Después de varios meses disfrutando de sus besos, caricias y abrazos, ella rompió su corazón apartándolo de su vida y él, con la esaza esperanza que le quedaba en el bolsillo, decidió recuperarla. Probó con flores, bombones, alhajas y cartas de amor pero nada dio resultado. Desesperado y con la soga al cuello, su alma le pareció un precio bastante justo para volver a disfrutar del amor de su vida. El diablo se encargó de redactar el contrato. Ahora, habiendo alcanzado su sueño, caminando de la mano con su amor recuperado y gozando además de los favores económicos que puede otorgar el infierno, espera temeroso el momento en que las brasas abracen su cuerpo. Incapaz de disfrutar de los pocos años que le quedan de vida, teme por su futuro y despierta por las noches, bañado en sudor, con la imagen de su socio recibiéndolo en las puertas del infierno.
Que chorrada mas grande, no???
14 enero 2011 | 11:06
Lo que es escribir por obligacion…
14 enero 2011 | 11:13
Mira que andaba yo con la duda, vendo mi alma.. o mejor la alquilo. Gracias por el artículo, salvará a miles de ingenuos desesperados jajaja
14 enero 2011 | 11:17
Por lo poco que yo sé sobre pactos infernales(también tengo un bonito relato sobre diablos) no te puedes fiar en absoluto de los demonios (sabios, en griego) porque siempre engañan, juegan con ventaja y sacan buen provecho de sus pactos. Que andan entre nosotros es innegable, los habeis visto muchas veces aunque no os lo creais. Son bellos, inteligentes y muy astutos. Nada que ver con cuernos, rabo y rostros deformes, nada que asuste. Son muy atractivos y te meten malas ideas en la cabeza (por si acaso nos hicieran falta más malas ideas), se divierten con nuestros errores y juegan con nuestros sentimientos. Yo tuve el dudoso honor de conocer a uno. Le calé al primer vistazo, por eso no me arrastró en un cúmulo de caidas de gente que confió en él. Aún se ríe con ganas, mientras él sale indemne de todos los problemas que causa. Pensadlo bien y veréis como os habéis cruzado con más de un@.
14 enero 2011 | 11:31
El Metamorfosis qué es? un cura?.
Lamento haber perdido tiempo en leer esto…
14 enero 2011 | 11:47
;))))
Y su amada no tiene libre albedrio ???
Como se la monta el diablo para que ella acepte ???
Esto no funciona…
Ya me lo dijo Belcebú….
S2
14 enero 2011 | 12:05
Para pasar un buen finde, clica mi nombre 😉
14 enero 2011 | 12:18
yo quise vender mi alma por un curro pero no me la aceptaron, que ya tienen muchas
14 enero 2011 | 12:27
@Machoman: Por tu nombre adivino como puedes ser. Adivina como soy yo, si puedes.
14 enero 2011 | 13:18
Es que, en este mundo en el que vivimos, con un dios que parece siempre estar viendo para otro lado, con el demonio al asecho listo para devorarnos, y siendo, nosotros, la morada viviente del pecado -fáciles, fáciles-, muchas veces no nos queda más que entrar en tratos con satán,entregarle lo poco que somos, a cambio de un instante de felicidad.Después de todo, si ayer nos podíamos imaginar al purgatorio como a un gigantesco spa, quien sabe, a lo mejor nos llevamos una sorpresa, y el fuego eterno del infierno no es más, que un sol abrasador en alguna playa Caribenia, y nos pasamos asi el resto de la eternidad, echados, calentitos, con un cuba libre incluído, eterno claro.
14 enero 2011 | 15:26
¿Y no será mejor disfrutar de lo que tienes hoy y no preocuparse por un futuro desconocido?
¿Donde este ese diablo para firmar un buen contrato?
Marta
14 enero 2011 | 16:50
Es cosas de los humanos
el vender hasta lo invendible.
Esto comenzó al principio,
vendiendo un hermano a otro
sus derecho de primogénito,
por consiguiente la herencia.
por un plato cocinado,
al parecer de lentejas.
Una vez la digestión hecha,
y de nuevo hambre tenía.
Pensó que la venta que hizo,
fue la mayor tontería,
de las primeras que se hizo,
en este incipiente mundo.
Quiso deshacer el entuerto,
y no encontró otra manera,
que a su hermano muerte dando.
Golpeándolo hasta matarlo,
con la quijada de un burro.
Volviendo a ser heredero
ya que quedó como hijo único.
Desde entonces en este mundo,
todo es vender y comprar.
Se vende lo que se tiene
y también lo no obtenido.
Cuando ya no queda nada,
se recurre al que llaman:
Satán, Belcebú o El Maligno.
A cambio una veces, por lentejas
otras veces, por langosta y caviar,
Muchas por oro y honores,
o por fama y notoriedad,
también por la cama, y sexo.
Se entrega bajo contrato
el pellejo, el cuerpo entero
y casi siempre hasta el alma.
Después de la transacción,
transcurrido ya algún tiempo.
Afloran remordimientos
por el miedo o el terror.
De tener que efectuar el pago,
de tener que saldar la deuda,
a tener que dar por obligación
con los huesos en el infierno.
¿Cuándo la enfermedad comienza?
Sin duda enfermedad mental
¿Cuándo se intenta le venta,
o cuando terror da el pagar?
14 enero 2011 | 17:30
Yo soy de los que prefieren ir al infierno que debe ser más divertido.
Pero como no me gusta el humo, prefiero esperar a que Zapatero llegue antes e implante la ley de prohibición en espacios cerrados.
Además yo soy más del calorcito, saunas y esas cosas, que seguro que arriba tienen la estufa rota y así andan todos, medio tiesos.
Como nadie lo dice, lo tendré que decir yo, pero…vaya palabrota que te has inventado. «Esaza» me suena más a café que a cantidad de esperanza. Yo creo que lo que tenías era escasa la esperanza.
¿A quién querías tú despistar? ¿ehmm?
14 enero 2011 | 19:54
os dejo un saludo por bulerias
clica mi nombre
15 enero 2011 | 03:16