Estaba decidido a sincerarme. La tortura de verla cotidianamente sin atreverme a confesarle mi amor, ya era intolerable. Pensé en mil formas de decírselo e incluso las practiqué delante del espejo. Elegí la frase más simple y directa, y luego me concentré en lograr que me salga con total naturalidad. Me entrené, escogí el vestuario y compré el perfume ideal para ese momento estratégicamente planeado. Al llegar el día me senté a su costado —tal como lo hacía de lunes a viernes en el horario de almuerzo de trabajo— y comencé a ponerme nervioso. Tenía miedo de arruinar la oportunidad de confesarle los sentimientos que ocultaba desde hacía tiempo. Aún así, estaba seguro de mí mismo, me dejé llevar por la situación y justo al momento de decírselo, un «me gustás mucho» se me atragantó en las cuerdas vocales. Después de varios almuerzos más, continúa enredado en el mismo lugar.
Pues nada hombre escribeselo.
Mientras permanezca enredado ese «me gustas mucho» en tus cuerdas vocales, esa persona sabrá que estás por ella.
Procura que no se te desenrede o la perderás.
http://www.temasarte.com/esculturas-arte-a/factoria_creativa_la_rosa_del/ficha/Factor%C3%ADa-Creativa—La-rosa-del-querer.html
02 noviembre 2010 | 13:40
¿A quien se le ocurre escoger un almuerzo para hacer una declaración de amor ? Los almuerzos son para hablar de negocios . Para hablar de amor se inventaromn las cenas que son las que están antes de meterse en la cama . ¡¡Mira que hay que ser burro !! ¡¡Se tiene merecido el atragantamiento!!
Clica sobre mi nombre
02 noviembre 2010 | 13:51
Nunca hay que mezclar la comida con los discursos sentidos. al protagonista le hubiera ido mejor si se hubiera tomado un lingotazo (uno solo, si no arruina el discurso con titubeos e hipos). Se hubiera desinhibido y hubiera expuesto sus sentimientos de una vez, como un parto sin dolor alguno. Ahora sus palabras siguen atascadas sin dejarle expresarse ni apenas respirar, y un día tal vez le provoquen una parada cardiorespiratoria y le lleven a la tumba…
02 noviembre 2010 | 14:43
¡Díselo con mimos!
Por supuesto con ternura y énfasis,
con los gestos de la cara,
con el movimiento de las manos,
pero díselo de una vez,
aunque sea por mimos, por señas.
Que ella se dé cuenta de amor,
que desde tiempo ha, tu le profesas.
Cada día va en tu contra,
el tiempo pasa de prisa,
¡Apremia hombre, apremia!
Cuando no es que atragantas
es porque como un flan, tu tiemblas.
El “No” eso siempre se tienes,
pero si tu no lo intentas,
te quedarás con la duda,
que es lo que por ti siente ella.
Si por señas tampoco te atreves,
coge suavemente su mano.
te la acercas hasta tus labios,
y después de un tierno beso,
pósala sobre tu pecho.
Notará que tu corazón
late de prisa, tan de prisa,
que se te quiere salir,
que está a punto de estallar.
Eso es más que suficiente,
ella te comprenderá.
Si es que tú no te decides,
otro se adelantará,
y te quedarás sin ella.
Y la verás que al salir del trabajo
otro hombre que la espera
del brazo a ella se la lleva.
Ya no almorzará contigo,
para siempre la habrás perdido.
¿Por atraganto?…¿O por torpeza?
02 noviembre 2010 | 16:33
Hay que ver lo malos que son los atragantamientos. Por un lado el del hombre de Mallorca que se atragantó con una hamburguesa y ahora el del relato con las palabras ede «me gustas» hacia su amor platónico.
Yo que este último, como han dicho antes,se lo escribiría y se lo dejaría, junto a una rosa roja en su sitio del almuerzo, y como dice metamorfosis, antes que se pegue un lingotazo para coger ánimos, de orujo no estaría mal.
Pero q
02 noviembre 2010 | 16:58
Perdón, que me corté…
continuo…… Pero que se espabile no sea que haya alguien que se le adelante, como dice al S. de Gomaranto
02 noviembre 2010 | 17:03
……….yo le dije , en el desayuno ¡¡» Me gustas mucho ¡¡¡¡ y ella respondio ….¡¡a mi tambien ¡¡¡ me gusta mucho el croisant mojado en chocolate ….¡¡¡ desde entonces odio los desayunos , los croisants , el chocolate y las novias sordas …..
02 noviembre 2010 | 17:05
El almuerzo suele ser apresurado y en mitad del trabajo.No, el almuerzo no
Yo si tiene que ser durante una comida, eligiría la cena.
Mucho más romantico , la luz de la luna…..y luego como dicen por ahí arriba , las copitas lo ponen más facíl. 😉
02 noviembre 2010 | 20:32
Iba a comentar también sobre el mantel.
Pero mejor no comento.jajajaja
02 noviembre 2010 | 20:34
Tenía que habérselo dicho cantando. «me gustas mucho, turuturururururur, me gustas mucho TÚ tururururururururururur tarde o temprano, serás míaaaaaaaaaaa, míaaa tú seráaaaaaaaaaaas». La canción es una conocida pero es en masculino, jiji.
Priapo, muy bueno jajaja. Entonces no desayunas??? :O
03 noviembre 2010 | 09:44
«… justo al momento de decírselo, un «me gustás mucho» se me atragantó en las cuerdas vocales». Aligeré el mal trago, prescindí del predicado, lo personalicé aún más, me dejé llevar del play. Se lo envié por mail. Mas fueme peor, como vuesa merced verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres. Ésta fue su respuesta: «Te gustan demasiadas cosas». Y me mandó al spam. Allí sigo.
05 noviembre 2010 | 02:40