—No hay mejor manera de ganarse la vida que la de ser un hombre que oficia de altruista —le dije, y me estiré para estrecharle la mano. Él me correspondió el gesto y desde ese preciso instante sellamos un trato. Los años fueron pasando y aquel niño que me salvó la vida al sacarme de la calle se fue convirtiendo en un hombre. Yo nunca le perdí el paso. Fui más fiel que su propia sombra y él, por pura bondad, me ofreció techo y comida. En ese acto desinteresado me di cuenta de que hay personas que dan mucho sin pedir nada a cambio. Aprendí de él, y por lo tanto seguí su ejemplo. Ahora lo protejo del peligro, caminando a su derecha, mostrándole los dientes a cualquier persona que se acerque algunos pasos. Lo cuido, a cambio de nada. Él me rasca las orejas, a cambio de nada.
¡¡¡guauu¡¡¡guau ¡¡¡¡¡
17 noviembre 2010 | 12:11
Deberíamos ser un poco altruistas todos, no pasar tanto del resto del mundo y ofrecer la mano a quien lo necesita. El mundo iria mejor.
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17 noviembre 2010 | 14:15
Ser generoso con un perro es de personas bien nacidas. Te dan el mundo a cambio de un cuenco de comida, uno de agua, tres paseos diarios y cuatro caricias. Me parece inhumano que alguien trate mal o mate a un animal, sobre todo al ser más generoso y desinteresado de nuestro entorno. Muchas veces, cuando alguien en casa está enfermo, Queen no se mueve de su lado, porque no puede hacer otra cosa salvo acompañar. Si ve que alguien está triste, se instala en su regazo y con solo tocarla te transmite paz. Si ve que alguien tiene ganas de jugar, ella se apunta la primera. A pesar de que es aún muy joven, ha aprendido a comunicarse con nosotros de todas las formas posibles para un animal. El dicho de «solo le falta hablar», a ella le sobra. No le hace falta hablar, porque sabemos de sobra lo que quiere o necesita con una mirada o un gesto. Ser generoso con ella no tiene ningún mérito. Queen se lo merece todo.
17 noviembre 2010 | 15:02
Altruistas como el perro,
todos al mundo llegamos,
desde muy, muy pequeñitos,
altruistamente damos;
La sonrisa de los labios,
la alegría de los ojos,
el movimiento de pies
y también el de los brazos.
Lo único que podemos,
lo único que tenemos,
ya que con ellos nacemos,
no tenemos que adquirirlos
no tenemos que aprenderlos.
El niño nace altruista,
el altruismo es genético.
Que por desgracia se pierde,
nos hacemos egoísta,
cada día un poco más,
conforme vamos creciendo.
El egoísmo se adquiere,
conforme hay que hacer esfuerzos,
para llegar a poseer
los bienes materiales,
pareja, conocimiento,
rango y estatus social.
El perro sigue altruista,
aunque se esté haciendo viejo.
Él no tenía que aprender,
nada de nada en su vida.
Todo lo que necesitaba
ya lo traía aprendido,
gracias a su genética carga,
algunos dirán instinto.
17 noviembre 2010 | 16:09
Mi perro es el único que me saluda efusívamente todos los días de su vida cuando entro por la puerta haciendo fiestas, saltos y alegrías, eso no lo hace nadie más y además por nada, por un plato de pienso, agua y sus paseos correspondientes. Para que queremos humanos??? Me quedo con los perros son mejor que las personas, siempre de buen rollo, no se meten con nadie y siempre a tu lado. Mejor hubiera sido un mundo de perros en vez de humanos, todo estaría bien.
17 noviembre 2010 | 16:32
Asi deberiamos ser los seres humanos, todo el dia echados a la bartola, durmiendo la siesta, comiendo por la cara, saltando y jugando, oliendonos y chupandonos las pelotas (las nuestras claro esta) oliendole y chupandoles los potorros a las hembras y todo el dia meneando el rabo. Que vida…… de perros.
17 noviembre 2010 | 17:05
Y bueno………….si te rascan las orejas………….
No, hablando en serio, conozco a muchas personas que dan sin pedir absolutamente nada a cambio, mi madre una de ellas.Sería injusto que hablara del perro.Chau!
17 noviembre 2010 | 17:18
He tenido dos perros, primero a Blacky un mezcla muy inteligente y después a Roy un bobtail,la cosa más noble y bonita del mundo.
Los dos encontrados en la calle y conmigo hasta su muerte.
Podemos ser igualmente altruistas con animales y personas, pero en los animales su agradecimiento es incondicional y hasta el final de sus días.En las personas…….
Hola 17-11-2010
17 noviembre 2010 | 17:32
¡Me encantó!! Considero un arte muy ingenioso y díficil este género de microrelatos. Excelente
17 noviembre 2010 | 19:15
Bues post Walter, nunca tuve perro, entiendo que las sensaciones que aportan a las personas son todas positivas. A mi madre le provocaron una enfermedad que casi se la lleva y eso condicionó, me imagino, a que nunca se nos ocurriera a ninguno, pero a pesar de no conocer directamente ese altruismo que comentáis, reconozco que a los mayores les da compañía y perfectamente puede servir de ejemplo para niños.
17 noviembre 2010 | 19:44
Como siempre he tenido varios perros podria estar contando muchas anecdotas y cosas que he vivido con ellos , pero solo voy a contar una que ya he contado en diversas ocasiones, por lo inverosimil
Un agricultor vecino de mi casa de campo tenia un perro que siempre estaba con él y un dia el buen hombre se encontró mal y nos avisó a nosostros pues vivia solo Se acercó como pudo a mi casa a pedir ayuda, venia con su perro , un perro de mediana estatura de raza desconocida, durante un buen rato mientras venia el médico el perro no se movió de su lado y cuando el médico llegó y reconoció al enfermos dijo: Este hombre esta muy mal y seria conveniernte llevarlo al hospital donde tienen más medios. El mismo galeno llamó a la ambulancia y se llevaron al señor, que era bastante viejo pues tenia ya ochenta años. A las dos horas nos llamaron por teléfono diciendonos que habia fallecido. El perro como si hubiera comprendido lo que nos estaban comunicando en mpezó a llorar como si fuera una persona y asi permaneció bastante dias hasta que desapareció de mi casa y del entorno. Varios dias después tuve que ir al hospital donde falleció el hombre para arreglar unos papeles y me encontré al perro en la puerta. El hospital esta a unos quince quilometros de la casa y los empleados le estaban dando de comer porque el perro se negaba a moverse de alli y siempre estaba lamentendose.
Me lo llevé a casa y a los dos meses murió.
Nunca olvidaré a aquel perro que se llamaba Perdido. Bueno esa es la historia , otro dia contaré alguna más, pues he tenido muchos perros.
Clica sobre mi nombre
17 noviembre 2010 | 22:58