El laborioso pintor del pueblo, harto de pintar los tapiales y las fachadas de las casas, se reveló ante la monotonía de su trabajo y quiso demostrarse a sí mismo lo que podía llegar a hacer con un pincel y una lata de pintura. Al otro día, no hubo nada que no amaneciera de verde. La ciudad completa había sido invadida por un único color y ni siquiera el celeste del cielo se había salvado. Todo, las personas, los autos, las mascotas, el cemento, las bicicletas, los bancos de la plaza, la iglesia, la estación de bomberos, las escuelas y los hospitales; todo se pintó de verde y el pintor, quien había entrado por la noche a cada una de las casas para pintarles muy meticulosamente los ojos a sus habitantes mientras dormían, nunca reveló el secreto. La visión monocromática del pueblo, comenzó a borrarse al tercer lavado de cara.
Pues es una brillante idea la del pintor. Verde esperanza. O podía haber pintado cada calle de un color diferente, así ya no las distinguían por los nombres «calle juanpepito» sino… «calle roja»
27 octubre 2010 | 12:24
Oh que bien soy la primera por segunda vez. Bieeeeeeeeeen
27 octubre 2010 | 12:24
El pintor eligió bien el color, todo de verde. ¿Imaginais una ciudad completamente roja, o naranja, o amarilla? Provocaría un aumento inusitado de energía en las personas que desembocaría en el agotamiento físico general y en el caos más absoluto. Azul o verde otorgan tranquilidad y paz interior, incluso se dice que el verde atrae a la prosperidad (por eso de los billetes verdes, supongo). De esta forma, los habitantes de la ciudad verde se tomarán la vida con calma, reflexionarán antes de actuar y sobre todo, se erradicará la violencia. Eso sí, la policía hará un especial seguimiento de los daltónicos, por si las moscas…
27 octubre 2010 | 13:09
Caray con el pintor, a mí me gusta el verde muchísimo, vamos , que es mi color favorito.
las esmeraldas, mi piedra preferida, pero de eso a verlo y tenerlo todo verde , va un abismo.
Menuda obsesión, es como quien lo tiene todo negro. Con lo precioso que es un mundo lleno de colores, bueno y el blanco, como esos pueblos españoles que componen la España Blanca.
Un pintor que me fascina es Sorolla, el pintor de la luz. El año pasado, creo que por Junio , tuve la ocasión de visitar la exposición del Museo del Prado dedicada a este pintor; maravilloso su azul y la suavidad de sus pinceladas, perfecto reflejo de su amor al mar, como supongo , los ojos azules de su niño querido y su mujer, Lobo.
saludos
27 octubre 2010 | 13:26
Mariconetti, píntate del color que quieras pero desaparece.
27 octubre 2010 | 14:48
Me encanta la metáfora, el color verde es lo de menos, la cuestión es que para que un colectivo tenga una percepción de la realidad no es necesario cambiar la realidad si no que es suficiente con cambiar el punto de vista de la gente, de la misma forma que hace el pintor pintando los ojos de la gente en lugar de pintar todo el pueblo.
Al menos el autor del artículo deja lugar a la esperanza al final del mismo, con lo del tercer lavado de cara. De esta forma demuestra que por mucho que nos intenten cambiar el punto de vista (como pueden hacer la prensa o los gobiernos) siempre quedará la personalidad humana suficientemente fuerte para saber ‘limpiarse’ de prejuicios y juzgar por si mismos, volviendo a verlo todo de colores.
27 octubre 2010 | 15:21
Ojalá un día todos nos levantásemos con ojos «nuevos», ojos curiosos, ojos que se sorprendan, que se pregunten,ojos que todo lo miren, que todo lo descubran, ojos que no han visto el odio, ojos que busquen colores, todos los colores, ojos que busquen otros ojos…
27 octubre 2010 | 15:56
Verde que te quiero verde,
aunque prefiero las maduras,
no me refiero a las hembras,
estoy pensando en las frutas.
De verde es la esperanza
y el viejo verde es la burla.
Un pueblo todo de verde,
pueda ser una pesadilla,
que confunda al más centrado,
y lo haga enloquecer,
si del pueblecito se aleja.
No atinará al volver
no encontrar al pueblecito
entre el bosque y la maleza.
El pueblo de verde pintado,
pueda que sea relajante,
pero para el que se ha perdido,
seguro, seguro que es enervante.
Yo prefiero los pueblecitos
todos pintados de blanco,
con los tejados de rojo.
Como los veo desde aquí,
desde Al Sur de Gomaranro.
27 octubre 2010 | 16:27
Hice yo hace un par de años un cómic con una idea semejante que se puede leer aquí: http://issuu.com/punio/docs/recienpintado
27 octubre 2010 | 18:04
Me imagino ese pueblo entre pinares, camuflado e integrado en el paisaje.
Precioso…..
Un saludo.
27 octubre 2010 | 18:27
@ Puño : He leido tu cuento y esta muy bien, muy original. pero no comprendo porque pintaban todas las casas de noche cuando nadie los veia, ¿No hubiera sido más facil y económico dejarlas tal cual.? Yo prefiero el color azul del cielo y del mar , aunque el verde sea el color de la esperanza, de los bosques y de todos los campos. Cuando alguien me dice que estoy verde en algo me da rabia.y pienso que es la envidia lo que induce al que afirma tal cosa. Hay un fruto que es verde por fuera y rojo por dentro y normalmente nos comemos lo de dentro y lo verde lo tiramos a la basura. Es la sandia . pero no quiero divagar, he leido que hay extraterestres verdes y que son enemigos de otros azules, como pasa con las casas de tu cuento, pero eso es otra historia que pertenece a la literatura fantástica y…. Vale , vale, hoy no estoy muy fino, asi que no digo más que …Clica sobre mi nombre
27 octubre 2010 | 20:49
Entiendo la metáfora del escrito tal y como la ha explicado (Jimbo) no quito ni una coma, es mas creo que es la mejor apreciación, sobre esta página del blog. Siempre bajo mi criterio claro. Esto nos demuestra que a la gente por lo general se le puede embaucar, engañar, o hacerle ver cosas que no son ,! mira por donde estaba pensando en la mayoría de la clase política!. Claro que también esto nos puede ocurrir en otros niveles de la sociedad. Menos mal que la persona es lo bastante inteligente, para admitir los hechos solo al principio, viendo su forma de actuar, enseguida reflexiona, y inequívocamente se da cuenta quien le dice la verdad, y quien trata de engañarle en provecho propio. De ahí viene que mucha gente, vote por ejemplo a un partido político, fiándose de las promesas con toda clase de parabienes, ofrecidas solo en campaña electoral, haciéndole ganar las elecciones, y llevando cierto tiempo en el poder se dé cuenta, el ciudadano de su error, y en la primera ocasión que encuentre vote a otro partido, o a ninguno por su desconfianza en toda la clase política. Igual ocurre en todo el ámbito de la sociedad te pueden engañar al principio por sus cantos de sirena, pero en seguida te das cuenta de la realidad, actuando en consecuencia.( Un saludo)
27 octubre 2010 | 21:35