruja marchita y decadente que se aferra al poder, se hubiera unido un buen grupo de brujas jóvenes que le hicieran frente, con historias potentes y bien trabajadas, esta temporada podría haber sido genial. Sin embargo, las integrantes del aquelarre y sus tramas me han hecho roncar: la resucitadora melómana del pantano (bored); el trío conformado por las rubias y el Frankenstein rubio (bored); la negra muñeca vudú y el quiero y no puedo con sus «brothas» (bored)… Y así todo. Por no hablar del Plasta del Hacha, ese espíritu libidinoso y jazzero que nunca he sabido muy bien lo que pintaba, aparte de darle a la Lange algo de luz y color en sus últimos días, o la insípida caza de brujas. Ahora que lo escribo me doy cuenta de que, sobre el papel, todas las ideas expuestas dan risa y parecen funcionar, pero en la serie han resultado caóticas y dispersas y, lo que es peor, tremendamente aburridas.

Una diva con tacones de aguja

Si hay algo que se salva de la quema son las escenas de la Lange haciendo lo de siempre (el personaje es el mismo en las tres temporadas, con distinto escenario y nombre, y en las tres está maravillosa): ser una diva malvada, alcohólica, con gusto por los revolcones de una noche y un pasado sórdido. Su historia, la mejor hilvanada, ha presentado temáticas interesantes como la búsqueda de la eterna juventud y la decadencia. Sin embargo, ni siquiera la historia de la relación con su hija Cordelia ha funcionado del todo, y las escenas entre ellas han carecido de la química esperada, básicamente porque la Lange se comía a Paulson con patatas, debido al carisma de la actriz y del personaje.

¿Y qué ha sido lo que más me ha gustado además de los vestidos ceñidos, los Jimmy Choos y los chales vaporosos? Fundamentalmente dos cosas: el extravagante personaje de Spalding, el mayordomo sin lengua con sus muñequitas morbosas y sus cadáveres en el baúl (me partía cuando aparecía en escena), y los ojos de ratón mutante que se le quedan a la Paulson cuando se clava las tijeras. ¡Menuda grima cada vez que salía un primer plano suyo! Ya sabía yo que, en cuanto fuera Suprema, se volvía a hacer unos ojos en condiciones… Ah, y otra cosa. En el penúltimo episodio, la escena de cine mudo con las siete maravillas es estupenda… Ay, si la serie tiene destellos brillantes, pero —sorry Murphy— esta vez te has quedado corto. La próxima entrega intenta dar algo más de coherencia a todas esas locuras tuyas y nosotros volveremos a aplaudirte. Te lo perdonamos todo excepto que nos duermas.

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10 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser David

    A mí sí que me ha gustado mucho, pero es cierto que he leído muchos comentarios de gente a la que no le ha entusiasmado. Ahí va mi opinión 😉

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/02/the-seven-wonders.html

    Saludos!

    04 febrero 2014 | 12:36

  2. Hola David, qué le vamos a hacer, para gustos los colores. Un saludo

    04 febrero 2014 | 15:14

  3. Dice ser Clara

    Hola: me he reído mucho con el artículo, aunque a mí sí me gustó bastante la 1 temporada. Yo también esperaba más de esta. Empezó bien pero poco a poco ha ido desinflándose hasta aburrirnos. Aún así, esperaré con ganas la próxima temporada. A ver qué se inventan. ¡Un saludo!

    06 febrero 2014 | 08:27

  4. Hola Clara, la primera temporada tenía muchos guiños que no estaban mal, y algún que otro susto bueno, pero no conseguí conectar. Quizás no sabía lo que tenía delante como luego me pasó. Como digo en el post, Ryan Muyphy sabe muy bien cómo vender la moto y logra ser brillante en ocasiones. Sin embargo, con Coven, como tú también comentas, ha resultado soporífero. ¡Ya veremos por dónde sale en la siguiente temporada! Desde luego le daremos una oportunidad. Gracias y un saludo 🙂

    06 febrero 2014 | 11:30

  5. Dice ser Josh

    Finalmente me siento y me enfrento ante mi mayor temor: poder escindir, separar, aclarar mi mente respecto a AHSCoven.
    Si bien estoy de acuerdo con todo lo anteriormente dicho, me gustaría analizar más a los personajes. He pasado por un tormento de indecisión, aunque finalmente corroboro que esta temporada ha sido un completo truño.

    Por un lado, ante semejante elenco de personajes, me jode sumamente despreciar esta temporada, pero no es para menos. No únicamente por el papel de Taisa Farmiga, interpretando a Zoe Benson, que empezó vendiéndonos la moto con el rollo pandi-guay adolescente de que tiene una vagina tóxica y que, ¡vaya! resulta que es bruja, y se la llevan de manera chupi-fascinating a una mansión donde hay más brujas como ella. ¿Y por qué no unos cuantos posters más de One Direction y Justin Bieber? Ya de paso, sólo por hacer honor a la verdad, le podían haber pintado unos cuantos granos y podía haber interpretado el papel de una ingenua infeliz quinceañera. Quizá, mientras nos duraba el tangazo, hasta la resurrección patética, tenía un pase, pero durante toda la temporada ha resultado ser una empaná de mierda, una pánfila rancia que me ha aburrido inmensamente.

    Otra cosa que me jode enormemente es la manera en que han jodido el papel de Evan Peters. Sí, ese monstruo pesado, rarizo y cansino. Bueno, ¿esta semana qué me traes de nuevo? Ya, claro, que eres un cabezón horroroso que no pintas una puta mierda. Bueno, sí, que eres y has sido siempre el elemento erótico central de todas las temporadas de AHS. Solo que esta temporada has perdido todo morbo, me das pena, y quiero que desaparezcas. Otra cosa: ¿a alguien le importa realmente como se llame en esta temporada? A mí no.

    Ya, para acabar el trío, hablar de Madison Montgomery. Arquetipo de lo que es una zorra monumental adolescente. ¿Hay algo más que decir sobre ella? Si. Ese monólogo en que habla, no sé en qué capitulo, de que es una insensible, y blah, blah, blah. Querida, no hay cosa que más asco me pueda dar, que una ignorante, inculta, analfabeta y zorra que se da aires de filósofa y que además, cree que tiene razón, recitando sus palabras a lo canta mañanas, con tonito de interesante e intelectual. Me das vergüenza y me pareces repelente. Eres la representación viva del insulto en su máximo esplendor al respeto y la dignidad de palabras como ‘honor’, ‘inteligencia’ y ‘coherencia’.

    Este trío entre patética-monstruo-zorra ha sido el pulso sexual lamentable, adolescente-hormonal de AHSCoven. Ha sido vender un porno cochambroso, sin gracia, muy puto, aburrido, decepcionante, de mal gusto, oscuro y de vergüenza ajena.
    Ese rollo, en general tontico, de adolescentes con mucha imaginación e introversión, ese altar a la tontuna, a la idiotez, al desierto de la auténtica creatividad. Esa sensación de que estas oliendo que esas mentes, esos personajes jóvenes, dan pena. Esa falta, esa carencia absoluta de significado y trascendencia.

    Ahora, hablando un poco de lo bueno, Jessica Lange. Fiona Goode es el vivo ejemplo, la perfecta imagen de lo que es una persona inteligente, sofisticada, elegante, que sabe expresarse, pero a su vez, una zorra sin precedentes, una víbora de palabras y acciones de elevada toxicidad. Es la materialización de lo que sería una desalmada pro-materia, un zorrón mayúsculo, que exhala sin inconvenientes veneno en altas dosis. Un ente oscuro que ha llevado toda su vida por bandera la soberbia, la altanería, la competitividad desleal, la mentira y el engaño más infame. La manipulación y el ego de suprema, que más que por el aquelarre, por su propio choto (recordemos que asesinó a la anterior suprema). No puedo evitar decir que me encanta su estilo fino, la manera elegante con que maneja su propia crueldad ante la vida. Hay un claro paralelismo entre la maldad de su interior, con su imagen exterior. La elegancia, el saber estar, que deja entrever su terrible interior. Disfruta y se relame con su propio veneno, se maravilla consigo misma. Valora, claro está, todo lo material, y por tanto lo luce bien. Nadie se lo cree más que ella. El final, en mi opinión, en esa cabaña con el axeman, gritando desesperada «Knotty Pine!!!!?» no es ni más ni menos que la agonía ante el propio infierno de sus prejuicios que han alimentado toda su vida esa personalidad, ese ser.

    Entonces abro los ojos perplejo y horrorizado: ¡Vaya! ¡Moralinas! ¿Y creen los guionistas que así arreglan esta basura? ¿No podían habernos entregado otro final más insultante de fondo? ¡No quepo en mí! ¡El final de AHSCoven ahora es mi nueva guía espiritual! ¡¡¡¡Si nuestros espectadores no son ya lo suficientemente idiotas, vamos a meter una pequeña dosis de paternalismo y moralidad apestosa para rellenar el final!!! Repugnante.

    De Queenie diré: ¿a alguien le importa? Empezó sorprendiendo con lo de la bruja voodoo. Fin. Y que conste que Gabourey Sidibe es una muy buena actriz. ¿Que su propio infierno sería vendiendo pollo rebozado? ¡Creo que de esa insultante manera no podría tener mayor sentido! ¡Hola! Me sentaron mal los 25 pollos que me tomé de piscolabis anoche, ¡¡¡y creo que me voy a ir con la otra negra cara mula a ver si ando un poco, y te vendo un poco de psicosis barata arrancando un corazón de noche, mientras me lamen el culo las empanás de mierda estas!!! Y este es mayormente mi recuerdo de Queenie.

    Por no hablar de Jamie Brewer, ese encanto de bruja llamada “Nan”, ese personaje que cada semana me hacía preguntarme: ¿realmente el objetivo es dejarla como una infeliz, como una tontaca que de verdad piensa que va a ser la suprema? ¿Y ese arranque penoso, muy infantil, de enamorarse del pobre chico de enfrente? Si algún personaje ha tenido dignidad, creo que ha sido ella. ¿Por qué? Porque demostró que supo hacer justicia cargándose a esa infame, hipócrita, criminal vecina, que le arrebató a su querido (jijijijijiji patética infeliz). Gracias a esto, la serie nos regaló un momento divertido, cuando Papa Legba no se la quiere llevar con él, y Fiona le dice: ¡pero si es “casi” un alma inocente! Fue muy bueno (infaaame Fiona). Ha sido un claro contraste el de Nan, viéndose reflejado con el resto de brujas.

    Hablando sobre Misty. Otra infeliz que resucita cadáveres putrefactos, ya sea a una zorra de licenciatura y máster, o a una bruja quemada miserablemente en una estaca. Siempre temí por su vida, y siempre fue de mis personajes favoritos. El más sano, el que más buen rollo me supo transmitir. Pero no. ¡¡¡Tenía que acabar en una escena llena de dramatismo, apoyada por una estoica y sufrida Cordelia con esos ¿ojos? asquerosos!!! Claro, era tan flojita que se quedó atrapada en un bucle, en un trauma de su infancia donde un profesor gilipollas la obligaba a matar una rana. Claro, otro personaje que empezó como el mayor advenimiento, y acabo quedando como una blandica poquita cosa, ridiculizada en su final. Bravo.

    Delphine Lalaurie, o cómo impresionarte al principio y acabar limpiándole el sirlero de mierda a Madison Montgomery. Ese giro agónico al final de la temporada, tratando de volver a ser la que era antes, vendiéndote otra vez su sadismo, que ya conocíamos perfectamente. He de decir que la manera en que plasmaba a una mujer de su época: su vestimenta, su manera de hablar, ese racismo insufrible que me causaba risa de lo ignorante que era, me encantó al principio. Pero y con Marie Laveau, claro, ¿al final qué paso? Nada. Simplemente una vieja come mierdas que acaba en su propio infierno, sufriendo junto a Marie Laveau. Es decir, otra gran actriz desperdiciada.

    Myrtle Snow. Esa bruja fashion, con esa manera que tiene de hablar, con ese pelo color zanahoria. Esa guía para la infeliz Cordelia Fox. Una excelente actriz como Frances Conroy, que ha sabido defender con dignidad su papel, en una temporada infame y criminal, donde en el fondo, ese magnífico reparto ha salido mal parado. Nunca me olvidaré del: “You will die the same way you lived your life, alone and disappointed by everyone”. Magnífico.

    En definitiva, para mí esta temporada ha sido un completo desastre. Prometer para luego decepcionar. Me resulta extenuante descomponer todo el fiasco, porque merece muy poco la pena.

    Las cosas buenas: Myrtle, la toxicidad de Fiona Goode, alguna cosilla suelta de Delphine Lalaurie, y poco más. Lo demás, un relleno infame. También hay otros personajes, pero me aburre hablar de ellos.

    Si ya realmente American Horror Story es sabido que es una serie vacía cocos, siempre ha sido bienvenida porque ha sabido ser digna (sobre todo en la segunda temporada). Qué gusto que empiece el otoño, te sientes y puedas ver una nueva temporada totalmente diferente, con personajes que te encantan, y que sabes que muy seguramente te gustará. Pero esta temporada no ha sabido mantenerse digna. No. Nos han vendido un producto muy infame, muy premeditado. Ha sido el mítico “venderte la moto” para luego quedarse la cosa vacía y sin apenas fundamento.

    Por acabar bien, decir que el estilo en general siempre me ha encantado. Ese casutón me fascina, todo elegante y fino. La manera en que visten las brujas, sobre todo Fiona, me embriagaba mucho. Pero en el fondo no me daba cuenta de que detrás todo verdaderamente era carente a muchos niveles. En definitiva, me siento engañado, y espero que la próxima temporada lo arregle, aunque dentro de mí siempre sabré que AHS Asylum reparará todo mal recuerdo que tenga sobre AHS en general.

    07 febrero 2014 | 22:05

  6. WoW!!!! Muchas gracias por este comentario que, de por sí, es un estupendo y divertidísimo post sobre la aburrida AHSCoven! Te lo has currado muchísimo y te lo agradezco de corazón. ¡Me he partido leyéndolo!!!!! Me encanta la parte de Nan, de verdad que me ha hecho soltar una carcajada maligna muahahahaha. También me quedo con esta frase sobre el pobre Evan Peters: «Sí, ese monstruo pesado, rarizo y cansino. Bueno, ¿esta semana qué me traes de nuevo? Ya, claro, que eres un cabezón horroroso que no pintas una puta mierda». AGREE!! Qué perdida de tiempo de historia. Lo único que molaba algo es ver cómo acababa con su madre! Y así todo. Ha sido un placer leer tu comentario. Ya sé que es curro, pero cuando quieras, no te cortes en dejarme otro así de bueno! Un abrazo enorme. Por cierto, ¿podríamos hacer posts tan divertidos si no hubieran series malas? Todo tiene su parte positiva! Un saludo!!!!!

    10 febrero 2014 | 13:05

  7. Dice ser Josh

    Por supuesto que volveré!! Es curro pero me libero de una carga infame. Con AHSCoven iba añadiendo poco a poco pensamientos, semana tras semana, que al final tenía que vomitar 😀

    Con Nan es que lo vivía, de verdad. Si, lo de cargarse a la madre fue lo único así con chicha (se me olvidó). Y claro, estos post justifican haber sufrido en nuestras carnes estas temporadas! Lo que me reí en clase, en un hueco en que podía tocármelas sin corte 😀 😀

    15 febrero 2014 | 23:26

  8. Genial!! Ya sabes lo que me divierten tus comentarios con mucha mala leche 😉 Un abrazo!!

    18 febrero 2014 | 11:06

  9. Dice ser TerrorAdicto

    Como aficionado a las películas de miedo , tengo que decir que esta temporada es una mierda, no da miedo y con eso ya esta dicho todo, con lo bien que estaban las dos temporadas anteriores, no dudo de que haya un pùblico tipo embrujadas que les pueda gustar, pero para los que nos gusta el terror es una pastelada. No se lo que han querido hacer con este cambio radical de genero, pero esta claro que han perdido su publico originario.

    16 julio 2014 | 22:08

  10. A mí es que nunca me ha dado miedo esta serie. Es una ida de bola. Más bien algún susto que otro… pero sí, esta temporada ha sido un coñazo, pese a que empezara bien. Un saludo!

    20 julio 2014 | 13:07

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