Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

La casa embrujada

Por aquella época no tenía lugar donde vivir, mi economía no daba para pagar un piso como la gente y finalmente tuve que conformarme con el alquiler de una casa embrujada. El lugar, aunque se encontraba bastante alejado de mi trabajo, era cómodo y me sacaba del apuro. Pero desde el momento en que fui a verlo, supe que el espectro que habitaba la casa iba a ser un problema. Carlos, el fantasma, al principio era insoportable. Nunca dormía, se quejaba de todo y se divertía cambiándome las cosas de lugar. El fantasma tenía un temperamento como pocas veces he visto, pero poco a poco se fue acostumbrando a mi presencia y finalmente terminamos siendo muy buenos amigos. Al tiempo logré conseguir un trabajo mejor remunerado y al mudarme, le propuse llevarlo conmigo a la nueva casa. Nunca más nos separamos. Hoy se cumplen 234 años desde que nos conocemos.

7 comentarios

  1. Dice ser Clica aquí

    O sea que tú tambien eres un fantasma, ¿No?

    03 marzo 2011 | 14:00

  2. Dice ser Metamorfosis

    Qué bonita historia de amistad, tan auténtica dentro de la fantasía. ¿Cuantas veces hemos empezado una amistad incordiando a un compañero o compañera? Hemos reñido, nos hemos dejado de hablar por mucho tiempo. Nos hemos echado de menos. Acordamos que nos enfadamos por una tontería y nos reconciliamos…y un día resulta que somos los mejores amigos del mundo, y así continua siendo durante mucho tiempo… ojalá fueran 234 años, pero por mí me conformaría con tener cerca a mis mejores amigos durante toda mi vida…

    03 marzo 2011 | 14:10

  3. Por consiguiente, por eso
    lo veo raro, muy raro, rarísimo,
    que vosotros dos llagarais,
    a ser dos buenos amigos.
    A convivir en armonía
    casi como en los principios,
    de comenzar un idilio.
    Quizás de esa larga existencia,
    que los dos estáis viviendo.
    Doscientos treinta y cuatro años,
    sean el principio, los comienzos
    y aún, os estáis conociendo.
    Deberíamos esperar,
    a que en pasando milenios
    ver, como la cosa os irá
    seguro, que no seréis la excepción.
    Ya que para el amor y la amistad,
    la convivencia es desgaste.
    Y siempre, siempre termina,
    en separación o divorcio,
    y tirándose los trastes.

    03 marzo 2011 | 17:52

  4. Parte se perdió por el camino,
    por eso de nuevo lo envío
    disculpen y aquí va completo.

    Raro, raro, muy raro,
    ya que después de una convivencia
    y más por períodos largos,
    las cosas nunca mejoran.
    Si ya iban mal desde el comienzo.
    con el transcurso del tiempo,
    van a peor y se descontrolan.
    Por consiguiente, por eso
    lo veo raro, muy raro, rarísimo,
    que vosotros dos llagarais,
    a ser dos buenos amigos.
    A convivir en armonía
    casi como en los principios,
    de comenzar un idilio.
    Quizás de esa larga existencia,
    que los dos estáis viviendo.
    Doscientos treinta y cuatro años,
    sean el principio, los comienzos
    y aún, os estáis conociendo.
    Deberíamos esperar,
    a que en pasando milenios
    ver, como la cosa os irá
    seguro, que no seréis la excepción.
    Ya que para el amor y la amistad,
    la convivencia es desgaste.
    Y siempre, siempre termina,
    en separación o divorcio,
    y tirándose los trastes.

    03 marzo 2011 | 17:58

  5. Dice ser xulita

    Ya te veía yo una palidez extraña..jajaja.

    Que no Walter!….. que es broma te veo buen color y nada fantasmaaaaaaaaa ! 😉

    03 marzo 2011 | 18:23

  6. Dice ser Marisa G.S.

    Hombre, dicen que es bueno tener amigos aunque sea en los infiernos.
    Si te has echado un fantasma como compañero de ventura, pues sus ventajas tendrá, ¡Que duda cabe!.
    Hay cosas muy raras, sobre todo en cuestiones políticas, por ello ese refrán que dice : » La política, hace extraños compañeros de cama»
    Walter, majete, disculpa, que hace mucho que no visito tu blog, bueno, sí lo visito, lo leo y siempre todos los comentarios, sin saltar a nadie.
    Metamorfosis, siempre tan ecuánime y con los piés en la tierra, Xulita tan tierna y que seguro saldrá de sus dificultades, al S. de Gomaranto, que nos hace poesia la cotidaniedad.

    04 marzo 2011 | 00:44

  7. Dice ser antonio larrosa

    234 años no es nada. Yo ya he vivido 850 años y me siento como Ramsés II, como su momia quiero decir.

    clica sobre mi nombre

    04 marzo 2011 | 10:30

Los comentarios están cerrados.