Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

Sobre el camino marcado

Por aquella época sufría las desgracias cotidianas que traen consigo las rutinas. Estaba tan acostumbrado a la monotonía que no podía diferenciar un sábado de un miércoles. Hacía mi trabajo de forma automática con tanta precisión que hasta podría haberlo hecho con los ojos vendados. Recuerdo que nunca me había salido del camino que recorría a diario, pero el lomo, las gambas y la cola de la yegua del rancho vecino, me hizo abrir los ojos. Relinché, me paré en dos patas, me liberé de la gorda que me montaba y troté. Hacía años que no trotaba; años que no salía del camino marcado por mis propias herraduras. Tenía los músculos débiles y estaba fuera de estado, pero eso no me impidió saltar el alambrado, pararme a su lado e invitarla a trotar conmigo. Fue imposible convencerla. Ella tenía su propio camino, y demasiado miedo como para salirse del mismo.

16 comentarios

  1. Dice ser Metamorfosis

    Qué triste es ser caballo de carga. Y qué duro sería para él liberarse por un momento, vencer la debilidad de sus músculos y ganarse un buen castigo…para luego que le de calabazas una bonita yegua con temor a comprometerse. ¿Y la moraleja de la fábula?. Sal de tu rutina y libérate cuando creas que vale realmente la pena, porque aunque no te lleves el trofeo, al menos habrás disfrutado ese momento, y que te quiten lo «bailao»…

    11 febrero 2011 | 10:42

  2. Dice ser maria b

    me ha gustado, desde la perspectiva del caballo , muy bueno

    11 febrero 2011 | 11:38

  3. Dice ser Clica aquí

    Me extraña mucho que desmontase a su dueña, pues los caballos , como los perros son los mejores amigos de sus amos. Claro que si la gorda pesaba más de cien quilos yo tambien la hubiera tirado y más por el motivo que dices .

    11 febrero 2011 | 12:34

  4. Dice ser Penélope G.

    Me gustó mucho.Sí, salirse del camino es difícil, y a medida que pasa el tiempo, más.
    A mí una vez un caballo me hizo salir bastante de la rutina.Yo montaba muy tranquilamente y de repente se volvió loco (habrá sido el mismo de la historia???) y empezó a correr. Cuando ya me había quedado sin estribos ni riendas, se tropezó y volé por arriba, todo en un camino de piedras.Así me dejó, inmóvil por no se cuantos días y con el cuerpo lleno de cicatrices.Lindo el caballito!!

    11 febrero 2011 | 14:07

  5. Dice ser ana...

    Cuan difícil es tomar una decisión y mandarlo todo por los aires…pero lo más duro es que al fin tengas la valentía de hacerlo y ya sea demasiado tarde para que te acompañen el trote.

    11 febrero 2011 | 15:22

  6. Que bonita moraleja. De vez en cuando necesitamos salirnos del camino, para sentir que seguimos vivos, porque la rutina no excluye necesariamente la felicidad, pero a veces necesitamos hacer locuras, cosas diferentes, lo que para otros puede significar insignificancias, a nosotros nos puede parecer un aliciente, o una diferencia en el resto de los días.
    Precioso.

    http://www.elsecretodeafrodita.es

    Sal de la rutina, coje un camino diferente, encuentra algo que cambiará tu vida sexual.

    11 febrero 2011 | 15:50

  7. Dice ser Enmascarado

    ¡Jo, vaya puñeta con la yegua!
    Pues si ahora resulta que tanto pensar y pensar en dar el salto y resulta que la yegua es una remilgada y estirada.
    …A esta le van las yeguas.

    11 febrero 2011 | 16:10

  8. Dice ser dimagrire

    Querido potrillo, sincermente pienso que es un gran alivio poder vivir una buena tamporada con el piloto automático. En definitiva, sin ansias ni ansiedades.

    11 febrero 2011 | 16:40

  9. He llegado un poco tarde,
    poco margen me han dejado,
    para hacer un comentario.
    Otros que se adelantaron,
    tan difícil me lo han puesto,
    que casi, casi no me atrevo,
    a hilvanar algo que no sea
    repetir lo ya plasmado.

    Hay caminos paralelos,
    que parten de la misma salida
    que llevan a la misma meta
    jamás, ni se tocan, ni se cruzan.
    Que a veces están muy próximos
    y otras algo más distantes.
    Desde un sendero a otro,
    se divisan los caminantes,
    haciéndose señas se invitan,
    para que de uno a otro salten.
    A efectos de poder hacer,
    la senda, el camino juntos.
    Haciéndolo más ameno,
    para poder ayudarse,
    o para hacer el amor
    aunque solo sea una tarde.
    Cosa que no podrá suceder,
    si no se camina junto.
    ¡Qué difícil es dar el salto,
    aunque sea un solo paso!
    Por no perder la rutina,
    o el miedo que pueda dar,
    perder la seguridad,
    pisar lo desconocido.
    Hay quien armado de valor,
    porque alguien le ha incitado,
    salta de su sendero a otro,
    sea caballo, yegua, potra o potro,
    dejándolo todo atrás.
    Y después de haber el saltado
    no le dejen caminar juntos,
    y que de pleno sea rechazado.
    Qué triste debe sentirse,
    al verse burlado, defraudado.
    Pero si el salto no da,
    nunca podrá comprobar
    el resultado del cambio.

    11 febrero 2011 | 18:02

  10. Dice ser Mayo2011

    Cuanta razón.

    Si estas arto de todo lo que pasa en tu ciudad, denunciar injusticias políticas etc.

    Cuando termines de leer 20minutos pásate por http://www.mayo2011.net y di todo lo que quieras antes de las elecciones de mayo

    11 febrero 2011 | 19:28

  11. Un saludo 😉 y clica 😉 mi nombre 😉

    11 febrero 2011 | 20:02

  12. Dice ser Pedro Moreno

    Mis vivencias de la infancia no me dieron para caballos, aunque para burros sí. Entonces si, mantengo algo de experiencia, y recuerdos, de estos nobles animales, que en toda mi infancia nunca faltaron en mi casa, o sea, en la mis padres. Haciendo un intenso registro, en el disco duro de mi cabeza, encuentro uno de tantos casos, ocurrido con estos animales, tanto a mí personal mente, como al resto de amigos, y familiares. Permitirme contar un caso concreto, que le ocurrió a mi prima, junto con una vecina, con el burro, de nuestra propiedad. Eran las fiestas de San Marcos, en una finca a cuatro kilómetros aproximadamente del pueblo, se celebraba una romería, y como ya no cavia mas gente, en el carro de un vecino, mi prima, de dieciocho, o veinte años aproximadamente, junto con su amiga, y vecina de la misma edad, decidieron de irse, las dos juntas en el burro. Todo el camino transcurría, con canciones, chistes, y bromas, entre mujeres, y hombres. Hasta que en una bifurcación del camino, se juntaron con otro vecino, que montaba una burra. Cuando nuestro burro, que debiese tener gripe, o alguna alteración, tipo hormonal, por la fiebre, que parecía tener; Desenfundo su enorme “arma”, y estirando las orejas, se lanzo a carrera limpia, saltando encima, de la parte trasera de la burra. Sin miramientos, ni vergüenza, y sin cortarse ni un pelo, por llevar encima a mi prima, y su acompañante. Las cuales cayeron, y rodaron por el suelo, hasta quedar estupefactas, sujetas en la pared, de un cercado próximo, donde fueron testigos de excepción, y de primera línea, junto a otros vecinos; Del principio, de ejecución, del consabido milagro, de la vida. Hasta que otros acompañantes del camino, reaccionaron, separando a ambos, copulan tés. No sin bastante esfuerzo, por lograrlo, ya que ninguno de los dos animales, estaban decididos a dejarlo.

    11 febrero 2011 | 20:25

  13. Dice ser xulita

    @Pedro Moreno

    jo!, qué crueles ya podíais haberles dejado rematar la faena.

    Es difícil salirse del camino marcado.
    Pero cuando lo haces… ¡Qué gustazo!

    PD Y no lo digo por el burro es cuestión. 😉

    Buen fin de semana a tod@s.

    11 febrero 2011 | 21:40

  14. Dice ser MARA

    Anda, que te podias peinar, afeitar y cambiar de ropa para hacerte la foto chico… que cada vez que la veo, flipo.

    12 febrero 2011 | 03:25

  15. Muy buen poesia sigue asi!

    13 febrero 2011 | 17:04

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