Tomboy

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#cinelgtb

 

Película francesa estrenada en el año 2011 y dirigida por Celine Sciamma (Retrato de una mujer en llamas). La cinta se adentra en el sensible tema de la infancia trans a través de la historia de Laurie que con diez años quiere vivir conforme a su verdadera identidad y se presenta a sus nuevas amistades como Mikäel.

Sciama aborda el film con sensibilidad, sin caer en el dramatismo ni en la tragedia. La realizadora, a través de la mirada de un niño trans, hilvana una historia de tensión, suspense, un thriller. Según contaba la directora, su intención era que el film tuviera luz y por eso motivo lo sitúa en verano. No quería que la película fuese un drama. Tenía que ser algo dinámico, ni totalmente positivo ni absolutamente negativo. La intención de la realizadora era seguir el pulso de la infancia, rodar algo vivo, dinámico, conseguir que el público empatizase con ese niño trans protagonista.

La presencia de la infancia en el argumento era, para la realizadora francesa, garantía de veracidad, de frescura, de vida. Necesitaba encontrar a la persona perfecta para interpretar el papel principal. Buscaron en la calle, en las escuelas, en las agencias de publicidad. Al final la elegida fue Zoé Héran ya que tenía las cualidades perfectas para interpretar al personaje. La hija de la actriz Sophie Marceau interviene con un pequeño papel en la película.

En palabras del crítico Jordi Costa, Tomboy logra una delicado fusión entra la silenciosa elocuencia de su protagonista, Zoe Héran, y el lenguaje sensorial empleado por Sciama, capaz de transmitir todos los desvelos de ese cuerpo.

La cinta es un delicado y conmovedor retrato de la infancia trans. Una aproximación respetuosa y sútil al descubrimiento infantil de la identidad sexual. Una historia contada con delicadeza y emotividad.

Tema central de Tomboy es la manera en la que un niño trans toma conciencia de su realidad y hace frente a las dificultades que supone visibilizar su identidad sexual a otras personas y, en especial, a su madre y a su padre.

Los prejuicios infantiles hacia la diversidad sexual que se muestran en la película, son un reflejo del rechazo a la diferencia que los adultos transmiten a la infancia y que en la cinta se resume en una frase: Es asqueroso.

La transfobia es una forma de violencia extrema hacia la infancia trans que no tiene por qué materializarse en agresiones físicas. Los insultos, el rechazo y el aislamiento social también son formas de agredir.

A través de la historia de Mikaël, la película quiere hacer consciente al público de la necesidad que tiene ese niño trans de vivir conforme a su identidad, de ser aceptado y de habitar el mundo de forma segura.

 

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