La enorme delicadez visual en «Águilas» de Fló Guerin

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

 

En esta ocasión agradecemos a la Editorial Dos Bigotes y a la escritora Fló Guerin por la oportunidad de entrevistarla para presentar Águilas, novela editada en febrero de este año, con un precioso y cuidado diseño de edición de Raúl Lázaro.

Águilas se trata de una historia de evasión, supervivencia, de libertad y de amor entre dos chicas adolescentes que inician un viaje desde Toulouse, Francia, atravesando España hasta llegar a Águilas, localidad de Murcia que da nombre al relato. La historia es visual, con un estilo narrativo especial, en el que la escritora usa frases cortas, o con tan sólo una palabra se abre y presenta cada una de las partes o subcapítulos. Hay momentos de la historia especiales en clave de prosa poética y con una fuerza especial con esa narración en primera persona de una de las protagonistas, que va presentando las distintas situaciones, los lugares, los diferentes personajes, tanto personas como animales, con una fuerza muy especial, mostrándonos a través de sus ojos el relato, acercarnos y llegar a sentir empáticamente, a través de su psicología adolescente.

Pregunta: Fló ¿Puedes comentarnos de las protagonistas de esta novela? ¿Hay alguna cualidad a destacar de cada una de ellas?

Las protagonistas de este relato, la narradora y su compañera, Federica, experimentan juntas el “estirón” que supone la primera experiencia amorosa. Las conocemos solo a través de la mirada de la que cuenta, es por lo tanto una visión muy sesgada de sus personalidades porque lleva el filtro de la voz narradora. Te diría que, bajo este prisma, ella se describe como entusiasta y vulnerable y retrata a Federica como alguien más práctico y razonable.

Pregunta: Tu novela nos narra la historia de dos adolescentes que deciden escaparse de casa. Quizás los y las jóvenes de ahora no sienten una brecha generacional como en el momento en el que se desarrolla esta historia, en la que las familias tienen claras discrepancias intergeneracionales, e incluso éstas eran más marcadas con chicos y chicas LGBTI en ese momento. ¿Qué te parece este aspecto diferencial de la vivencia de la adolescencia de entonces, en relación la adolescencia en este momento?

Yo escribí Águilas con esta época de la vida en mente: la adolescencia, la edad del dolor, del adolecer. El dolor proviene de la falta de filtro al darse de bruces con lo real y esto conlleva una permeabilidad, una capacidad de vivir emociones muy intensas. No sabría decirte si hoy hay menos brecha intergeneracional que entonces. En términos de derechos, sí han avanzado algunas cosas, sobre todo en entornos urbanos. Hoy puedes ver parejas de adolescentes LGTBI besándose por la calle, cuando me cruzo con una, siempre me da un pellizco de alegría. Ahora, creo que perduran muchos perjuicios de puertas para dentro. Me encantaría poder intercambiar pareceres con lectores adolescentes, yo escribí esta novela para ellos, y para lo que queda de este tiempo en mí 😉

Pregunta: La historia mayoritariamente transcurre en una pequeña localidad costera, en una España de los años ochenta, en la que resulta arriesgado ser mujer, joven y lesbiana ¿Por qué decidiste escoger este contexto histórico y geográfico?

Águilas tiene un trasfondo autobiográfico, esta historia me sucedió. Decidí partir de los pocos recuerdos fidedignos que me quedaban treinta y cinco años después. Eran flashes, en su mayoría visuales. Me plantee usarlos como si fueran las cerillas del cuento de Andersen, una luz intensa y fugaz que iluminara brevemente la escena. Los convertí en los títulos de entradas que bauticé “polaroids”, cuya colección conforma el relato. Escribir esta historia me hizo reflexiona mucho sobre la “validez” de los recuerdos, lo que uno da por bueno y lo que duda haber sacado de alguna foto marchita mil veces enseñada por la abuela. Lo que te puedo decir es que intenté ser ferozmente sincera pero no pretendí decir la verdad.

Pregunta: Hay momentos de tensión en la historia por las dificultades que van surgiendo y resuelven las protagonistas. Como lectora he sentido una identificación en todo momento con ellas, he sentido temor a ser descubierta en el tren, la escasez de medios económicos, la incertidumbre por la falta de alojamiento e incluso cuando las protagonistas roban una botella de vino en un supermercado, sufrí hasta el último momento que pudieran ser descubiertas. ¿Eres consciente de cómo involucras a tus lectores y lectoras en la resolución de los diferentes conflictos de la novela?

Cuando escribo algo, mi primera lectora soy yo. Si vuelvo a un texto con ganas de saber “¿y ahora que pasa?” sé que voy bien. Cuando me siento por la mañana a releer lo de la víspera, si pierdo interés y la voz no suena, sé que tengo que borrar lo escrito. A un nivel más narrativo, te puedo decir que decidí usar un presente histórico estricto, sin elipsis ni flash back, como si estuviera ahí ahora mismo. Este recurso pretende suspender el relato en una clase de atemporalidad, una forma de contar en tiempo real, sin apenas referentes históricos. Creo que esto ayuda a seguir a las protagonistas en su periplo, tanto exterior, en toda la primera parte de la novela cuando las chicas están en movimiento, como interior, una vez encuentran cobijo en el piso de Alberto.

Pregunta: Hay partes del relato de enorme sensualidad y delicadeza, que describen los momentos de las relaciones sexuales de las protagonistas ¿Resulta complicado o no, escribir estas escenas?¿Quieres comentarnos algo en relación a esta situaciones?

Para mí no hay estética sin erótica, quizás sea una herencia de la literatura de mi país de origen, Francia, donde existe mucha tradición a la hora de escribir desde ahí. El sexo está detrás de la mayoría de las preocupaciones adolescentes y me pareció esencial que tuviera una presencia fuerte en el relato. En Águilas la narradora aprende a la par una nueva sexualidad y un nuevo idioma, el castellano, lo hace al mismo tiempo. Este doble aprendizaje pone en relación la sexualidad con el idioma, con la necesidad expresiva. En varias escenas ella trata de dibujar el cuerpo de su amada cuando duerme. El sexo se experimenta como el idioma que surge cuando se despeña el lenguaje, ahí donde las palabras o los trazos de lápiz ya no sirven. Para mí, escribir estas escenas no fue difícil, fue emocionante porque es donde más licencia poética pude permitirme. Quise para Águilas un lenguaje muy despojado y simple, la voz de una adolescente, pero en las escenas de sexo me permití algo más de lirismo. En todo caso, aunque el sexo se retrate de forma explícita, es también muy tierna, son dos pimpollos 😉

Pregunta: Hay una relación especial de la protagonista con el resto y cada uno de los personajes, con Federica (coprotagonista), Alberto, Emilio, que son una tabla de salvación para las chicas, e incluso con dos pájaros, el canario Arsenio, en un principio mudo, y Lupin que es un ave silvestre y libre, pero sin embargo, tiene cierta dependencia en su relación con la protagonista. ¿Nos puedes comentar sobre la construcción de cada uno de los personajes y su lugar en el relato?

Como te comentaba, todos los personajes de Águilas están inspirados en una historia que me sucedió y pretendí recordar. A su vez están ahí para hablar de las cosas que aborda la novela sin citarlas: la dependencia, la familia, la identidad, la traición, la inocencia. Los pájaros fueron un asunto un poco peliagudo porque no quería que remitiesen a una metáfora muy manida sobre la libertad. Si te fijas, tanto el canario como el gorrión son minusválidos, tienen dificultadas a la hora de crecer y vivir su vida de pájaro, sea suelto o enjaulado. Decidirme por un punto de vista muy sesgado, el de una primera persona que habla en tiempo real, implica que la novela tenga muchos agujeros narrativos. Varias de las tramas secundarias que atraviesan el relato, como la historia de Alberto y Emilio, no encuentran resolución al escapar a los ojos de la narradora. Por esto los personajes secundarios no tienen un desarrollo muy elaborado, tenemos pocas descripciones físicas de ellos, y, si las hay, suelen tener mucha carga simbólica, como las manos de Alberto.

Pregunta: En este espacio de 1decada10 recomendamos relatos para lectores y lectoras de todas las edades, pero especialmente a adolescentes. Considero que tu novela es absolutamente recomendable para chicos y chicas que están descubriendo su identidad sexual y de género de forma positiva, gracias a este tipo de expresiones culturales que muestran una realidad social diversa. ¿Qué les dirías a los y las jóvenes lectoras para invitarles a leer Águilas?

Me encantaría que adolescentes y jóvenes adultos se lean a Águilas y me cuenten su parecer. Yo escribí esta novela para ellos y su mirada me es muy importante. Me gustaría saber si se encuentran y se reconocen en este tiempo suspendido que es el del primer amor, donde todo lo demás desaparece.

Pregunta: ¿Añadirías alguna cuestión más sobre Águilas?

No, muchas gracias

Pregunta: ¿Tienes algún proyecto próximo a compartir con nosotros y nosotras?

Sí. Tengo un proyecto con la compositora Chefa Alonso que alrededor de un poemario mío llamado Colores para un amante ciego. Tenemos una versión a dúo con voz y música, pero también un formato escénico con el bailarín Angel Zotes. Este poemario parte de una pregunta muy simple: ¿cómo contarle el color a una persona ciega de nacimiento? Estamos buscando un buen sitio donde estrenarlo en Madrid porque lo hemos presentado en Huesca y varias localidades de la provincia de León, pero aquí todavía no. Ojalá lo puedas ver, creo que es un trabajo muy especial.

Muchas gracias Fló y un abrazo.

A ti, Nieves, gracias por el tiempo y la oportunidad. Un abrazo.

Y a todos nuestros lectores y lectoras: ¡Hasta muy pronto!

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