Trepa sobre las finas líneas de una clave de sol y dibuja lágrimas sobre la partitura. Piensa en sus ojos negros y los estampa en corcheas; piensa en su espléndida sonrisa, aquella que extraña con locura, y le da un lugar privilegiado en el estribillo. Selecciona los mejores momentos de sus vidas y, estrofa por estrofa, los adorna con metáforas y los encastra en dulces rimas. Escribe con esperanza, tratando de recuperar el verdadero amor de su vida. Finalmente, cuando hace sonar la melodía, las cuerdas de la guitarra parecen llorar de tristeza mientras escuchan su voz arrepentida. Al llegar la noche y con la canción estudiada, se dirige hasta su casa, se para debajo del balcón y se entrega por completo a las palabras que salen de su corazón. El ex novio, curioso y un poco avergonzado, abre la ventana. «Generalmente son los hombres quienes cantan las serenatas», piensa.
Muy buen intento de recuperar a su amado, pasando de roles sociales, expresando con una canción el arrepentimiento, los recuerdos y la tristeza. Si él no la escucha y al menos no se plantea perdonar y olvidar, es que no la merece.
Por otro lado, he leido la noticia sobre la relación de la hormosa prolactina y el gusto por las canciones tristres. Yo debo segregar prolactina a litros, porque las baladas me encantan, me relajan y me inspiran.
22 marzo 2011 | 11:10
Perdón. No es hormosa…hormona prolactina
22 marzo 2011 | 11:11
Para una mujer es bochornoso ir a cantar una serenata, pero no deberia de ser asi. Tema a parte de que a mi personalmente las serenatas me parecen de lo mas cursi, sean cantadas por hombres o mujeres, se nos ha metido en la cabeza la machista idea de que es la mujer la que sale al balcon, soñolienta, rodeada por muchos geranios (los balcones de la agasajada siempre tienen esta planta a tutiplen, no se por que) y sonrie placidamente y bobalicona al descubrir que alli debajo esta quien la corteja, guitarra en mano. Y ella debe sentirse en extremo halagada, vamos, debe de ser como… «oh dios! que bonito! Y que nadie haya hecho esto por mi, antes!» Pero en el mundo de hoy, las serenatas no dejan de ser algo puramente anecdotico. Hoy en dia es de lo mas romantico (lo he vivido en el barrio donde vivia antes) acercarse con el automovil pertinente a la hora de la madrugada y hacer sonar la melodia desde unos buenos altavoces Kenwood de doscientos euros. Los temas elegidos, por supuesto, cualquier sencilla composicion de Camela, La Hungara, Andy y Lucas o similares.
22 marzo 2011 | 12:31
No se que encuentras de raro en que una chica cante serenatas a su novio , en mi barrio no se puede dormir de tantas serenatas que dedican las chicas a sus novios mientras se van emborrachando.Lo del botellón ha sido un invento que ha revolucionado las hormonas de la especie humana.
22 marzo 2011 | 12:47
hay que recuperar el romanticismo! Leñe:
http://www.ingenioconsaboralaca.com/
22 marzo 2011 | 14:02
Ya no, hay igualdad…
Tampoco los hombres son los unicos que dicen piropos…
Ni los que pagan en la discoteca…
Ni los que entran a la chica….
Ni los que realizan los trabajos mas duros…
Y ya si hablamos de sensibilidad… Ufff
Los hombres tiene la sensibilidad de una arcayata…
Eso de que lloren por ver a su hijo recien nacido y esas cosas… Son provocadas….
Para aparentar—
S2
PD:Ya puedes borrar el comentario
22 marzo 2011 | 15:48
Si señor.
Una mujer con un par de………razones.
https://www.youtube.com/watch?v=8Rn7p9-BBLI&feature=related
22 marzo 2011 | 17:51
Cuando la tuna te de serenata,
no te enamores…
… y deja la tuna pasar,
con su tralaralará.
Esta canción que la cantan,
todas las tunas de Empaña,
La letra que a ti no te ataña
tú no eres una tuna
eres, una mujer enamorada
y tienes todo el derecho,
de cantarle esa balada
que para él has compuesto.
Que a cada estrofa has puesto
todos mejores momentos
de vuestra vida pasada.
En cada corchea una sonrisa,
adornada por metáforas
encastrada en dulces rimas,
cuando llora con gemidos
los sones de tu guitarra.
Solo queda el estribillo
para terminar la canción
que te brota del corazón.
alzas la vista hacia arriba
y sigue cerrado el balcón.
Tu novio está avergonzado
no se esperaba tu arrojo.
Se oye el chirriar de un cerrojo,
Y a ti que asalta una duda,
¿Qué cerrojo es el que abre?
A la vez que una esperanza,
que ese cerrojo sea,
el de su corazón, el de su alma
y no el de su balcón.
Se entreabre un poco una hoja
y una mano algo lanza,
Que golpea a la guitarra
y cae rodando a tus pies,
la recoges y es una llave
que se moja con tus lágrimas.
¡Franquea la puerta!
¡Sube! ¡Te espera!
El amor triunfa otra vez.
22 marzo 2011 | 19:27
Un final muy original, inesperado, congratulations!!!
23 marzo 2011 | 01:03