Esta mañana he leído este titular en El Confidencial Digital: «Rafael Hernando se querellará contra quienes tuitearon sus palabras sobre las víctimas del franquismo». ¿Contra todos? Vamos a ver.
La información dice -rebajando la intención respeto al titular- que el diputado y portavoz parlamentario del PP «está estudiando querellarse contra todos aquellos que tuitearon sus palabras sobre las víctimas del franquismo, ya que, en su opinión, han manipulado el contenido de su discurso». De nuevo… ¿Todos?
Fuentes del grupo parlamentario popular me han confirmado que sí, que Hernando «está estudiando» presentar una querella contra aquellos que han difundido «palabras falsas». No me han dado detalles sobre cantidad -de querellados-, aunque entiendo que no abarcaría la medida ‘solo’ a los que dijeron cosas en redes sociales.
Lo digo porque se han escuchado y leído opiniones al respecto también en otros sitios. No obstante, el propio Hernando citó a Twitter y a «la Red» en una de las explicaciones sobre este asunto, diciendo que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica basó la denuncia contra él «en unas declaraciones manipuladas y difundidas en Twitter«.
Hernando argumenta que la Asociación basa su denuncia en comentarios de Twitter porque la literalidad de la frase que incluye en el escrito no se corresponde con lo que él dijo y sí con lo que se ha podido leer en algunos tuits posteriores a su intervención en el programa El Cascabel de 13 TV. Lo que consta en la denuncia es:
«Los familiares de las víctimas del franquismo solo se acuerdan de ellos cuando hay subvenciones».
Lo que él dijo es:
«Lo que ocurre es que algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarlo».
Los tuits no dejan lugar para el contexto en muchas ocasiones (error, por otra parte). En otras, la literalidad varía en función del usuario que comenta o del espacio. Esas son las bases del argumento del diputado Hernando para explicar que se ha cargado contra él, «tergiversando» sus palabras y de manera intencionada. Apela al contexto y a la literalidad. Son estos:
«Esto de remover las tumbas, imagínese usted don Antonio que en Europa, verdad, que ha habido 100 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial, se dedicaran los Gobiernos a pedirle al Gobierno de al lado que levantara las cunetas, las carreteras, a encontrar los muertos de sus soldados que han matado. Digo. Imagínese que esto fuera el debate europeo actual. Lo que ocurre es que algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarlo. Ese es el problema. Sí, esto ha pasado, esto ha sido así. No, perdona, yo les respeto más que tú, más que usted. Lo que no hago es un debate falso de esto».
Es lo único que he podido rescatar del debate, ya que no encuentro el programa entero. La encuesta que se ve en pantalla debajo de Hernando en el vídeo indica que el tema tratado era el traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos. Ahí comienza todo, con el «Esto de remover las tumbas…». Saltando a «soldados» y a «padres», supuestamente genéricos, en la conversación con Juan Segovia, del PSOE.
Me temo que hay un problema, porque las palabras de Hernando son interpretables precisamente por su condición de genéricas y, al mismo tiempo, de concretas. Son en sí mismas una opinión y, aunque sí están enmarcadas en un debate que evoluciona, lo cierto es que el diputado les ha otorgado sentido después, con estas declaraciones a Cuatro: «Es evidente que hubo un surgimiento de asociaciones al calor de determinadas subvenciones».
Todos los tuiteros que no escribieron de forma literal sus palabras, parafraseando al Código Penal, lesionaron su dignidad, «menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación», según parece indicar el hecho de que Hernando se esté pensando en llevarlos a los tribunales. Las injurias están contempladas en la ley y son punibles, se produzcan donde se produzcan. El problema es si el diputado quiso decir lo que quiso decir o no. O qué quiso decir.
¿Todos los tuiteros tergiversaron sus palabras a propósito? ¿Solo unos cuantos? Rafael Hernando no escribía en su cuenta de Twitter desde el 26 de octubre. Hoy ha escrito dos tuits. Habla de entrecomillar palabras que no dijo -intuyo que habla de «víctimas del franquismo», que muchos colocaron en lugar de «algunos»- y del «artero fraccionamiento del debate».
Atribuir un comentario no realizado entrecomillando para darle verosimilitud también. Más cuando el objeto es escandalizar a gente de bien
— Rafael Hernando (@Rafa_Hernando) noviembre 27, 2013
Descontextualizar un comentario de una tertulia manipulándolo mediante su artero fraccionamiento para causar escándalo es un ilícito penal
— Rafael Hernando (@Rafa_Hernando) noviembre 27, 2013
Veo en Topsy que el 25 de noviembre unos 3.000 tuits nombraban las palabras «Rafael Hernando» y otros tantos mencionaban «víctimas del franquismo». @rafa_hernando recibió unas 1.570 menciones. En los últimos dos días, Rafael Hernando aparece en más de 5.200 tuits. Y siguen los comentarios. El querellante y el juez van a tener trabajo.