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¿Nos vamos a batear?

Por Violeta Assiego (@vissibles)

A veces es suficiente con contar lo que otros cuentan, con transcribir lo que se escucha, con reproducir lo que se ve. Porque no basta con mirar a los ojos de la realidad, es necesario hablar de ella aunque no se sepa bien donde poner las comillas que transcriben y los párrafos que cuentan. A veces es imprescindible escribir para que otros tengan la oportunidad de ver lo que alguien magistralmente mostró. Eso es lo que hace el documental del que más se habla esta última semana: Ciutat Morta

cyndi lauper

 

La madrugada del 4 de febrero de 2006, cinco meses después de haber llegado a Barcelona, Patricia Heras sale a descubrir la ciudad con su amigo Alfredo (fragmento de Ciutat Morta)

Te montas en bici con tu amigo. Pierdes el control. Has bebido un poco de más. El trompazo que te metes es espectacular. Una pareja os ve sangrando y paran su coche. Os vienen a auxiliar. Llaman a la ambulancia aunque la cosa no irá más allá de una cura de urgencia de las heridas de tu cara. Tu amigo necesita algunos puntos, se ha partido la ceja. La ambulancia llega y os lleva a ti, a tu amigo y a la bici al hospital. Estás allí. Observas lo que sucede a tu alrededor. Entra la policía por la puerta de urgencias, llevan esposados a unos chicos que necesitan más atención médica que tú. Miras atenta la escena, te detienes en ella. Se te acerca uno de los policías y te pide que le des el móvil. Se lo das. Un mensaje te va a delatar: “¿te vienes a batear?”.

 

Nosotras íbamos mucho a ‘La Bata de Boatiné’ y utilizábamos mucho una frase para invitarnos a ir que era: “estoy en La Bata, ¿te vienes a batear?  Era lo que nos decíamos unas a otras cuando queríamos que alguien viniera a La Bata (Diana Junyent, amiga de Patricia)

La Bata de Boatiné

En el mes de septiembre cerró La Bata de Boatiné (1992 – 2014), un espacio de libertad de esos que han desaparecido como consecuencia de la crisis (que algunos dicen que dejamos atrás). Un templo queer por excelencia que muchos echan de menos en el barrio del Raval y del que se puede leer en internet.

La Bata es lo mejor de lo peor. Es un antro pero es genial. Es lo más punki entre el mariconeo barcelonés. Hay que ir. Un pene gigante te da la bienvenida, y eso se agradece. (Comentarios localizados en internet)

 

 

sala de espera

Volviendo al 4 de febrero de 2006… Patricia y Alfredo son detenidos por la Guardia Urbana mientras estaban en urgencias en el Hospital del Mar.

Cuando quiero darme cuenta están esposándome, gritando: ‘es ella, la de los cuadros en la cabeza’. Flipo.  No sé cómo reaccionar. Mi teléfono es requisado y pasa a disposición judicial. Se me ocurre preguntar por qué me detienen. Me contesta que por un mensaje en el móvil. ¿Y  de qué se me acusa? Es entonces cuando realmente me empiezo a preocupar. Estoy acusada de homicidio. Todo se vuelve confuso. (Fragmentos del diario de Patricia Herás)

 

Puestos a disposición de los Mossos D´Esquadra son llevados, junto con otros siete chicos detenidos en otros puntos de la ciudad, a comisaría. El tiempo que pasan allí, y lo que sucedió en ese tiempo, es solo una parte de lo que se narra en el documental Ciutat Morta:

 

La policía detuvo a Patricia Heras porque un mensaje de texto se supone que la incriminaba en unos hechos violentos. Asociaron su estética a la que se supone que tiene una persona anti-sistema. Sin embargo, ella pertenecía al mundo queer. Patricia fue acusada de homicidio y posteriormente de atentado contra la autoridad ‘por los pelos’, como ella misma decía. Fue condenada por ello a tres años de cárcel.

Abuso de poder, agresiones físicas y mentales, mentiras, detenciones ilegales, estado policial. Me parece increíble que pueda formar parte de una broma asesina porque mi aspecto en este planeta no es normal (fragmentos del diario de Patricia Herás)

Entrada del blog de Patricia Herás tras su muerte
Entrada del blog de Patricia Heras tras su suicidio

 

Ella bromeaba diciendo que era mucho más elegante y tenía mucho más glamour que un anti-sistema. Ella no iba vestida como un antisistema, iba vestida como Cyndi Lauper. Era una siniestra venida de Madrid con un look totalmente dark. Cometieron el error fatal de confundir su estética. (Silvia Villullas, compañera sentimental)

 

Detenidos, juzgados y condenados por su apariencia anti-sistema, es decir por los prejuicios de quienes detienen, juzgan y condenan. No fueron los hechos de los que se les acusó los que cambiaron las vidas de cinco jóvenes aquel 4 de febrero de 2006, sino las decisiones que tomaron quienes usan ‘la estética del poder’ para violar derechos humanos.
 

Sin duda, el caso del #4F debe ser re-abierto, está lleno de irregularidades. Y todos y todas hemos podido verlo en un documental magistral. Es cuestión de tiempo, y tiempo es lo que tenemos.