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“La rebelión de las hienas” de Mer Gómez, apasionante acercamiento a la realidad de las personas con intersexualidades

Por KRISOL. Adriano Antinoo.

 

El pasado 21 de septiembre, miembros de Krisol Pro Derechos Humanos Intersex de Adriano Antinoo tuvimos la suerte de compartir con Mer Gómez la presentación de su libro “La rebelión de las hienas” en la librería La Fuga, de Sevilla. Gómez se define a sí misma así: “Bicha Rara. Escribo desde el cruce, soy una hiena”.

Mer Gómez es autora y activista intersex. Graduada en Periodismo y Doctora en Estudios Feministas y de Género por la Universidad del País Vasco, colabora con la revista vasca Pikara Magazine y ha escrito y protagonizado los monólogos para microteatro “La revolución de Lola” y “Solo apto para Bichas Raras”, así como el corto documental “Se receta silencio”.

Desde 2020, coordina el colectivo “i de intersex” junto a la activista Laura Vila Kremer. Un espacio de sensibilización desde el que forman e informan sobre intersexualidades y diversidad corporal.

Por todo ello no podíamos dejar escapar la oportunidad de entrevistarla.

¿Cómo empezó a gestarse la intención de hacer ese viaje por el territorio en busca de referentes intersex?

Este viaje comienza en 2016. En aquel momento, por primera vez y gracias al feminismo y a los estudios de género, empiezo a tener herramientas para entender las intersexualidades como posibilidades y/o variaciones corporales. Yo no conocía a otras personas intersex, tampoco la intersexualidad como identidad política. Pero resulta que, igual que yo, había muchas más personas que nunca habían hablado de ello, que no conocían a otras, que vivían sus experiencias corporales desde lo patológico. Así que, desde entonces y hasta hoy, no he parado de buscar referencias y referentes. Primero, a lo largo de todo el Estado Español. Después, por todo el mundo. El libro es mi propio viaje, desde 2016 y hasta 2020 que empiezo a escribirlo. Y las personas que salen en él son precisamente las que me habían ido acompañando durante esos primeros años. Hoy, afortunadamente, serían muchas más.

¿Cuál es el objetivo del libro “La rebelión de las hienas” y de las personas que lo habitan?

Uno de los objetivos principales es la visibilidad. Visibilizar que existen personas con características sexuales –hormonas, genitales, cromosomas, gónadas– que rompen la norma sexual binaria. Y que, precisamente por romperla o por no encajar en esos arquetipos estéticos sobre dos tipos de cuerpos, han sido medicalizadas y han sufrido una serie de violencias, unos protocolos de “normalización”, de manera obligatoria. Romper ese silencio que nos había sido recetado desde las instituciones de salud y unirnos para trabajar por la despatologización es el principal grito de este libro y de todo el clan de hienas. También, otro objetivo fundamental es generar narrativas sobre la intersexualidad en primera persona y como sujetos protagonistas.

¿Qué dificultades has encontrado, cómo te ha resultado redactar las vivencias de otras personas intersex?

Para mí ha sido un aprendizaje continuo. Todo el rato. A veces, difícil de gestionar. Hay mucho dolor en cada historia de vida. Mucha culpa, rabia, soledad. Cuando recopilas testimonios y analizas, una a una, las discriminaciones sufridas, no es nada fácil. Es injusto. Por eso, teníamos que ponerlo sobre la mesa. Y lo teníamos que hacer como sujetos con agencia, no como objetos de estudio. Era necesario conseguir ese empoderamiento. Compartir experiencias desde la escucha, la empatía, los cuidados. Sentirnos a gusto con cada cosa que queríamos contar y decidir cómo queríamos hacerlo. Al final, también ha sido un proceso sanador. Si hoy pienso en aquellos días, cuando nos reuníamos a través de videollamadas en mitad de una pandemia mundial, lloro. Con todas las emociones que vivíamos y que florecían en cada encuentro. Yo he aprendido mucho de cada una de las rebeliones íntimas de todas esas hienas, de su increíble generosidad. Las admiro mucho.

¿Qué te impactó más a lo largo de ese viaje?

La absoluta necesidad que teníamos de hablar y de empezar a construir una identidad colectiva intersex para luchar por nuestros derechos. Y esto también ha sido posible gracias al trabajo previo que ha ido haciéndose desde asociaciones intersex como Grapsia, grupos LGTBI+ como Adriano Antinoo en Andalucía y colectivos feministas.

¿Por qué has elegido las hienas?

Cuando creces sin referentes, los buscas en cualquier parte. En este caso, también en el mundo animal. La hiena, encima, es un mamífero. Y, de la misma forma que las personas intersex, presenta una serie de características en su anatomía sexual y reproductiva que no son las normativas. Por otro lado, la representación en el imaginario colectivo sobre la figura de la hiena por la película de “El rey león” es muy interesante. El rey es un león, los demás animales están en una posición inferior. Y la hiena, además, vive literalmente escondida y relegada a los márgenes. Es mala y peligrosa. No interesa que tome el poder del reino. Algún paralelismo había ahí, ¿no?

¿Este libro ha supuesto para ti un efecto terapéutico?

Yo diría que el libro es el resultado de un proceso terapéutico personal previo. Es decir, era necesario vivir un proceso íntimo de despatologización sobre mi propio cuerpo para sacar adelante este proyecto de la manera que lo he hecho.

Te hemos visto en la Mesa Redonda de la Jornada sobre Intersexualidad del Ministerio de Igualdad el pasado 26 de octubre, ¿cómo fue tu experiencia y qué ha supuesto para la comunidad intersex algo así?

Tenemos que celebrar estos avances a nivel político, a nivel social. Por primera vez, las personas intersex hemos estado ahí, visibles, y hemos utilizado nuestra voz para hablar de las reivindicaciones y las necesidades que tenemos como colectivo. Es un hito que tenemos que celebrar desde el activismo. Pero, ojo, la intersexualidad no solo existe el 26 de octubre. Las personas intersex existimos todos los días del año. Necesitamos ser nombradas, reconocidas y sentir que se está trabajando por nuestros derechos. Cada día, en los hospitales de referencia de nuestro país, se están dando diagnósticos y realizando modificaciones corporales a menores, sin su consentimiento expreso e informado, y por una cuestión estética normativa. Como dice Clara Montesdeoca, de la asociación canaria “Caminar intersex”: «si no hacemos nada, estamos siendo cómplices como sociedad». Y ninguna persona, en ninguna casa, está exenta de sufrir estas violencias.

Este año también has hecho otra incursión por el territorio intersex pero más amplio, más internacional: te hemos visto que has acudido en mayo a un congreso organizado por la Organización Intersex Internacional en Europa (OII), que se ha celebrado en Paris. ¿Qué ha supuesto para ti esta aventura?

Un paso más como activista. Me ha servido, sobre todo, para analizar qué se está haciendo en otros países del mundo. De qué forma se está trabajando, cómo se está incidiendo políticamente, qué pasos se están dando, hacia dónde vamos, cómo tenemos qué actuar desde lo local. Observar todo ese trabajo en red, aprender unos colectivos de otros, es admirable y necesario. A esto tenemos que aspirar, a luchar colectivamente desde cualquier parte del mundo por unos mismos derechos.

¿Se está gestando un nuevo libro de relatos corporales amplificado por nuevos testimonios, nuevos contactos o nuevas hienas?

De momento, acabo de defender una tesis doctoral en la que llevo inmersa más de cinco años y en la que también he trabajado junto a una decena de mujeres intersex. Espero que pronto pueda ver la luz porque, efectivamente, mi propósito es seguir generando referencias. Las necesitamos, como colectivo y como sociedad. Necesitamos narrativas desde otros lugares, que vengan de grupos que hemos sido relegados a los márgenes. Tenemos que ampliar los imaginarios culturales que hablen de cuerpos que cuestionan el binarismo, de identidades, de formas de desear que rompen la cis-heteronorma, de diversidad. Las personas trans, las bolleras, los maricas, las discas, les no binaries, las asexuales, las personas racializadas… Siempre hemos estado ahí, la diferencia es que ahora, por fin, tenemos voz.

¿Por qué crees que las personas deben leer “La rebelión de las hienas”?

Creo que las intersexualidades nos pueden enseñar –a todas las personas independientemente de si están atravesadas o no por esta realidad– a comprender las vivencias corporales, las categorías sexo-género y la sexualidad desde un punto de vista más flexible, de una forma más sana y más libre. Siempre digo lo mismo, ¿quién no ha sentido alguna vez presión por no adecuarse a los cánones estéticos sobre dos tipos de cuerpos muy concretos?, ¿por tener más o menos vello?, ¿por el tamaño de sus genitales?, ¿por la forma de sus pechos? No existe un binarismo estricto, eres esto o eres lo otro. La cuestión intersex debería ser una responsabilidad social. Todas las personas deberíamos tener derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, derecho a la información, derecho a la integridad corporal. La cuestión intersex es una cuestión de derechos humanos.

¿Qué ha sido lo más importante del libro para ti?

Que, por fin, las personas intersex nos hemos atrevido y hemos roto el silencio recetado. Y que sí, que ya estamos haciendo la rebelión intersex.

¡Muchas gracias!

 

La visibilidad de las personas intersex también es importante

Por Krisol Pro Derechos Humanos Intersex de Adriano Antinoo

 

Este 26 de octubre volvemos a conmemorar el Día de la Visibilidad Intersex. Para Krisol Pro Derechos Humanos Intersex de la Asociación Adriano Antinoo se trata de una fecha importante, porque si algo agrava la terrible situación por la que han pasado las personas intersex a lo largo de la historia es su invisibilidad, provocada, entre otras cosas, por una mal entendida protección por parte de los profesionales de la salud así como de los familiares.

Las personas intersex suponen alrededor del 1,7% de la población, que en España se traduce en que al menos 800.000 personas presentan una corporalidad con rasgos intersex; o que en un centro educativo de 200 personas, puedan existir alrededor de 3 personas.

Si existen tantas personas intersex ¿cómo es posible que la gran mayoría de la población no conozca ni un solo caso en su entorno social, vecinal, familiar o laboral?

Un asfixiante silencio rodea la vida diaria de las personas intersex, que impide que su realidad corporal sea considerada jurídica, clínica y socialmente de forma adecuada.

En España son importante las medidas que hay que implementar para que la atención a la realidad intersex de los sistemas administrativos, médicos, educativos y sociales sea correcta.

Pero sin duda, ello será mucho más difícil si las propias personas intersex y sus familias no asumen el reto de la visibilidad. Como en otros casos, y que ha afectado históricamente a las personas homosexuales, bisexuales y trans, se trata de un proceso complejo, que requiere un gran respeto por parte de todas y de todos.

Pero para Krisol Pro Derechos Humanos Intersex de la Asociación Adriano Antinoo se trata de un proceso esencial para poder avanzar en la defensa de los derechos de las personas intersex a su pleno desarrollo corporal y social, sin mutilaciones genitales, y sin procesos clínicos y administrativos que vulneran sus derechos fundamentales.

Y por ello, es fundamental promover espacios seguros para las personas intersex y sus familiares, grupos de iguales que con el apoyo de las personas aliadas, puedan trabajar en un proceso de empoderamiento que conduzca finalmente a una mayor visibilidad.

Uno de esos espacios es el propio Grupo Krisol, con base en la ciudad de Sevilla pero que se extiende a lo largo de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Un espacio de personas intersex, familiares y aliados a disposición de toda la comunidad intersex.

 

Para más información en intersex.adrianoantioo@gmail.com