Entradas etiquetadas como ‘Colección Somos8’

NADA DE BESAR, PERO SÍ JUGAR CON DISTANCIA

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

 

Hablemos en esta ocasión de dos cosas que gusta a casi todas las niñas, niños y niñes: besar y jugar. Ya se que hay algunas personas que excepcionalmente no les gusta ni una cosa ni la otra, o alguna de ambas. Por el contrario, resulta odioso que un peque tenga que besar a alguien que no conoce o que no le apetece en el momento menos adecuado, cuando juega o está en plena concentración con sus cosas. Entonces, si me das a elegir, como cantaba Rosalía en la gala de los Goya 2019, me quedo con los besos libres que son los mejores. Ahora en pandemia aún, no es tiempo para besos y sí para distancia social preventiva de riesgo de contagio. Me pregunto si continuaremos en algún momento, con esta entendida ahora como “insana” costumbre de los dos besos que nos dábamos para saludar, o sí por el contrario, desaparecerá para siempre. En alguna ocasión en la que me entran ganas de besar a alguna persona y siento hasta un pellizco en el estómago porque no hay que traspasar la barrera preventiva. Sin embargo, también se agradece no tener que ir sistemáticamente besuqueando a todo el mundo. En Francia y Marruecos creo que son tres besos ¡Imagínense! Nos superan en efusividad.

Y sobre este enorme tema de los besos, que por cierto los hay variados, besos de madre, de abuela, de Judas, de tornillo, de falsete o de pega, sonoros, silenciosos, de pedorretas etc., recomendamos un álbum ilustrado para peques de a partir de tres años en adelante: Te como a besos, de Laure du Fäy y Carmen Gil, Colección Somos8, editado por NubeOcho en 2019. Esta publicación tiene un trabajo de edición estupendo en gran tamaño, tapas duras, colores vivos y personajes llenos de expresividad y dinamismo. Las ilustraciones son igualmente grandes y coloridas, con un trabajo de ilustración tan logrado que transmite no sólo el aspecto emocional del relato, sino hasta la suave textura de sus personajes peludos y entrañables. Se trata de un libro necesario para la convivencia que ,de forma indirecta y divertida, habla de las habilidades relacionales. Esta historia es esencia para trabajar desde la infancia las relaciones positivas, el miedo a las personas diferentes o desconocidas, invita a la convivencia y el aprendizaje de que a una buena actitud se corresponde una buena relación con nuestro entorno. Este aprendizaje debiera ser contenido obligatorio para la prevención de la LGTBfobia y para la lucha contra los prejuicios que invaden nuestros cerebros de problemas irreales y que son causa inicial de rechazo y violencia. Leamos para disfrutar de relaciones positivas y hasta disfrutemos conociendo más y mejor a las, los y les demás.

Y ahora pensemos en jugar, como una acción necesaria, completa, perfecta, que debe constituir un derecho para la infancia. El juego es una actividad esencial de disfrute y aprendizaje. Los juegos pueden estar sometidos a reglas, o no, pueden ser libres y potencian la creatividad infantil. Hay muchas formas de jugar y se puede hacer hasta con una caja de cartón. Me encantan los juguetes, pero por favor que se adapten a cada edad y necesidad evolutiva de niñas, niños y niñes. Hay personas adultas que regalan los juguetes que no tuvieron, lo entiendo y les animo a que jueguen. Tenemos que liberarnos de corsés innecesarios y disfrutar todo lo que podamos. No hay nada más divertido que jugar con peques y dejarse llevar por la dinámica del entretenimiento. Ahora en los colegios también se llenan los patios de juegos grupales tradicionales y recuperamos una tradición estupenda, aunque con cuidado. Hay algunos de estos juegos que transmiten valores un tanto dudosos, como por ejemplo, no se si recuerdan: Al jardín de la alegría, quiere mi madre que vaya. A ver si me sale un novio, el más bonito de España… Esto a estas alturas es un tanto patriarcal y trasmisor de valores heteronormativos ya desfasados.

Y en relación al juego y los juguetes, debemos recordar que estos son para todas, todos y todes. No hay juguetes para niñas y juguetes para niños, por mucho que todavía se conserve residualmente el recalcitrante mensaje patriarcal que encasilla a las niñas en el mundo rosa de las muñecas, las cocinas y la crianza, y a los niños en el de los coches, la competencia, las pistolas y balones. Mejor no juguemos con pistolas, es una sana recomendación que desde este espacio me tomo la libertad de pedirles. Las armas, aunque sean de mentira, solo sirven para agredir y matar. Jugar con pistolas normaliza la violencia. Tampoco es intrínseco a ninguna naturaleza humana el jugar al futbol y ser de un equipo concreto, siento decirles. Y descarten también los videojuegos de contenido violento y el uso de dispositivos electrónicos, incluidos teléfonos móviles, a menores de seis años, como muy pronto. Todo esto es un cúmulo de estímulos innecesarios y estresantes sobre todo en la primera infancia. Se que es complicado, pero juguemos más a otras cosas más acordes a las necesidades de las, los y les peques.

En estos últimos días me he preguntado si niños, niñas y niñes de lugares en conflicto y ataques armado, como en el reciente asedio indiscriminado de Gaza, pueden jugar y he sentido una gran tristeza porque cuando se destruyen sus casas, destruyen sus juguetes, sus juegos y sus vidas. Disculpen este triste paréntesis que irremediablemente me viene a la cabeza.

Es esencial procurar el juego y facilitarlo. En esta línea les recomiendo un álbum muy especial: La muñeca de Lucas, una historia ilustrada recientemente editada por NubeOcho , con texto de Alicia Acosta y Luis Amavisca, con ilustraciones de Amélie Graux. El argumento desarrolla la historia de Lucas y su ilusión de tener una muñeca, como la de su amiga Ana, que su padre y su madre le regalan un buen día. A partir de aquí, Lucas juega y se relaciona con sus iguales a través del  considerado muy erróneamente “juego de las muñecas para niñas”. En la historia se cruza con otros personajes y en concreto con Teo que es un niño socializado en valores de género más tradicionales y que acorde a su identidad de varón con ciertos modales toscos, “lesiona” a la muñeca de Lucas. En un intento reconciliador, Teo intenta reparar el daño, recapacita y entra en la dinámica de un juego para todas, todos y todes. No debo continuar para no desvelar un bonito desenlace, pero como conclusión la historia de Teo nos trasmite valores de diversidad de género, libertad y disfrute de algo tan esencial como el juego en la infancia. 

 

Además cabe señalar el bonito trabajo de edición, su diseño, e ilustración de Amélie Graux, con una técnica que recuerda y evoca al dibujo de trazados y coloreado con pinturas, muy básico, rico en detalles, con tonos ocres muy cuidados, aunque se trate de un trabajo digital probablemente,  y con gran expresividad de todos los personajes, complementando perfecta y dinámicamente a un precioso texto y relato de grandes valores y sin olvidad la trasmisión de una historia completa y cercana a los intereses y gustos infantiles, y a partir de la infancia para más mayores.

Un buen trabajo para conocer y disfrutar de nuevo de la lectura.  Y una vez más, les deseo que lean mucho, en compañía o en una deseada soledad, que se cuiden y preserven para los besos que llegarán con las vacunaciones e inmunidad, y que la distancia no sea un impedimento para jugar sin olvidarnos, de momento, de las mascarillas y demás medidas preventivas.

¡Hasta pronto!