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Bibliotecas Humanas. Escuchar para entender.

Por Charo Alises (@viborillapicara)

 

Entre las iniciativas para promover el respeto y la empatía, encontramos una propuesta muy original y efectiva: las bibliotecas humanas. Las bibliotecas humanas se basan en la importancia de conocer diferentes experiencias para compartir vivencias y, de ese modo, humanizar a quienes nos pueden parecer diferentes .

Este proyecto nace en Dinamarca en el año 2000 cuando Dany Abergel, Asma Mouna y Ronni Abergel idearon una actividad para poner remedio a la oleada de violencia nocturna que sufría Copenague , después de que un amigo común fuese apuñalado brutalmente. Empezaron con la ONG Stop the Violence llevando a cabo una campaña de sensibilización y educación dirigida a despertar la conciencia de la juventud sobre la violencia . Del éxito de esta actividad nacieron las Human Library como movimiento internacional.

Son bibliotecas con “fondos humanos”. No se prestan libros, se prestan personas para conversar con otras y exponerles sus circunstancias. La idea es compartir historias de vida que rompan estereotipos y nos acerquen realidades que consideramos ajenas. Estos libros humanos son peculiares ya que pueden variar dependiendo del momento en que se lean ya que están escritos en la tinta indeleble de la tradición oral.

«Human Library at University of Essex» by University of Essex is licensed under CC BY 2.0

Las personas que se ofrecen como libros humanos para formar parte de esta original biblioteca, lo hacen de forma totalmente voluntaria y gratuita. Suelen ser personas migrantes, enfermas, refugiadas, con alguna discapacidad, personas con situaciones complicadas que tienen una historia de la que podemos aprender. Compartiendo sus vivencias, quienes escuchan a estas personas, conocen nuevas realidades y empatizan con su situación, rompiendo prejuicios, fomentando el diálogo y el respeto entre gente de diferentes países, culturas, religiones, capacidades, formas de vivir, de amar y de sentir.

Las bibliotecas humanas ofrecen títulos tan interesantes como “Soy refugiada”, “Soy autista”, “Vivo en la calle”, , “Soy una persona trans, “Crecí en un orfanato, “Sufrí abusos sexuales”, “ Creo en el poliamor o “Vivo con VIH. Son historias llenas de vida que proporcionan una visión que combate los prejuicios.

Las sesiones suelen tener una duración de veinte minutos o media hora y se trata de conversar con esa persona a la que también se le puede preguntar. Como explicó Daniel Goldin, director de la Biblioteca de Vasconcelos en México, a El País en una entrevista concedida a este periódico el 23 de febrero de 2016:

Cualquier persona posee un saber que puede compartir, y lo que hace este formato es reconocer el saber, no tratar al público sólo como una persona ignorante que viene a conocer algo nuevo sino como una vasija llena que puede compartir y enriquecer a otras personas. Se trata de romper la barrera entre el creador y el público

Más de ochenta países cuentan con bibliotecas humanas. El éxito de la experiencia danesa animó a replicar la idea en otros lugares Rumanía, Islandia, Noruega, Canadá, India, Estados Unidos y Portugal siguieron la estela de Dinamarca. En España existen bibliotecas humanas en Madrid, Barcelona o Sevilla.

Más información aquí: Guía Biblioteca Humana

 

«Human Library at University of Essex» by University of Essex is licensed under CC BY 2.0