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Vidas contagiosas, aulas limpias

Rodrigo García Marina (@rodrigogmarina)

 

A efectos prácticos, si algo podemos ver con claridad tras las decisiones políticas del gobierno de extrema derecha húngaro son algunas de las debilidades de los argumentos que, en el pasado, empleamos para defender a nuestra comunidad LGTB. Hace unos meses, cuando las personas trans ponían el cuerpo en los espacios virtuales y políticos para la aprobación de la Ley de autodeterminación de género, fue común volver a una noción ingenua del derecho. Se consideraba que la razón última para la aprobación de esta misma ley era un sustrato inherente a ese cajón del desastre denominado “Derechos Humanos”, el cual pareciera contener una serie de derechos naturales obviando que la historia de la justicia es justo una historia de la lucha por alcanzarla e incluso, si decidimos ir más allá, un constante ciclo de su paulatina ganancia-pérdida. Sin dar por válida la consecución argumentativa de los multiculturalistas políticos, cabe aceptar una de sus contraargumentaciones: estos “Derechos Humanos” son un tipo de derechos que solo se exigen fuera de la comunidad occidental. Lo cual, más allá de las buenas intenciones, indica que, si las personas trans son personas, todavía queda alguien-algo en el límite que coteja lo humano y transita el plano de la monstruosidad.

Hannah Arendt en “Los orígenes del totalitarismo” nos explica que, a lo largo del siglo XX, pese a existir una noción común de ser humano, los Estados consintieron que distintos grupos sociales, étnicos, sexuales quedaran fuera de la jurisdicción. “Quedar fuera” de la regulación jurídica es ante todo estar al margen de la norma en un sentido menos obvio de lo que quizá esta frase pretende. Pues quien queda fuera, no solo está excluido por una vía negativa del disfrute de una serie de garantías que lo convierten en sujeto jurídico, sino que se expone a la vulnerabilidad de la imposibilidad real del afuera. Por eso, el margen no es un margen como tal, sino una posición política de subordinación totalizante produciendo, como señala Butler, que estas personas no solo vivan ausentes de derecho, sino que la ley misma les conduce a problemas. Por ejemplo, cuando un policía interpela constantemente a una persona racializada en la búsqueda de “los papeles”. En definitiva, en la búsqueda del afuera con el que cualquier entidad jurídica puede oponerse a quien no queda bajo la regulación positiva de la ley.

La cuestión es más capciosa de lo que cualquiera primeramente pudiera llegar a imaginar. Cabe preguntarse qué se prohíbe realmente cuando se prohíbe hablar sobre cuestiones LGTB en un aula y por qué en un aula y no, por ejemplo, en la parada de autobús, el supermercado o el hospital. Lejos de lo que las campañas de desprestigio han querido vender tanto en Hungría como en España con el auge de la ultraderecha, la promoción de diversidad sexual en las escuelas son proyectos didácticos cuyos objetivos quedan difícilmente definidos en el momento en el que es complejo calibrar para quiénes sirve. En el plano de lo político ocurre que la aprobación de medidas para particulares afecta al cómputo total del grupo. Pongamos un ejemplo: si se adecúa el espacio para que personas con diversidad funcional puedan acceder más fácilmente al aparcamiento, la virtud política no se ejecuta exclusivamente sobre las personas que por sus capacidades físicas tienen una mayor dificultad para operar en carretera. También transforma la totalidad de la sociedad, haciendo entender que determinados sujetos requieren de determinados servicios de los que otros quedamos exentos. Por ello, la educación en diversidad sexual puede serle de utilidad a aquel menor LGTB que se encuentra habitualmente en una situación de exclusión escolar para entender que no es la única persona en el mundo de su condición y que, de hecho, el mundo, pese a las distintas regulaciones y persecuciones sexuales a lo largo de su historia y geografía, posee dicha diversidad. Y también sirve para desenmascarar a acosadores y cómplices, para sensibilizar a compañerxs que a partir de ese momento pueden decidir “poner el cuerpo” como escudo. Ese cuerpo que nos obligan a “poner”, no permitiéndonos salir de núcleos de auto referencialidad constante y que nos hace estar tan cansadxs. Compañerxs: ¡necesitamos tantos escudos solidarios! 

Althusser, un filósofo marxista estructuralista francés explicó que, en la medida en la que el policía dice “alto” y te para, el poder interpela a las personas. Esta interpelación en el análisis del discurso reparte unos papeles muy distintos entre conversadores. Una de las cuestiones que más pudo consternarme durante el prolongado debate de la “Ley Trans” fue el torticero cambio de tornas. Se puede, y, de hecho, por salud democrática, se debe ser críticxs con los anteproyectos de ley en términos generales. Sin embargo, lo que podría haber sido una discusión acerca de la garantía jurídica rápidamente se convirtió en una cuestión ontológica donde las mujeres trans, para la ultraderecha y algunxs activistas de izquierdas, eran simplemente hombres travestidos con infinitas ganas de entrar en las cárceles y baños públicos para así poder violar a las mujeres cis. Estas barbaridades, junto con las falacias voluntaristas de la identidad y la orientación (habría que preguntarles si acaso ellxs eligieron su condición sexual o si fue, más bien, un modo complejo de expresión con el que viven) lo único que señala es algo que, lejos de ser nuevo ocurre desde hace siglos: la imperiosa lucha por marginalizar nuestras vidas y volverlas contingentes frente a la seudonecesidad cisheterosexual. Toda esta infamia, entre otras cosas, tan solo ha servido para proporcionarle puestos de poder en redacciones a determinadas personas (espero que estén contentxs con el espectáculo montado a costa del dolor ajeno) y generar una imposibilidad de debate acerca de la garantía jurídica y la protección no exclusoria de distintos colectivos.

Sin embargo, esto no ha podido darse sin el surgimiento de una palabra contagiosa y la lucha por la toma del lugar de enunciación. Sigo observando con sorpresa cómo estxs activistxs de izquierdas llevan más de un año tuiteando diariamente sobre las vidas trans. Obviando justo lo esencial: que el anteproyecto de ley acoge vidas y que estas vidas son usualmente precarias. ¿Acaso no existían más problemas sociales? ¿No era necesario alzar la voz a raíz de otras injusticias? El absurdo es tal, que se ha llegado a exigir responsabilidades políticas a la ministra de Igualdad tras la barbarie de la violencia vicaria como una falsa consecuencia compartida con la defensa de la Ley Trans.

Cualquier persona es crítica frente a determinadas cuestiones del tipo que sean, incluso de aquellas que no nos interpelan directamente, pero ¿qué es aquello que nos conduce a enunciarlo día tras día? La interpelación del poderoso. En la medida en la que alguien habla, la otra persona calla pues si no, no podría mantenerse una conversación. En pocas ocasiones consentimos que alguien nos interpele durante el tiempo que quiera sin necesidad de obtener una respuesta por nuestra parte. Las palabras contagiosas, las que por lo visto pregonamos, producen un radical daño en la infancia, en la familia, en la regulación heteronormada de producción social. Necesitan fuerza de trabajo empobrecida e imágenes culturales que reproduzcan el futuro de la servidumbre. Nuestras palabras, como nuestras vidas, cumplen la virtud de ser peligrosas en su contagio. Pues en la medida en la que se expresan, evidencian otro modo de estar en el mundo permitiendo que potencialmente el testigo se libere. La transición política de orden mundial hacia un espectro más conservador requiere del borramiento de lo monstruoso: aquello cuya condición es mostrar o revelar en sueños la existencia de otra cosa. No son acciones disparejas. La paulatina precarización de las relaciones laborales y el empobrecimiento produce sumisión. La muerte del tejido sindical produce sumisión. La a-historización del mundo produce sumisión. Que nuestras vidas no puedan ser vividas produce sumisión.

Seamos víricas. Tomemos sus tribunas, pongamos nuestra voz.

 

«Happy Gay Pride?» by A.Davey is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

LA DIVERSIDAD EN LAS AULAS

Francisco Navarro  (@imfranxu)

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Por desgracia, la LGTBIfobia ha estado presente en la gran mayoría de los ámbitos de la vida de las personas LGTBIQ +, en la escuela, en el trabajo, en la familia… 

Y la misma, no considero que sea una fobia; no es nada más y nada menos que una reacción maquillada de intolerancia y odio hacia lo no-normativo; odio hacia lo que es contrario a lo que la sociedad tradicional y el estigma social nos implanta

La categoría que más me da que pensar es la que está presente en las aulas. 

Más del 60%  de los jóvenes que sufren Bullying en la escuela o en el instituto se debe a razones de orientación sexual o diversidad de género. Partiendo de aquí, existen muchos centros educativos en los que no existe un protocolo para estos casos, o no lo tienen en marcha. 

Personalmente en mi infancia tuve que enfrentarme a la homofobia en el instituto; Ya en el colegio me llamaban «maricón», cuando ni siquiera conocía el significado de aquella palabra. Hacían bromas molestas y ofensivas de manera continua y para mí era muy duro.

Conforme crecía, todo empeoraba un poco más, y las bromas se convertían en insultos, y los insultos en amenazas, y las amenazas pues, en agresiones físicas. Recibía vejaciones a diario, a la vista de directivos del centro que catalogaban sus actos como «cosas de críos» o como » una broma». 

Salir con miedo al patio, y seguir sintiéndolo camino a casa tras la salida. 

Me hicieron volverme frío, inseguro y asocial; perder las ganas de continuar con mi vida social y académica, y no querer salir de casa. 

Todo ello me hace pensar en varias cosas que se vienen a mi mente como si de un huracán se tratase. ¿Realmente esos niños eran tan crueles? ¿ De verdad esos profesores y profesoras consideraban las vejaciones una broma?. 

¿Cómo podría ser una broma algo que se ha cobrado la vida de muchos jóvenes que se han quitado la vida a causa de ello? Aquellas «bromas» como las llamaban y aquellos comentarios me hacían sentir vulnerable, que no era válido o que era un mero bicho raro diferente a los demás, un ser que no merecía el respeto de la multitud. Es triste que tres, cuatro o diez sinvergüenzas te hagan olvidar quién eres o cuál es el verdadero significado de la felicidad; que solo consigan que  te familiarices con el miedo y la vergüenza, o que te acostumbres a ver la impunidad de tus agresores a ojos de un equipo directivo de un centro educativo en el cuál no escuchan tu manifiesto y tu llamado de ayuda. 

Con el paso de los años pude darme cuenta de que no estaba tan solo, porque comencé a conocer gente de mi condición, gente «rara» que era como yo y me aceptaba tal y como soy. 

He intentando sacar algo bueno de tanto dolor, llegué a la conclusión de que ahora veía el mundo de otra manera, porque conocí la empatía, por las nuevas generaciones que estaban por venir y que por desgracia estaban expuestas a todo aquello. 

Me hizo ver que todos esos agresores solo eran títeres movidos por la desinformación y las ideas cognitivas de sus padres y madres. 

Que la raíz de todo mi dolor y el dolor de las personas pertenecientes al colectivo se solucionaba con algo tan sencillo como lo es la educación. A día de hoy sigo teniendo secuelas de todo aquello; me derivó en ansiedad y en agorafobia* ( es la fobia a los lugares públicos. En particular se trata de un trastorno de ansiedad ante espacios sin límites claros o situaciones en las cuales la amplitud del lugar impide al afectado poder escapar o incluso recibir ayuda en caso de un ataque de pánico) . Me sigo preguntando por qué a día de hoy no enseñan a estos niños y niñas que existen distintos tipos de orientación sexual y la gran diversidad que existe con respecto al género, y por qué no enseñaron a mis agresores que yo era igual que los demás y que los demás eran igual que yo. 

Nuestra infancia es uno de los pilares fundamentales en la construcción de nuestra personalidad, y tenemos que asegurarnos de que nuestras nuevas generaciones crecen en igualdad y rodeados de respeto ; en aulas en las que todos sean válidos. 

Todo aquello que sufrí me animó a seguir luchando, y a día de hoy, sigo en guerra por dar visibilidad en los centros educativos a estas problemáticas, para así evitar que otros y otras jóvenes sufran lo que yo sufrí. 

 

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NADA DE BESAR, PERO SÍ JUGAR CON DISTANCIA

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

 

Hablemos en esta ocasión de dos cosas que gusta a casi todas las niñas, niños y niñes: besar y jugar. Ya se que hay algunas personas que excepcionalmente no les gusta ni una cosa ni la otra, o alguna de ambas. Por el contrario, resulta odioso que un peque tenga que besar a alguien que no conoce o que no le apetece en el momento menos adecuado, cuando juega o está en plena concentración con sus cosas. Entonces, si me das a elegir, como cantaba Rosalía en la gala de los Goya 2019, me quedo con los besos libres que son los mejores. Ahora en pandemia aún, no es tiempo para besos y sí para distancia social preventiva de riesgo de contagio. Me pregunto si continuaremos en algún momento, con esta entendida ahora como “insana” costumbre de los dos besos que nos dábamos para saludar, o sí por el contrario, desaparecerá para siempre. En alguna ocasión en la que me entran ganas de besar a alguna persona y siento hasta un pellizco en el estómago porque no hay que traspasar la barrera preventiva. Sin embargo, también se agradece no tener que ir sistemáticamente besuqueando a todo el mundo. En Francia y Marruecos creo que son tres besos ¡Imagínense! Nos superan en efusividad.

Y sobre este enorme tema de los besos, que por cierto los hay variados, besos de madre, de abuela, de Judas, de tornillo, de falsete o de pega, sonoros, silenciosos, de pedorretas etc., recomendamos un álbum ilustrado para peques de a partir de tres años en adelante: Te como a besos, de Laure du Fäy y Carmen Gil, Colección Somos8, editado por NubeOcho en 2019. Esta publicación tiene un trabajo de edición estupendo en gran tamaño, tapas duras, colores vivos y personajes llenos de expresividad y dinamismo. Las ilustraciones son igualmente grandes y coloridas, con un trabajo de ilustración tan logrado que transmite no sólo el aspecto emocional del relato, sino hasta la suave textura de sus personajes peludos y entrañables. Se trata de un libro necesario para la convivencia que ,de forma indirecta y divertida, habla de las habilidades relacionales. Esta historia es esencia para trabajar desde la infancia las relaciones positivas, el miedo a las personas diferentes o desconocidas, invita a la convivencia y el aprendizaje de que a una buena actitud se corresponde una buena relación con nuestro entorno. Este aprendizaje debiera ser contenido obligatorio para la prevención de la LGTBfobia y para la lucha contra los prejuicios que invaden nuestros cerebros de problemas irreales y que son causa inicial de rechazo y violencia. Leamos para disfrutar de relaciones positivas y hasta disfrutemos conociendo más y mejor a las, los y les demás.

Y ahora pensemos en jugar, como una acción necesaria, completa, perfecta, que debe constituir un derecho para la infancia. El juego es una actividad esencial de disfrute y aprendizaje. Los juegos pueden estar sometidos a reglas, o no, pueden ser libres y potencian la creatividad infantil. Hay muchas formas de jugar y se puede hacer hasta con una caja de cartón. Me encantan los juguetes, pero por favor que se adapten a cada edad y necesidad evolutiva de niñas, niños y niñes. Hay personas adultas que regalan los juguetes que no tuvieron, lo entiendo y les animo a que jueguen. Tenemos que liberarnos de corsés innecesarios y disfrutar todo lo que podamos. No hay nada más divertido que jugar con peques y dejarse llevar por la dinámica del entretenimiento. Ahora en los colegios también se llenan los patios de juegos grupales tradicionales y recuperamos una tradición estupenda, aunque con cuidado. Hay algunos de estos juegos que transmiten valores un tanto dudosos, como por ejemplo, no se si recuerdan: Al jardín de la alegría, quiere mi madre que vaya. A ver si me sale un novio, el más bonito de España… Esto a estas alturas es un tanto patriarcal y trasmisor de valores heteronormativos ya desfasados.

Y en relación al juego y los juguetes, debemos recordar que estos son para todas, todos y todes. No hay juguetes para niñas y juguetes para niños, por mucho que todavía se conserve residualmente el recalcitrante mensaje patriarcal que encasilla a las niñas en el mundo rosa de las muñecas, las cocinas y la crianza, y a los niños en el de los coches, la competencia, las pistolas y balones. Mejor no juguemos con pistolas, es una sana recomendación que desde este espacio me tomo la libertad de pedirles. Las armas, aunque sean de mentira, solo sirven para agredir y matar. Jugar con pistolas normaliza la violencia. Tampoco es intrínseco a ninguna naturaleza humana el jugar al futbol y ser de un equipo concreto, siento decirles. Y descarten también los videojuegos de contenido violento y el uso de dispositivos electrónicos, incluidos teléfonos móviles, a menores de seis años, como muy pronto. Todo esto es un cúmulo de estímulos innecesarios y estresantes sobre todo en la primera infancia. Se que es complicado, pero juguemos más a otras cosas más acordes a las necesidades de las, los y les peques.

En estos últimos días me he preguntado si niños, niñas y niñes de lugares en conflicto y ataques armado, como en el reciente asedio indiscriminado de Gaza, pueden jugar y he sentido una gran tristeza porque cuando se destruyen sus casas, destruyen sus juguetes, sus juegos y sus vidas. Disculpen este triste paréntesis que irremediablemente me viene a la cabeza.

Es esencial procurar el juego y facilitarlo. En esta línea les recomiendo un álbum muy especial: La muñeca de Lucas, una historia ilustrada recientemente editada por NubeOcho , con texto de Alicia Acosta y Luis Amavisca, con ilustraciones de Amélie Graux. El argumento desarrolla la historia de Lucas y su ilusión de tener una muñeca, como la de su amiga Ana, que su padre y su madre le regalan un buen día. A partir de aquí, Lucas juega y se relaciona con sus iguales a través del  considerado muy erróneamente “juego de las muñecas para niñas”. En la historia se cruza con otros personajes y en concreto con Teo que es un niño socializado en valores de género más tradicionales y que acorde a su identidad de varón con ciertos modales toscos, “lesiona” a la muñeca de Lucas. En un intento reconciliador, Teo intenta reparar el daño, recapacita y entra en la dinámica de un juego para todas, todos y todes. No debo continuar para no desvelar un bonito desenlace, pero como conclusión la historia de Teo nos trasmite valores de diversidad de género, libertad y disfrute de algo tan esencial como el juego en la infancia. 

 

Además cabe señalar el bonito trabajo de edición, su diseño, e ilustración de Amélie Graux, con una técnica que recuerda y evoca al dibujo de trazados y coloreado con pinturas, muy básico, rico en detalles, con tonos ocres muy cuidados, aunque se trate de un trabajo digital probablemente,  y con gran expresividad de todos los personajes, complementando perfecta y dinámicamente a un precioso texto y relato de grandes valores y sin olvidad la trasmisión de una historia completa y cercana a los intereses y gustos infantiles, y a partir de la infancia para más mayores.

Un buen trabajo para conocer y disfrutar de nuevo de la lectura.  Y una vez más, les deseo que lean mucho, en compañía o en una deseada soledad, que se cuiden y preserven para los besos que llegarán con las vacunaciones e inmunidad, y que la distancia no sea un impedimento para jugar sin olvidarnos, de momento, de las mascarillas y demás medidas preventivas.

¡Hasta pronto!

Especial Ley Trans: la Estrategia LGTBI de la UE en 10 claves

Curro Peña (@Currikitaum)Doctor en Derecho y autor del blog jurídico @Queeridico nos ha cedido este texto ya publicado en su blog el pasado 18 de noviembre, un espacio que os recomendamos y animamos a frecuentar

La Comisión Europea ha presentado su Estrategia LGTBI para el lustro 2020-2025. En este artículo te resumimos qué puedes esperar.

Pero, antes de nada, ¿de qué estamos hablando? De la Comunicación de la Comisión Europea COM(2020) 698 final, llamada «Estrategia de Igualdad LGBTIQ 2020-2025» (en adelante «Estrategia LGTBI», por mantener las siglas habitualmente empleadas en la legislación española)

Se trata de un documento programático en el que la Comisión detalla cuáles serán sus líneas de actuación en relación con las personas LGTBI durante los próximos años. Una agenda política y normativa largamente esperada por el activismo e, incluso, por muchos Estados miembros. El impulso de la Comisaria de Igualdad, la maltesa Helena Dalli, y de la Vicepresidenta de la Comisión y Comisaria de Valores y Transparencia, la checa Věra Jourová, ha permitido que, por fin, vea la luz.

Aunque se trata de la primera Estrategia en mayúsculas de la Comisión, no es el primer documento sobre las personas LGTBI de la Unión Europea. En particular, debe tenerse en cuenta la Lista de Acciones para Avanzar la Igualdad de las personas LGTBI adoptada en 2015 por Jourová (quien por entonces tenía atribuidas competencias en igualdad como Comisaria). Con el fin de la vigencia de la Lista (que abarcaba de 2015 a 2019), era imprescindible dar un paso más allá. Aunque lejos de ser la revolución queer que nadie podía esperar de la Unión, lo cierto es que supone un importante paso adelante al colocar en el centro de la agenda los derechos de las personas LGTBI. Lee el resto de la entrada »

Propósito de vidas felices para Año Nuevo

Por Marta Márquez (@marta_lakme) escritora y presidenta de Galehi, asociación de familias LGTBI

Foto: MUMS

La Navidad. Ese momento del año en el que todo se vuelve alegría, color, risas, quedadas, amistades, familia, cenas, regalos… ¿De verdad? ¿En serio nos olvidamos de todos nuestros problemas y somos mejores personas? ¿Acaso creemos que todo el mundo es feliz en la Feliz Navidad? Pues no. No lo es. Hay gente que en Navidad se siente más infeliz que nunca.

En estas peculiares navidades estaba yo paseando por Netflix sin saber qué ver cuando vi una portada llena de colores (y llena de Meryl Streep) y dije “esta, esta” y ¿sabéis qué? ¡ES UN MUSICAL! Me fascinan los musicales. Pensé que un musical era perfecto para el momento, que un musical no puede hacerte daño. Así que ahí estaba yo, dispuesta a ver The Prom. Argumento rápido con spoiler: va a ser el típico baile del instituto. Todo muy cuqui, vestidos de fiesta, limusima y una bollera a la que nadie quiere dejar ir. Fantástico el estado de Indiana. Un grupo de estrellas de Brodway deciden utilizar a la chiquilla para promocionarse y parecer mejores personas. Se plantan en el pueblo y la lían parda. Al final: baile, luces, amor, besos…blablabla. Lee el resto de la entrada »

Cuando Gabriel habla de sus dos padres, el activismo de los adultos toma nota

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

En la foto, Jesús Santos y Gabriel Santos acompañados de una coordinadora del Parlamento Europeo en sesión privada sobre familias homoparentales (Foto: Tomada de la página oficial de Jesús Santos Homobono).

 

A veces, sólo a veces, la opinión pública da un tirón de orejas a los activismos y le indica por donde redireccionar los mensajes. A veces la ciudadanía elige discursos singulares que han sido obviados por el asociacionismo y lanza una respuesta a los defensores de los derechos humanos. Porque, a veces, igual que la clase política se desconecta del pueblo y sus palabras no llegan, el activismo LGTBI sufre interferencias en sus campañas y el conjunto de la sociedad le advierte que es lo que despierta su conciencia social y que es lo que se pierde en los canales de comunicación.

Hace unos días Freeda difundía el vídeo de un adulto joven hablando de su familia y se viralizó superando las seis cifras en sus reproducciones.En una sociedad sobreexpuesta a la información y que es bombardeada desde todas las esquinas con discursos, consejos y publicidad, ocurre que algo es oído de verdad, que llega al entendimiento individual y se expande, que tiene éxito, que es escuchado, que se viraliza. Lee el resto de la entrada »

Los Monstruos de Olga de Dios

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

Hace siete años que conocimos a Monstruo Rosa de Olga de Dios, (2013, Apila Ediciones) un personaje y relato infantilsencillo que contiene grandes valores de diversidad y convivencia,desde la fantasía, el colorido, el sentido del humor, a través de un lenguaje directo y accesible para peques de todos los lugares del mundo que han disfrutado, y a día de hoy siguen disfrutando de su historia. Desde entonces ha sido traducido a diversos idiomas y sucreadora, Olga de Dios, ha obtenido varios reconocimientos en España y China. Lee el resto de la entrada »

It Gets Better España lanza el concurso “Esperanza, amabilidad y amor”

La asociación promueve esta iniciativa, en colaboración con la Fundación Born This Way de Lady Gaga y Ediciones Camelot, para reconocer la labor de adolescentes y jóvenes en favor de la diversidad y la visibilidad del colectivo LGBTQI+

La asociación It Gets Better España organiza, en colaboración con la Fundación Born This Way de Lady Gaga y Ediciones Camelot, el concurso “Esperanza, amabilidad y amor”, con el fin de premiar la labor de adolescentes y jóvenes, entre 14 y 26 años, que estén realizando acciones en favor de la diversidad y/o la visibilidad del colectivo LGBTQI+.

Hasta el próximo domingo 18 de octubre y a través de un correo electrónico a comunicación@itgetsbetter.es, las personas interesadas en esta iniciativa deberán presentar, por una parte, un resumen de sus proyectos o programas en un documento escrito de dos páginas (extensión máxima), con sus últimos objetivos y logros, y nombre completo, edad, lugar de residencia y breve presentación; y por otra, su experiencia personal en formato vídeo de hasta 5 minutos de duración, en el que animen a adolescentes y jóvenes a trabajar por cambiar el mundo, bajo el lema de It Gets Better #TodoMejora y con un tono y un mensaje llenos de positividad, de acuerdo con la misión, visión y valores de la asociación. Lee el resto de la entrada »

La palabra mas hermosa del mundo

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar


Hay una palabra que se repite invariablemente en muchas lenguas y en muchas partes del planeta. Hay una palabra que es la primera que se articula en la infancia, una palabra que sólo necesita de la unión de labios y en la que no intervienen las cuerdas vocales porque se exhala directamente del corazón.

Hay una palabra que cuando la escuchas por primera vez el mundo se para en un big bang que te sacude las entrañas, anulando el pasado, eternizando el presente y diluyendo el futuro en una constante de felicidad. Lee el resto de la entrada »

¿Cómo ayudar desde la Psicología a quienes sufren la transfobia?

Por María Prieto Piédrola, psicóloga  e ilustradora, acaba de terminar su TFG sobre «Intervención psicológica en transgénero y transexualidad desde el modelo ecológico de Bronfenbrenner»

Foto: Ted Eytan

Dentro del colectivo trans* es muy común que aparezcan síntomas de ansiedad o de depresión. Esto no es por el hecho de pertenecer al colectivo, no por nacer transgénero o transexual se tienen más problemas de salud mental que naciendo cis. Esto es debido a la transfobia y el rechazo general por parte de la sociedad.

Entonces, ¿cómo se puede ayudar desde la psicología a una persona trans*? Pues de muchísimas maneras, algunas más sencillas que otras.

Bronfenbrenner propone el modelo ecológico que sirve para estudiar muchísimas realidades. Mi Trabajo de Fin de Grado de Psicología (Intervención psicológica en transgénero y transexualidad desde el modelo ecológico de Bronfenbrenner) se centra en el colectivo trans*.

¿En qué consiste esta forma de analizar? Bronfenbrenner propone ir por niveles, es decir, no centrarnos en una única manera de intervenir, sino tener en cuenta el contexto y la gente que convive con la persona a la que queramos ayudar. Por supuesto, dentro del modelo existe una intervención individual, directamente con la persona, pero también con su contexto más cercano (es lo que en el TFG está nombrado como microsistema). Esto es su familia, sus amigos, sus compañeros y compañeras de clase o del trabajo… Lee el resto de la entrada »