Archivo de la categoría ‘Quién teme lo Queer’

¿Quién teme a lo queer? – Fetiches fascistas y otras sexualizaciones pop.

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

El fascismo es teatro

Jean Genet

Foto: «Back in Michigan for Mom’s Memorial» by tvanhoosear is licensed under CC BY-SA 2.0

El fascismo ha crecido delante de nuestros ojos, se ha instalado en las instituciones y ha comenzado a producir un espectáculo en el que, de alguna manera, participamos. Convivimos con un fascismo  diseminado que se camufla (sin demasiado esfuerzo, en ocasiones) detrás de otras palabras y que, o bien se erige como heroico liberador de las tiranías demócratas (aún en nombre de la democracia), o bien se victimiza detrás de una “libertad de expresión” arrebatada.

La manipulación del lenguaje y de la dramaturgia que, en suma, conforma el escenario social, ha llegado a extremos por parte del fascismo que sobrepasan el teatro para instalarse, con todas sus consecuencias, en el circo más disparatado.

Pero, ¿somos realmente conscientes de sus consecuencias? ¿Cómo afecta el auge del fascismo y su derrame pedagógico a las vidas disidentes, precarias, a las experiencias queer? Y sobre todo, ¿cómo (y por qué) participamos en su reproducción? Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Escándalo.

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

 

El conformismo es la certeza obstinada de aquellos que son inseguros

Pasolini

Este río desbordado no se puede controlar

Willy Chirino/Raphael

 

En 1965, Pier Paolo Pasolini realizó el documental Comizi dAmore (traducido como Encuesta sobre el amor), con el que recorrió Italia haciendo preguntas a todo tipo de gente sobre las relaciones, el amor, el género, el sexo y los derechos civiles. Cientos de personas opinan en este film sobre, entre otras cosas, el matrimonio y una posible ley del divorcio. La cuestión flotante es el problema sexual, tesis que sobrevuela la película y que todo el mundo parece sobreentender sin más indagaciones. ¿El matrimonio/divorcio soluciona el problema sexual? Nunca se plantea cuál es, efectivamente, este problema, sin embargo la pregunta hace saltar como resortes de la misma maquinaria toda otra serie de amenazas adheridas. Parece que el problema sexual es un todo en el imaginario común que afecta a las cuestiones más íntimas y, por supuesto, a su deriva pública.

Pero, ¿cuál es el (o son los) problema(s) sexual(es)? En Comizi d’Amore se habla sobre la pareja y sus normas, la infidelidad, la prostitución y sus condiciones, las invertidas, la moral, la identidad, la perversión y sus implicaciones, los derechos, la crianza, el afecto, la segregación de espacios y, en suma, qué significa ser hombre o ser mujer. Todo el mundo entonces, como tú y yo ahora, como cualquiera, tenía una opinión sobre estos engranajes, sobre el problema sexual y sobre cómo debería estructurarse el mundo en función de esa opinión. Testimonios diversos por generación, clase social, orientación, identidad, procedencia, herencias e historias de vida producían, como resultado, un mapa heterogéneo de cuerpos y relatos que, de forma desigual, habitaban el problema sexual.

Como tú y yo, como entonces, ahora. Resulta sorprendente (o quizá no tanto) escuchar argumentos que casi 60 años después se reproducen en nuestro presente, y otros que, si bien han cambiado de contenido, utilizan la misma estrategia de enunciación: el escándalo. Y es que el problema sexual, convengamos, emerge cada tanto en el mapa social y siempre se encuentra con resistencias similares. Hoy por hoy, estamos de acuerdo en que cuestiones como el divorcio o incluso el matrimonio igualitario no suponen (salvo en los reductos más conservadores) ningún escándalo. Sin embargo hay que reconocer, como nos recordó Gayle Rubin, que si bien la sexualidad siempre es política, hay periodos en los que la vida erótica es ampliamente politizada, y esos periodos (los de renegociación) se engarzan entre argumentos progresistas y resistencias conservadoras. Lee el resto de la entrada »

Transfobia y terraplanismo

Por Abel P. Pazos (elle/a) – IG: @llorarbailando

 

Muchos grupos sociales se están encargando de señalar, al menos desde hace casi un par de décadas, el uso del modelo de la posverdad de difusión de información por medio del que se ejerce un tipo de control social muy peligroso. Tienden a señalarse como epítome del control del ideario desde las políticas de la posverdad las narrativas difundidas por Donald Trump y su gestión de la subjetividad pública desde el control de los medios y las redes sociales; o en el contexto del estado español, las estrategias fake news difundidas por partidos políticos como v*x, y de las que tanto se ha hablado en el contexto de la gestión pública del coronavirus.

Posverdad es la traducción al castellano de post-truth. Es un concepto que se usa para desentrañar la producción de ciertos idearios colectivos a través de la comunicación, sobre todo digital, de noticias falsas o bulos que por su difusión tienen más repercusión que los hechos que sirvieran para describir esos mismos fenómenos. Es la construcción de una realidad desde una disociación cognitivo-material general de los hechos que discursivamente se han manipulado. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Pandroginia: Genesis P-Orridge y el cuerpo-texto

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Breyer P-Orridge – Pandrogyne Project, 2003, Farr

 

La lucha justifica una vida. Potencia tus ideas. Y las ideas pueden ser muy peligrosas… Pero es que me encantan las ideas. Tal vez por eso he sido una persona catalogada como peligrosa. 

Genesis P-Orridge

Lo importante es ver tu pasado con compasión, dijo una vez.

Lo importante es comprender que estábamos tan enfadados con el mundo que nos había fallado que ni siquiera teníamos un plan B que ofrecer, no habíamos preparado una alternativa a ese paradigma que tratábamos de desmontar. De la capacidad de encarar ese nuevo esfuerzo depende nuestro futuro… Inventa tu propia visión de las cosas. Y eso fue lo que Genesis P-Orridge se dedicó a hacer desde 1967, cuando grabó Early Worm, su primer disco, hasta su muerte el pasado 14 de marzo.

En la parte de atrás del vinilo podía leerse: “We have nothing to say, and we are saying it” (no tenemos nada que decir y lo estamos diciendo). Quizá un pronóstico adelantado a las máximas del punk, tiempos que la artista de Manchester experimentó como parte de su colección poliédrica de influencias incorporadas. La batalla del punk se agotó en cinco minutos y no nos dejó ver claro que la guerra que venía después se iba a alargar durante siglos. Una guerra que continúa y frente a la que Genesis puso el cuerpo de las maneras más extraordinarias. Su relato ha trascendido la idea de encarnar la obra de arte, P-Orridge era un manifiesto en continua mutación. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Lo que somos: autobiografía, ficciones y dramas

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Quizá el objetivo más importante de nuestros días es descubrir lo que somos,

pero para rechazarlo.

Michel Foucault.

 

No me atrevo a hablar en nombre de ninguna otra, lejos de perpetuar la idea de que las mujeres trans somos un bloque homogéneo de prácticas e ideas, defiendo nuestro derecho a la cobardía, a la alienación, a ser completas gilipollas, a equivocarnos, a ser unas bocazas y a dramatizar.

Alana Portero.

 

No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.

Virginie Despentes.

 

¿Qué/quién soy? Cuerpo, nombre, memoria, proyección. Lo que somos. Expresión, performance, significante en mapa, cuerpo-texto, herida abierta, preconsciencia. Lo que somos. Ultraconscientes del autoengaño, exposición, venta y consumo. Titubeo, mentiras, verdades como puños, verdades con patas. Fracasos, errores, esperanzas. Lo que somos.

Soy Víctor Mora, y ahora mismo escribo desde un portátil en el salón de mi casa. Esto va cambiando, a veces escribo en bibliotecas o en bares, en cuadernos y libretas. Escribo todos los días y todos los días soy Víctor Mora, aunque ya he asumido que esa persona son varias personas como, creo, cualquiera. He aprendido a convivir con los fantasmas que me componen, a entender que el yo que escribe ahora no es más que uno de ellos y que no es desde luego más importante que el resto. He vivido en Madrid más de la mitad de mi vida. He trabajado la noche y los clubs. He sido imagen, DJ y cantante de una banda electrorock. Fui teleoperador erótico, camarero en saunas gays y dependiente en tiendas de moda gótica. Me maquillaba, tenía el pelo largo y estaba obsesionada con la delgadez. Performaba la feminidad sin considerarme mujer, es decir, sin serlo. Pero sí sabiendo que tenía que explorar lo femenino y expresarlo. Era mi espacio en el género. Era un lugar de emancipación. Fui por fin el putón que tanto ansiaba ser, el de Ziga, el que añora ser la niña que no se atrevió a pedir que la dejaran ir con boa de plumas y sombra azul al colegio. Quise ser Miss Guy de Toilet Boys. Tacones, medias de rejilla, labios rojos, eyeliner, pelo cardado y maquillaje hasta en el corazón, como cantábamos en nuestro primer single post-Naranjo. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Cuerpos al borde de un ataque político

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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«Desnudo romantico» by buscatus is licensed under CC BY-NC-SA 2.0

Mi cabeza está reaccionando ahora a todo eso que sufrí años atrás,

pero mi corazón me dice que podré con ello,

que haré lo que ha hecho siempre mi gente: sobrevivir.

Roberta Marrero.

 

Vimos pasar el avión por encima de nuestras cabezas, muy cerca, tumbades sobre la hierba. Tú te quitaste la camiseta y yo hice como que no pasaba nada. Hace calor. Sobre todo para ser febrero.’Hace calor, eso es verdad, y parece desde aquí que podríamos tocar el avión con las manos. Qué bien se está al sol del fin del mundo en este preciso momento.

Tu cuerpo, como el previctoriano que describe Foucault en Historia de la Sexualidad I, se pavoneaba de ser cuerpo. Tu carne era un desborde, un despliegue que no encajaba y presumía de ello. Tu cuerpo era, en fin, demasiado cuerpo, y yo me pregunté si no debería ser siempre así, si no deberíamos pavonearnos de escapar de la norma que clasifica a los cuerpos y estigmatiza por defecto. A la vez ese sol abrasador de invierno y drama climático me quemaba la nariz, y a la vez ese avión extrañamente bajo podría habernos lanzado una bomba mortal. Porque ser cuerpos ahí es exponerse. Porque el cuerpo es la frontera misma y el extremo encarnado de la posibilidad. Porque poner el cuerpo es inevitable, es en definitiva el estar en el mundo, y el mundo no es más que una colección de narrativas y ficciones políticas que nos van a señalar como excesivas o defectuosas. El cuerpo nunca encaja en la palabra, es la vida que se escapa a la condición. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – La educación sentimental: afectividad, poliemoción y otras inercias

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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«Wondering around in Malta» by Hembo Pagi is licensed under CC BY-NC 2.0

Nos ha salido regular

Brigitte Vasallo

Volvíamos del seminario en el autobús, con muchas ideas en la cabeza. Me enseñaste su IG después de decirme lo mucho que te gustaba. ‘Siempre pone esta cara de payasa’, dijiste más embobada que yo viéndote a ti. ‘Pero, ¿no somos hipócritas?’, preguntaste.

‘¿Hipócritas por qué?’, te dije.

Y ahí, como siempre haces, lanzaste la pregunta que materializa los miedos que sobrevuelan el común, como si nada, como si no te hubiera casi costado pensarlo: “Nos gusta mucho pensar en una educación en la afectividad, en la que se tiene en cuenta el cuerpo y la interacción y tal; pero luego nos cerramos en banda a la vulnerabilidad que supone abrirnos a alguien con quien empezamos a establecer un vínculo.” Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Hablamos con Sudaka Marika

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Foto: ‘Sudaka Marika’ por Albieleo (IG: @albieleo)

 

Una vez al mes esta columna se dedica a entrevistar a personas o colectivos, que a través de sus creaciones, desarrollos o proyectos, conforman espacios de vida para la disidencia, y generan de alguna manera el tejido de lo queer.

 

Sergio… sudaka, marika, no binarie, transgénero. La Racialía. Intrusa del meicop que se empodera en tacones. Atravesade por múltiples intersecciones, deja la huella revulsiva y abierta en todas sus intervenciones, ya sean físicas o virtuales, tanto como parte de proyectos o espacios culturales y reivindicativos (la has escuchado también en Territorio Queer 8#Racismo, o en La Furia de Abya Yala 2#El Orgullo será anticolonial o no será, como desde sus redes sociales, donde combina la muestra de sus creaciones con posts de denuncia. Por todo ello, no podía más que preguntarle…

 

¿Quién teme a lo queer?

 Cualquier persona que desconoce y no se identifica con nada que esté cerca de lo queer. Se teme por desconocimiento. Para empezar porque es una ruptura del binarismo construido. Deconstruirlo (y muchas cosas destruirlas)… eso da miedo, todas las cosas nuevas dan miedo. Cambiar el entorno, los cambios propios, personales… empezar a identificarte o poner nombre a una parte de ti, todo eso asusta un poco, pero también alivia, resuelve dudas. Es lógico y legítimo temer a lo queer, pero no lo es crear propias teorías en base a un desconocimiento. No se intenta invisibilizar a nadie, a las mujeres, a su lucha. Esa idea de ‘dominación mundial’… Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Calenturacentrismo. Cuando descentralizar enloquece a la masa (y bien está)

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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«Labios rotos» by unpatitodegoma is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

El deseo es un volcán.

Ríos de Gloria.

 

La norma vigilante siempre se pone policial y pesada cuando tratamos de deslocalizar su radio de acción. Cuando desterritorializamos una idea, un afecto, un hábito o un deseo. Da lo mismo si eres vegana, feminista, queer o madre soltera. La norma siempre salta en cualquier contexto. Siempre te recuerda que no perteneces al todo fálico, a esa ficción absurda que se supone hegemónica y que responde con violencia (con algún tipo de violencia) si se ve cuestionada.

Ahora quizá podemos ver con claridad prístina que el sector de una pretendida supremacía política fantasmal, que se supone hegemónica, patalea y patalea porque encuentra obstáculos. En política-política, quiero decir, vemos últimamente cómo la discrepancia de izquierdas hacia la barbarie fascista se reescribe desde cierto discurso como una locura apocalíptica. Una locura peligrosa y amenazante que sólo amenaza en verdad a la propia norma astringente. Como si nuestra postura democrática fuese una bomba de relojería que va a hacer estallar las bases de la civilización occidental. Ojalá. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Navidad, imanes y fantasmas

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Una vez al año todos estos discursos – de la religión, del Estado, del capital, de la ideología, del ámbito privado, de los discursos de poder y de la legitimidad – coinciden armoniosamente dando lugar a un monolito que algunos contemplamos con tristeza.

Eve Kosofsky Sedwick.

 

Edith Massey Christmas card collection. 12. Baltimore or Less

 

  • Me voy – dije una vez, sin querer hacerlo.
  • No, por favor – respondió -. No signifiques “el que se va.”

Ojalá pudiera, pensé, significar ahora mismo algo tan sencillo como “el que se queda.” Pero no podía, o sí, pero no lo hice. La fuerza de un discurso preexistente me alejaba. Porque a veces no es posible habitar el texto que deseamos, ni quedarnos siquiera en la línea que compartimos con otros semas, contigo entonces.

Porque no siempre significamos lo que queremos significar. No creo, de hecho, que lo consigamos nunca.

¿Por qué nos alejamos?

Hay veces que la fuerza cultural, la inercia poderosa de la estructura que preexiste a nuestros cuerpos y que los distribuye formalmente en el espacio nos aleja, como se repelen dos imanes de polos iguales. A veces el contacto se hace imposible, incluso cuando ha sido intenso antes, incluso cuando no podemos explicarnos porqué. Lee el resto de la entrada »