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"It's the end of the world as we know it (and I feel fine)" Michael Stipe

Twitter permite que cualquiera te envíe mensajes privados (si le dejas)

A mi ya me ha salido la casilla; a algunos de mis compañeros en el periódico aún no. Pero no tardará.

Hablo de la casilla de los DM (mensajes directos) en Twitter, la que permite habilitar la opción de que cualquiera -sí, habéis oído bien- pueda enviarnos un privado. Así es como se ve en el apartado de «configuración» en web:

Casilla DM

Nadie se ha dado cuenta de esta nueva función hasta hoy mismo. De hecho, en el Help Center de Twitter no ha habido cambios al respecto -a la hora de escrcibir este post-, tal y como se puede comprobar tanto en la versión en inglés como en la española.

Help Center

Twitter no ofrece por el momento una explicación sobre el tema, aunque podemos elucubrar. Para empezar, tal y como comentan The Verge o Techcrunch, esto favorecerá que usuarios/clientes contacten con empresas/marcas. Yo añado que, además, estos contactos dejarán de airear el público ciertos problemas derivados de la atención al cliente, a veces en un tono no muy agradable.

Por su supuesto, esto irá a la inversa. Si habilitamos la casilla puede que empecemos a recibir publicidad porque, ¿no es esto un consentimiento implícito para estas cosas? Si nos sigue una marca podrá enviarnos publi; digo, mensajes.

Por otro lado, a lo mejor ahora es más difícil discriminar los mensajes reales, con contenido, del spam o de los virus. Más o menos sabemos a quién seguimos pero, ¿tenemos identificados a todos los que nos siguen? Puede ser complicado de gestionar.

No activar la casilla supone mantener el control sobre la parte más privada de la cuenta de Twitter; hacerlo puede abrirnos puertas, por ejemplo, a profesionales como los periodistas sin que todo el mundo se entere de que alguien quiere contarnos una cosa o ponerse en contacto con nosotros.

Twitter ya empezó hace unos días a hacer pruebas en este sentido con la cuenta de noticias de última hora @eventparrot. Estoy convencida de que pronto empezaremos a ver en las Bios de algunos usuarios en Twitter un ‘acepto DMs’ (o ‘no acepto’). En algunos casos hasta sería conveniente.

¿Serán los mensajes directos el nuevo whatsapp? Miedo me da.

6 comentarios

  1. Dice ser Carlos

    Yo no lo veo por ninguna parte…

    15 octubre 2013 | 18:08

  2. Dice ser persona

    Lo que tiene que hacer twitter es mejorar los mensajes privados… que a mi cada dos por tres me dice que tengo… y es antiguo.. o son dificiles de borrar!!

    xd

    15 octubre 2013 | 18:58

  3. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Twitter esta muy bien, y no has de escribir mucho —. Con pocas palabras basta—

    clica sobre mi nombre

    16 octubre 2013 | 11:10

  4. Dice ser theidy

    te reto a q me digas
    1..algo tierno
    2..algo feo
    3..algo bueno
    4..algo atrevido
    5..una verdad
    6..una mentira
    espero la respuesta de ustedes

    16 octubre 2013 | 23:47

  5. Cualquiera puede irse de lengua en Facebook. Hablar más de la cuenta de la vida de otros, pero lo normal es que lo haga de la suya propia. Que cuente sus problemas de tránsito intestinal o los de su niño, la épica doméstica para poner la funda del edredón, que publique un mensaje trasnochado de su ex o la foto de las cuatro botellas de vino vacías que yacen sobre la mesa de su cocina.
    Antropólogos, sociólogos y psicólogos no acaban de entender por qué somos más indiscretos que nunca en el escaparate global, y tejen abundantes teorías al respecto. Y como siempre queda muy elegante citar a algún filósofo o académico para explicar nuestras conductas asilvestradas en Internet, aquí van algunas de las más recientes:

    Teoría N.1
    Sherry Turkle, profesora del MIT y autora del best seller Alone Together cree que «estamos perdiendo el saludable sentido de la compartimentación de la información». Ese que nos enseñaba que no podíamos decir las mismas cosas en todos los sitios, que cada público requería unos códigos y un lenguaje y que no se hablaba igual con todos, ni se contaba lo mismo a todo el mundo. Esta pérdida del pudor para hablar de nuestras miserias la explicaron el año pasdao unos investigadores de la Universidad de Harvard con su hallazgo de que «compartir nuestros pensamientos y sentimientos íntimos activa el sistema de recompensa neuroquímico del cerebro, en una medida mayor que contar las actitudes de otras personas».

    Teoría N.2
    Elizabeth Bernstein, socióloga y columnista del Wall Street Journal piensa que la pérdida de aprecio por nuestra privacidad no podría explicarse solamente por la proliferacion de reality shows en todas las televisiones del mundo, sino también porque hablar de nosotros mismos es un modo de controlar la ansiedad. Este esfuerzo se conoce como autoregulación y funciona, según la socióloga, de esta manera: Cuando estamos hablando con alguien consumimos mucha energía en intentar lograr dejar una buena impresión en el otro. «Tratamos de parecer más inteligentes e interesantes pero ese esfuerzo supone que el cerebro pierda capacidad para filtrar el tipo de información que vamos soltando y a quién».

    Teoría N.3
    Para el profesor Russel W. Belk, de la Escuela de Negocios de la York University en Toronto y autor del trabajo El yo extendido en el mundo digital, nuestra presencia y comportamiento en redes sociales como Pinterest, Instagram y Youtube están creando una idea más compleja de quiénes somos. «Estamos construyendo nuestra identidad de un modo que nunca antes habíamos probado». «Cuando publicamos algo sobre nosotros no tenemos a nadie enfrente para que nos responda, esto nos hace ser más desinhibidos. «Nos sentimos casi invisibles cuando escribimos un comentario que irónicamente podrá ser visto potencialmente por mucha gente».
    El profesor Belk cree que las prácticas del confesionario católico o del diván del psicoanálisis han migrado a Internet. Por su parte, las redes sociales con sus continuas preguntas «¿Qué está pasando?» «¿Qué estás pensando?» etc. no hacen más que incitarnos a que contemos cada vez más detalles sobre nuestra vida. La reacción de amigos, familiares y desconocidos nos critican o nos validan en nuestras posturas, y terminan por apuntalar nuestra identidad. Pero eso no es nada nuevo, en el mundo real la identidad se construye entre todos, entre uno mismo, los amigos y los enemigos.

    Teoría N.4
    Segun este experto, otro ingrediente del exhibicionismo on line es la tensión entre la privacidad y la posibilidad de ser famoso o popular. Dos conceptos que en estos tiempos parecen excluyentes.Para mucha gente el anhelo de ser popular es de lejos mucho más fuerte que el de ser respetado. Un estudio de 2010 que examinó la imagen que se construían en Facebook un grupo de estudiantes verificó que no estaban preocupados porque personas desconocidas pudieran ver sus perfiles, lo ùnico que querían era que todo el mundo pensara que tenían una personalidad «cool».
    La línea que separa lo privado de lo público se está desintegrando. Y el objetivo es ser populares. Y sucede a cualquier edad. «Queremos ser interesantes, queremos que se nos recuerde, que la gente nos siga, pero antes tenemos que llamar su atención. Y ya hemos aprendido de los realitys que caer lo más bajo posible es el modo más fácil y eficiente paraque la mayoría de la gente repare en nuestra existencia». dice el profesor Belk.

    Posdata
    Un último detalle, los investigadores señalan que a las personas que comparten poco o nada de su vida en las redes sociales no se las considera discretas, prudentes o sensatas. Son simplemente, aburridas.

    Karelia Vázquez | 28 de agosto de 2013

    20 octubre 2013 | 10:06

  6. Dice ser Warp

    @Karelia:

    Mejor ser aburrido que leño abrasado en la hoguera de las vanidades.

    Os hartáis de sociología y al final todo es una cuestión de afan de protagonismo.

    ¿Habéis probado a salir a la calle? Será que como no tuitea nada es tan aburrida que mejor me quedo en casa quedándome cegata frente a una pantalla…

    21 octubre 2013 | 13:06

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