Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

Un poco más de tiempo

Paré en una vieja gasolinera a cargar combustible y comprar un poco de tiempo. Llené el tanque, pagué algunos euros por dos horas reloj y las dos de la tarde se convirtieron en las doce del mediodía. El sol volvió a colocarse sobre mi cabeza y pisé el acelerador de la coupé para poder aprovechar al máximo las horas adquiridas. Cuando llegué a su casa todavía me sobraban unos 15 minutos y los aproveché para encender y disfrutar de un cigarrillo negro. Ella no me dejaba fumar y yo tenía que esconder el vicio. «Eso te mata de a poco», me advertía cada vez que terminábamos de hacer el amor. «Vos también», le retrucaba. Salió de su casa decepcionada, se le notaba en la cara y en la forma de hablarme. Ese día, después de una larga discusión, fue cuando me dejó. Ella quería envejecer conmigo. Yo seguía comprando tiempo.

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