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Los jóvenes tienen que saber que las cosas realmente mejoran

El pasado 21 de mayo se presentó el proyecto It Gets Better España en Barcelona.  Con motivo de este lanzamiento, Justin Tindall, Coordinador del Programa Internacional para It Gets BetterProject, viajó a nuestro país. En esta entrada tenemos la oportunidad de que él mismo cuente su propia historia.

Justin Tindall, el primero por la derecha, hablando de su experiencia

Soy originario de Mesa, Arizona en EUA, una ciudad que fue un pequeño asentamiento depioneros mormones. Mis antepasados ​​fueron algunos de los primeros pioneros mormones a establecerse allí hacia 1870, un legado del que mi familia está muy orgullosa. En esta comunidad tan definida por su religión, enseguida me dí cuenta que no sólo era demasiado afeminado para la sociedad sino también para Dios.  Desde pequeño fui muy inseguro y pasé gran parte de mi adolescencia obsesionado con obtener la validación de quienes me rodeaban.

La escuela secundaria fue una pesadilla, me despertaba por las noches asustado y con miedo de ir a la escuela por el bullying que sufría. Mis compañeros, los niños mormones que en la iglesia hablaban de caridad y amor, se apartaban cuando otros me atacaban en los pasillos del colegio. Mi propia comunidad no me protegía.

Tras completar mis estudios en una universidad mormona de mi ciudad, viajé a Bolivia con una misión mormona y fue allí, a cinco mil kilómetros de casa, entre bolivianos, cuando experimenté por primera vez lo que es verdaderamente pertenecer a una comunidad.  Más tarde, volví varias veces para Latinoamérica con proyectos de cooperación y de lucha humanitaria.  De nuevo fui testigo de que las personas pueden tener distintas batallas que pelear cada día, pero la necesidad de aceptación, la comprensión y el amor es universal. Lee el resto de la entrada »

Querían a su hijo pero mataron a su hija

Por Violeta Assiego

Leelah-Alcorn
Autoretratos de Leelah Alcorn en su blog LAZERPRINCESS/TUMBLR

 

“Mi muerte tiene que significar algo; mi muerte tiene que servir para contar el número de personas trans que se suicidaron este año”.

Esta frase es parte de la carta de suicidio que Leelah Alcorn dejó publicada en su blog de Tumblr antes de lanzarse a las ruedas de un camión y morir arrollada por este. Era 28 de diciembre, tenía 17 años y vivía en Ohio.

Su caso ha conmocionado a Estados Unidos hasta el punto de haber recibido una cobertura mediática inaudita para ser el suicidio de una adolescente trans*. Tristemente pudiera parecer que la muerte de Leelah ha servido, precisamente, para hablar de las cifras y los datos, como por ejemplo el que un 41% de las personas trans* de EEUU hayan intentado alguna vez suicidarse a lo largo de su vida. Pero lo cierto es que ese eco mediático por si solo no es suficiente para que las personas trans* dejen de ser uno de los grupos de mayor riesgo, no solo de suicidio sino también de agresiones y violencia.

“El único modo de que yo descanse en paz será si un día las personas transgénero no son tratadas de la forma en que yo lo era, el día en que ellos sean tratados como seres humanos, con sentimientos válidos y derecho humanos. El género debe ser enseñado en las escuelas, cuanto antes mejor”.

Leelah hubiera sido una gran activista si hubiese logrado sobreponerse al sufrimiento que supone no ser aceptada ni comprendida por quienes dicen quererte más que nadie en el mundo pero que en realidad te rechazan y abandonan a tu suerte si no eres como ellos quieren. En este sentido, un estudio del Center for American Progress calcula que en Estados Unidos el 45% de los jóvenes sin hogar que viven en la calle se encuentran en esa situación al haberse fugado de sus casas o haber sido expulsados de estas por ser gays, lesbianas, bisexuales o trans.

Lo que muchos y muchas adolescentes no saben, no sienten y no logran comprender es que a medida que creces las cosas se van colocando y pueden ir a mejor; la edad y las experiencias nos ayudan a ir cogiendo las riendas de nuestras vidas; y en todo caso no hay lucha que merezca más la pena que la de enfrentarse a las dificultades para hacerse cargo de la propia vida. La inspiración y el apoyo de otros que ya han recorrido los mismos caminos nos sirven de referencia, pero con la madurez llega un momento en que ya no se necesita la aprobación de nadie para vivir ‘tu vida’:

En la defensa de los derechos LGBTI los retos se multiplican a medida que se nos van reconociendo derechos y vamos teniendo una mayor visibilidad pero en el caso concreto de los derechos de las personas trans* la sensación es más bien que está todo (o casi todo) por hacer. No solo en el reconocimiento de derechos sino sobre todo, y ante todo, en la aceptación en el ámbito familiar y en el escolar de una realidad que no se puede negar por mucha carta pastoral que saque el obispo Reig Plá (a quien por cierto invito a leer los sentimientos que la propia Leelah expresó dos meses antes de suicidarse en su blog respecto al rechazo que sentía por parte de sus padres estrictamente cristianos.)

Una de las mujeres trans que acudieron a una de las tres vigilias que se celebraron en Ohio cinco días después de morir Leelah decía:

“Ser transgénero no es algo nuevo. Es algo que siempre ha estado con nosotros. No es algo anormal”

Sin embargo, cuando las sociedades optan por definir sus leyes y sus culturas en función de las ‘aparentes’ mayorías sin contemplar la diversidad que existe, sucede que la ignorancia y la discriminación campan a sus anchas hasta provocar sufrimiento y violencia. La homosexualidad, la transexualidad,.. la diversidad sexual ha existido siempre y existirá y mientras las personas LGBTI sigamos teniendo este sentimiento de pertenencia y comunidad alzaremos la voz para decirle a la sociedad: ¡ni un suicidio más!.

Entre tanto creo que es importante recordarle a cada persona que sufre hostigamiento y discriminación que la necesitamos aquí y ahora, luchando por ella y por todas nosotras. Porque la vida es sorprendente, ya lo creo que lo es.

Vigilia por Leelah Alcorn
Vigilia por Leelah Alcorn

 

Aprovechamos para recomendar un libro imprescindible, publicado recientemente y que se presenta en La Central de Callao en Madrid el próximo día 15 de enero: Trans*exualidades, acompañamiento, factores de salud y recursos educativos de Raquel (Lucas) Platero