Por Santiago Redondo (@SantiRedondo),psicólogo, educador social y experto en prevención. Activista de la diversidad y de la salud en el campo del VIH, las adicciones y la exclusión social.

Foto: Alex Grech
Hay una frase a la que recurrimos habitualmente cuando queremos hablar de la importancia de visibilizar diferentes realidades: lo que no se habla no existe. Sin embargo yo añadiría algo a esta frase: lo que no se habla no existe, nos hace daño, nos hiere e incluso puede destruirnos. Sé que es una afirmación excesivamente dramática porque hay cuestiones de las que no hablamos para protegernos, un motivo radicalmente contrario al que yo planteo. Desde la infancia evitamos hablar de la muerte, de comportamientos violentos o inadecuados, del sexo, de la sexualidad… En definitiva, de muchas cuestiones que consideramos que interfieren en un desarrollo “adecuado” de nuestras y nuestros menores. Pero no nos engañemos, esas realidades existen y desde la infancia estamos expuestos a ellas. Quizá la clave no sea obviar estas cuestiones, sino tratarlas con naturalidad adaptando el mensaje a la edad de nuestro interlocutor.
Cuando hablamos de infancia o adolescencia encontramos que estos temas tabú son evitados por la familia, el profesorado, los sanitarios… por todos los adultos con capacidad e influencia sobre el o la menor. No hablar de la muerte no evita que nos dejen seres queridos sin que los más pequeños puedan comprender lo que sucede. No hablar con naturalidad de sexo no evita que hagan su propia interpretación de las situaciones sexuales que puedan ver en internet o en televisión. Y desde luego no hablar de orientación sexual, identidad de género o diversidad familiar no hace que nuestras niñas, niños y adolescentes dejen de sentir lo que sienten y se ajusten a esa percepción dominante de que todas las personas somos heterosexuales y aceptamos nuestro sexo sentido. Lee el resto de la entrada »