Archivo de febrero, 2022

Requisitos indispensables para ser lesbiana 2-B

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

 

Nace ATRIO, el primer programa de apoyo y atención a personas LGTBIQ y sus familiares en Andalucía

@atriolgtbiq

El Programa ATRIO, de apoyo y atención integral a personas LGTBIQ y sus familias, ha dado comienzo hoy al lanzar su primera convocatoria en Málaga, Sevilla y Almería. El proyecto es pionero en Andalucía, y pretende crear una red de apoyo mutuo con acompañamiento profesional terapéutico para personas LGTBIQ de todas las edades, géneros y nacionalidades, así como para sus familiares; un tipo de servicio inexistente hasta el momento en la comunidad autónoma. El proyecto cuenta con la aportación del 0,7% del IRPF autonómico enmarcado en la Agenda Global 2030, y está impulsado por la Asociación Engloba. La inscripción para poder hacer uso de cualquiera de los servicios de ATRIO ya está disponible a través de la web engloba.org.es/atrio.

Desde hoy, y a través de un sencillo formulario alojado en su web, las personas LGTBIQ interesadas pueden inscribirse para formar parte de grupos de apoyo, o asistir a sesiones de terapia individual con profesionales de la salud mental, con el fin de crear un espacio seguro en el que poder compartir sentimientos y experiencias.

Otras de las líneas de trabajo que se ejecutaran en este primer ejercicio es la de mediación familiar, para ayudar a personas LGTBIQ y a sus familiares en los procesos de aceptación y en la mejora de la comunicación. Finalmente, también está abierta la convocatoria a personas LGTBIQ con interés en realizar voluntariado y formación para la dinamización de grupos de apoyo y el desarrollo de actividades de ocio y tiempo libre inclusivo.

Santiago Ruiz Galacho, responsable de proyectos de la Asociación Engloba, director del programa ATRIO y profesor universitario, explica que el programa centrará sus objetivos en la mejora de la salud mental y el bienestar subjetivo a través de grupos de apoyo mutuo, una herramienta metodológica de amplia validez y con evidencia científica respaldada. “Además, por otro lado, se fomentará el empoderamiento a través de la participación comunitaria, bien sea desarrollando actividades proactivas de voluntariado, bien sea creando vínculos de apoyo social a través de intereses y aficiones en actividades de ocio y tiempo libre”, declara Ruiz Galacho. ATRIO pretende ser una respuesta a las necesidades de las víctimas de discriminación LGTBIQfóbica.

ATRIO: líneas de trabajo y participación

El Programa Atrio es un programa de atención integral gratuita destinado a personas del colectivo LGTBI en las provincias de Málaga, Sevilla y Almería, que cuenta con dos pilares fundamentales:
En primer lugar, la puesta en marcha de varios grupos de apoyo mutuo (una herramienta metodológica centrada en la creación de vínculos de ayuda en torno a una misma vivencia) que se celebran de manera periódica y con miembros estables, dinamizados por un profesional y por personas voluntarias con formación específica para ello. Estos grupos están diseñados para tres colectivos diana: grupos semanales para personas del colectivo LGTBI que hayan sufrido discriminación, grupos semanales para familiares de personas LGTBI que necesiten apoyo para comprender y apoyar a sus familiares, grupos quincenales en los que podrán participar mujeres transgénero y cisgénero pertenecientes al colectivo LGTBI y que se enfocarán específicamente a la doble dificultad de inclusión social por ser mujeres LGTBI (la participación en estos grupos quincenales es compatible con la participación en los grupos semanales para personas LGTBI). Estos grupos contarán con la presencia de una persona profesional que puede brindar asesoramiento y apoyo terapéutico individual o familiar.

Igualmente, se pondrá en marcha de un plan de voluntariado que abarca, por un lado, formación para el voluntariado que apoyará en la dinamización de los grupos de apoyo mutuo; y por otro, la creación de un voluntariado de ocio inclusivo centrado en la propuesta de diversos grupos de intereses (juegos de rol, senderismo, deportes, lectura) gestionado por voluntarios; c) un programa de voluntariado con personas mayores LGTBI.

Datos de violencia sobre las personas LGTBIQ

La evaluación de necesidades que originan la creación del programa ATRIO se realiza en torno a fuentes estadísticas, y diversos estudios, que corroboran la existencia de diversas formas de violencia sobre el colectivo LGTBIQ.

Entre 2013 y 2019, los delitos de odio aumentaron un 45%, según los datos que recoge el Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio de Interior. La suma de infracciones penales y administrativas pasó de 259 a 283, casi un 10% más. Estos datos muestran la punta del iceberg de las distintas formas de violencia LGTBIQfóbica, que no siempre alcanzan las estadísticas oficiales y que, según el Informe del estado de la LGTBIQfobia en Andalucía, no son denunciadas en el 65% de los casos.

Los últimos datos de la FELGTB, que aúna organizaciones sobre diversidad sexual de toda España, afirman que la mayoría de las agresiones cometidas en 2018 fueron verbales (31%), seguidas del acoso (27%) y la agresión física (17%). Además, en el 68% de los casos se producen a personas de entre 19 y 35 años, algo que puede explicarse porque es el tramo de edad que más denuncia estos incidentes, al igual que ocurre con el género (el 70% son hombres gas). Las grandes ciudades son las que concentran más este tipo de violencia, un 61% frente al 10% de las zonas rurales. Esta situación genera un clima de miedo e inseguridad con respecto a las personas LGTBIQ, afectando a su salud mental y su bienestar, así como a una vulneración de sus derechos fundamentales.
Es por ello que este programa afronta la urgencia de crear espacios seguros que permitan abordar las dificultades de inclusión social y los episodios de discriminación que sufren las personas LGTBIQ, prestando especial atención al caso de las mujeres (cisgénero y transgénero, que deben enfrentar además la discriminación estructural en torno al hecho de ser mujer) y de las personas mayores, que no sólo acusan una mayor falta de apoyo social que el resto de la población, sino que además presentan diversas dificultades para expresar sus emociones y problemáticas.

Objetivos y vías de contacto

El programa busca potenciar el bienestar psicológico de las personas LGTBI y sus familiares a través de la creación de entornos seguros en los que poder comunicarse. Así como la creación de vínculos de apoyo entre miembros del colectivo LGTBI, y la participación comunitaria a través del voluntariado. La ausencia de espacios en los que se aborde la reparación de los efectos de la discriminación pone de relevancia la importancia de un proyecto de estas características, el cual pone especial atención en las víctimas de la discriminación y en su núcleo familiar como agente potenciador de resiliencia.

Además, se presta especial atención a las mujeres y las personas mayores, pues son una parte del colectivo extremadamente vulnerable. La Asociación Engloba, que impulsa este programa, cuenta con amplia experiencia en el trabajo con mujeres y familias en situación de vulnerabilidad.
La convocatoria para participar en el programa ATRIO ya está disponible para todas las personas LGTBIQ que así lo deseen, y residan en Málaga, Sevilla o Almería.

Teléfono: +34 674093227 / Web: engloba.org.es/atrio
E-mail: atrio@engloba.org.es / Instagram: @atriolgtbiq

 

Romaine Brooks. La dualidad enigmática

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

 

Beatrice Romaine Goddard nació en Roma. Su familia, a pesar de gozar de una buena posición económica, era inestable y su infancia quedó marcada por el abandono del padre y la difícil relación con su madre, volcada en el cuidado de uno de sus hermanos que padecía graves problemas mentales, trastornos que también aquejaban a la progenitora. Esta enfermedad les hacía oír voces y maltratar a la futura pintora, incluso se piensa que su hermano llegó a abusar de ella. La pintora escribiría en sus memorias:

Mi primer recuerdo…es una inmensa sensación de miedo.

Cuando Romaine tenía seis años, su madre también la abandonó y se marchó con su hijo a Europa. Brooks quedó a cargo de una humilde lavandera de Nueva York. La nueva familia de Brooks era pobre pero cariñosa y dedicada a su cuidado. Incluso le animaron a dibujar, cosa que su madre le había prohibido. Cuando su adinerado abuelo la encontró, la envió a un internado y después su madre la recluyó en un convento donde fue expulsada tras intentar suicidarse por la tristeza que sentía.

Marchó a París a los diecinueve años con permiso de su madre. En la capital francesa, tras acudir a clases de canto, se dedicó a actuar en cabarets para ganarse la vida. Intentó sobrevivir por sus medios pero al final tuvo que pedir dinero a una hermana. Cuando el marido de ésta fue a llevarle dinero, la violó y quedó embarazada. Tuvo una niña a la que abandonó en un convento para proseguir su formación en Roma . Su hija falleció con tres meses pero ella solo se enteró cinco años después, cuando volvió para llevársela. En la capital italiana se forma como pintora acudiendo a la Academia de Arte de Roma donde sufrió vejaciones por parte de sus compañeros. Durante esa época conoce a intelectuales y artistas con los que se relacionaría después en París, Capri y la Riviera francesa.

Cuando su madre falleció a causa de la diabetes que le aquejaba, la suerte de Romaine cambió al heredar una fortuna considerable. Esto le permitió vivir con libertad y marcharse un tiempo a una colonia de artistas en Capri. Allí Brooks se casó con el pianista John Ellingham pero ese matrimonio solo duró un año. Entonces Romaine decidió marcharse a París y cambiar radicalmente su imagen; se cortó el pelo y comenzó a usar ropas consideradas masculinas. En la capital francesa la pintora se sintió atraída por el ambiente bohemio de Montparnasse y Montmatre. En ese tiempo vivió un romance con Winaretta Singer, heredera del emporio de máquinas de coser Singer. Winaretta estaba casada con el príncipe de Polignac, en uno de los llamados matrimonios blancos, contraídos entre mujeres lesbianas y hombres homosexuales para guardar las apariencias.

En París sentó las bases de nuevos círculos literarios, artísticos y homosexuales. Romaine fue una rebelde y nunca escondió su lesbianismo. Por esa época pinta La dama de negro, Azaleas blancas y La chaquetilla, obras datadas exactamente en 1910 .

1911 fue el año en el que Brooks se enamoró perdidamente de la bailarina rusa-judía Ida Rubenstein, ideal de belleza en la Belle Époque. Durante su efímera felicidad, la bailarina fue modelo de su amante Romaine para varios de los cuadros que ésta pintó. La imágen delicada y andrógina de Rubenstein aparece en obras como La crucifixión, en la que Ida se muestra yaciendo en coma tras el éxtasis. La bailarina posaría también como reina de las flores y para otros cuadros de corte realista. La I Guerra Mundial interrumpió esta relación ya que Brooks, necesitada siempre de interacciones sociales, se negó a vivir en el campo.

En 1924 pinta La cruz de Francia, cuadro que se subastó para obtener fondos destinados a la Cruz Roja. Esta obra constituye un alegato contra la guerra. Tras la contienda, el gobierno francés concede a Romaine La Legíón de Honor, que aparecería prendida de su solapa en uno de sus autorretratos.

La pintora alcanzaría el cenit de su prestigio como artista en 1925, año en el que inauguró varias exposiciones importantes.

En la década de 1930 realizó una serie de más de 100 dibujos de seres humanos, ángeles, demonios, animales y monstruos, todos creados a partir de líneas curvas continuas. Después de estos dibujos, dejó el arte casi por completo, solo pintaría un retrato tras la Segunda Guerra Mundial.

El resto de su carrera se dedicó a pintar retratos de mujeres lesbianas, con muchas de las cuales mantuvo relaciones intensas y cambiantes.

Sus retratos, caracterizados por trazos fríos , decididos y sombreados con muy poco color en los que predominaba el gris , reflejaban la personalidad de sus modelos de forma inquietante. En algunos de sus cuadros, las modelos aparecían desnudas para escándalo del público de la época. Por este motivo empezaría a abanderar la libertad sexual femenina:

Aproveché cada ocasión, por pequeña que fuera, para afirmar mi independencia .

Brooks ignoró el fauvismo y el cubismo, tendencias de la época. No obstante prestaría atención al simbolismo y a los movimientos estéticos del siglo XIX y, especialmente, a James McNeill Whistler.

Su pintura más relevante es quizá Miss Natalie Barney, L’Amazone, el retrato que le hizo a su amante Natalie Clifford Barney en 1920.

Falleció cuando estaba a punto de cumplir noventa y seis años, En su epitafio reza:

Aquí está Romaine, que solo pertenece a Romaine

Exnovias

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

 

De María Peláe y la visibilidad lésbica

Por Noemí Díaz Vázquez

Como buena lesbiana, soy seguidora de Tu cara me suena casi exclusivamente porque María Peláe es concursante, porque sí, me gusta verme representada en televisión, con la gran suerte de que además María es ¡una artistaza! Cada semana nos deleita con una interpretación brillante en donde se deja cuerpo y alma, entregándose de una forma al papel que deja a todo el mundo boquiabierto.

Desde el principio se sabe que a cada concursante en algún momento puede salirle una prueba que incluya “traer a un amigo”, así que todas las lesbianas que seguimos el programa estábamos deseando que le saliera esta prueba a María para ver si traía a Alba Reig, su pareja.

¡Y así fue! Eso sí, María aclaró que ella traería a “su amiga”. El caso es que le asignaron a María la canción “Banana”, cuyo vídeo muestra a dos mujeres en poses presuntamente sexys sobre esta fruta… Ya resultó sospechoso que le asignaran a una lesbiana esta canción cargada de connotación masculina heterosexual, pero encima sabiendo que la cantaba con Alba, su pareja, lo que pasó después de la actuación -muy buena, por cierto- fue absolutamente bochornoso.

En el momento de la valoración de la actuación, en vez de valorar a María, empiezan unos 10 minutos de absoluto esperpento, en el que un miembro del jurado empieza a comentar que si él es el que tiene la banana más grande (haciendo gesto de “enseñarla” bajándose la cremallera), que si las bananas esto y lo otro, y hace entrar un plátano de unos 5 metros sobre el que estuvieron bromeando y saltando.

¿En serio? ¿Para una vez que sale una pareja de lesbianas en “prime time” es necesario hablar de tamaños de “banana” y de “a ver quién la tiene más grande”? ¿De verdad que l@s guionistas consideraron esto necesario? Mi mujer y yo estábamos indignadas. Twitter ardía de rabia, la gente comentaba: “ahí va la heterada de ponerle una banana gigante a dos lesbianas” o “¿y la valoración de María Peláe?”.

Pero María no defrauda, y ella que no se calla, con su arte y salero, en cuanto tuvo la oportunidad lo dejó clarísimo “he de decir una cosa. Espero que se haya entendido la ironía de la banana, sin ser nosotras nada de eso. Que aquí se habla de lo gay ¡pero también de lo lésbico! Ya que es la tele abierta… muchas bananas, pero vamos a ver…” mientras Alba le pasaba el brazo por la cintura. En casa, cientos de lesbianas saltábamos de alegría, orgullo y emoción, y en twitter todo el mundo alababa su alegato.

Y ahí no queda todo. Este último viernes, María hizo una imitación soberbia de Barbara Pravi con la que ganó la gala y tuvo la oportunidad de entregar su premio (3.000 €) a una ONG, ¿y a quién eligió? ¡A la FELGTBI+! “Por todo el trabajo que está haciendo con el colectivo, y en momentos de discursos de odio es bueno tener a alguien que te apoye”. Un nuevo alegato defendiendo nuestros derechos, visibilizando nuestras realidades. Algo que es muy necesario, pues aunque haya quien niegue los discursos de odio, los datos están ahí y yo veo sus efectos cada día en las aulas…

Nos hemos vuelto tus fans absolutas, pero ya no sólo de tu música, sino de tu persona. Ojalá más mujeres dieran el paso que tú has dado, ojalá más mujeres valientes que naturalicen su vida, sus relaciones, ¡ojalá más Marías Peláe en televisión! ¡Gracias, María!

 

Noemí Díaz Vázquez
Docente y activista lesbofeminista
Integrante de la Rede Educativa de Apoio LGBTIQ+ de Galicia, de Les Coruña, y del Grupo de Políticas Lésbicas FELGTBI+

Rainbow pride flag flying in the daytime breeze. Original public domain image from Wikimedia Commons

Requisitos indispensables para ser lesbiana 2

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

 

Annemarie Schwarzenbach. Bello ángel devastado

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

Doctora en filosofía, arqueóloga, periodista, fotógrafa y novelista ​suiza, nació en Zurich el 23 de mayo de 1908 en el seno de una de las familias más adineradas de Suiza. Rebelde desde la infancia, no quería saber nada de la opulencia que la rodeaba. En su adolescencia le hicieron una revisión médica para conocer la causa de su extraña conducta y acabaron diagnosticándole esquizofrenia. No está muy claro que padeciese esa enfermedad.

Estudió historia y literatura en la universidad de Zurich. Allí empezaría a escribir. Unos años después conoció a la familia Mann, a la que le uniría una amistad de por vida. Thomas Mann la llamó bello ángel devastado. Anne Marie entabló una relación fraternal con uno de los hijos de Mann, Klaus, abiertamente homosexual.

Marcha a Berlín en 1931. Allí conoce a la fotógrafa Ella Maillart, discípula de Man Ray. Juntas viajarían en coche de Suiza a Afganistan en busca de nuevas experiencias vitales. La relación entre ambas se tornaría complicada por la inestabilidad de Annemarie y su adicción a las drogas. Maillart diría de su compañera de viaje:

Escogió la vía complicada, la vía cruel del infierno

En 1935 se embarca en un matrimonio de conveniencia con el diplomático francés Achille Claude Clarac para disimular sus relaciones con mujeres. Este enlace le permite conseguir un pasaporte con el que viajará por medio mundo realizando reportajes con su cámara fotográfica. Su padre le regaló coches de lujo con los que recorrió Persia, Afganistán, India, Turquía, Siria, Líbano, Palestina, Irak y el sur de Estados Unidos. En ese país fotografía los estragos de la Gran Depresión. Persia ( Irán) es su lugar favorito y lo convierte en argumento de cuatro de sus novelas. Según Roger Perret, uno de los máximos especialistas en la obra de Annemarie, en ese país ella encuentra el abandono y la desolación o como la propia Schwarzenbach diría es el lugar donde lo ajeno se apodera de nosotros mismos y nos aleja de nuestro propio corazón.

Tras sus viajes por el Reich alemán, Prusia y los Estados bálticos, escribe Lorenz Saladin. Una vida para las montañas (1938), su libro más conocido, en el que relata la historia del intrépido escalador suizo.
Schwarzenbach, además de escribir libros de viajes, realiza una destacada labor periodística y fotográfica para la prensa. También filmó parte de sus experiencias según cuentan sus biógrafas Miermont, Grente y Mülle.

La adicción a la morfina de Annemarie y su inestabilidad emocional hicieron mella en la regularidad de su obra. De hecho, estuvo internada en establecimientos psiquiátricos de forma intermitente a lo largo de su vida. A pesar de esto, abordó temas muy variados con una calidad indiscutible. Ejemplo de la diversidad de su producción literaria son obras como el ensayo dedicado al poeta Georg Traki, la novela El milagro del árbol, que escribió mientras viajaba por África y los poemas contenidos en La orilla del Congo. Según la web suiza en la que se encuentran parte de sus documentos, al morir ella, su madre y su abuela quemaron todos sus papeles y manuscritos.

Tuvo relaciones con la hija del embajador turco en Teherán y con una arqueóloga en Turkmenistán.
En 1940, comenzó su historia con la escritora Carson McCullers. Ambas mujeres compartirían un tiempo en Nueva York. A pesar del amor que McCullers le profesaba, su unión no llegó a buen puerto.
Tuvo un accidente en 1942, que resultaría fatal. Mentras montaba en bicicleta se cayó golpeándose en la cabeza con una piedra. Al despertar había perdido la memoria , la capacidad de hablar y la movilidad. Murió el 15 de noviembre de ese año.

Victorina Durán

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

 

Victorina Durán vino al mundo en Madrid el 12 de noviembre de 1899. Creció en el seno de una familia burguesa propietaria del abono número uno del Teatro Real. Quería ser actriz pero la oposición familiar hizo que se decantarse por la pintura y el dibujo. Asistió a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1929 se convertiría en la primera española en acceder a la cátedra de Indumentaria y Arte Escenográfico.

Artista del batik, formó parte de la delegación española que acudió a la Gran Exposición de Artes Decorativas de París en 1925. Al año siguiente Durán entraría a formar parte del Lyceum Club junto con otras intelectuales y artistas reunidas por María de Maeztu. Victorina fue pieza clave en el devenir del Círculo Sáfico de Madrid, una red de mujeres lesbianas intelectuales que se convirtió en un referente lésbico durante los años veinte. El Círculo era un espacio seguro donde las mujeres lesbianas podían reunirse, llevar a cabo sus tertulias y expresar su afectividad y sexualidad.

Junto a Rivas Cheriff  creó el TEA (Teatro Escuela de Arte) de Madrid. Diseñó vestuarios y decorados para las compañías de Margarita Xirgu, Federico García Lorca e Irene López de Heredia. Durán también realizó ambientaciones y decorados para varias películas españolas de la época.

En la década de 1939, Victorina creó escenografías innovadoras en las que mezclaba en costumbrismo con la vanguardia. Entre 1936 y 1936 escribe una serie de artículos en La Voz y La Libertad bajo el título Escenografía y vestuario, en los que plasma sus ideas artísticas.

1937 fue el año en el que Victorina marchó con Margarita Xirgú a Argentina donde ocuparía simultáneamente los cometidos de directora artística de los teatros Colón y Cervantes.

Expuso sus pinturas en Uruguay, Brasil, Chile, Alemania o Francia y en ,colaboración con Susana Aquino, impulsó diversos proyectos artísticos: La Cuarta Carabela, la Agrupación Hipánica de Siete Artes y el Grupo de Teatro Indígena. Durán también colaboró como figurinista con la coreógrafa Mercedes Quintana.
En 1949 vuelve a España para colaborar con Dalí en Don Juan Tenorio  bajo la dirección de  Luis Escobar Kirkpatrick en el Teatro Nacional de España. Desde entonces, viajaría con frecuencia a Europa (en especial a París y Madrid).

A partir de 1980 fija definitivamente su residencia en España donde fallece a los 93 años. En su epitafio figura la siguiente leyenda:
No sé si habré dejado de amar por haber muerto o habré muerto por haber dejado de amar.

Durán habló sin ambages de sus sus amores, pero sin dar nunca nombres porque decía:

Son protagonistas muchas mujeres casadas con hijos, y ya nietos, y no tengo derecho a provocar escándalo, buscando un éxito editorial.

No obstante, son conocidas algunas de sus amantes : la actriz Margarita Xirgú, María del Carmen Vernacci, Irene López Heredia, Hélène Bouvier y Susana de Aquino.

Victorina dejó constancia en sus memorias de lo que ella describió como su apasionada militancia en el lesbianismo en el contexto de una España rancia e intolerante. En estos recuerdos escritos también se expresaría así sobre su orientación sexual:

Sí, yo soy más fuerte porque no soy cobarde ante los demás. Años y años he recogido y guardado la tragedia de la incomprensión de muchas mujeres. He vivido con ellas el angustioso drama de verse aisladas y despreciadas por multitud de seres “normales”. La sociedad perdona, admite todo menos “eso”. 

 

Ay mamá! Sobre tetas, transfobia y cisexismo

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

 

Me gustaría reflexionar sobre la polémica desatada en twitter por la letra de la canción “Ay mamá”. Esta canción hace referencia a realidades corporales de las mujeres cis, como las tetas que siguen siendo censuradas en los medios. Algunas personas han criticado esta canción por ser tránsfoba, creo que errando el tiro. Pero la respuesta dada por quienes no creen que sea tránsfoba también se ha pasado un poco de frenada. Y en mi opinión, la clave está en entender la diferencia entre transfobia y cisexismo.

Si la transfobia es el odio, rechazo y violencia contra las personas trans, el cisexismo es más sibilino y complejo de ver. Lo definiré como el marco conceptual por el cual una determinada corporalidad se corresponde con una determinada identidad. Este marco nos lleva a que las corporalidades que no desarrollen la identidad predefinida se consideren anomalías. El cisexismo, con su presunción de cisexualidad, nos sitúa a las personas trans como la otredad, y no permite conceptualizar la diversidad sexual humana desde una posición de igualdad. Mantener, en el plano simbólico, la vinculación del pene con el hombre y la vagina o los pechos con la mujer no es un acto de violencia tránsfoba directa, pero no va en la dirección de la lucha por la igualdad real de las personas trans.

Y esto lo podemos ver con más facilidad en ejemplos de heterosexismo y su diferencia con la homofobia. Un beso en el cine entre un hombre y una mujer no es un acto homófobo. Pero que todos los besos en el cine sean entre hombres y mujeres, por el contrario, cimienta la idea de que las personas homosexuales son una desviación de lo natural, un error a eliminar de los filmes. Preguntarle a una chica si tiene novio no es un acto lesbofóbico, pero todes les que tenemos un poco de compromiso con el activismo LGTBi+ sabemos que responder a esa pregunta impugnando el marco heterosexista que presupone que a las mujeres les gustan los hombres, es un acto de lucha por la igualdad real (que, además, suele enfadar a nuestros interlocutores).

El hecho de que el cisexismo sea más difícil de detectar y señalar que la transfobia es lo que, en mi opinión, hace que el discurso terf sea difícil de frenar. Porque no hace falta violentar a nadie, y señalarte a ti misma en el proceso, para dificultar la vida de las personas trans. Por ejemplo, acusar a la expresión “personas con capacidad de gestar” de borrar a las mujeres. En un mundo en el que las mujeres siguen luchando por su visibilidad, es relativamente fácil hacer pasar por misógina una expresión que solo busca desvincular funciones corporales de identidades. Pareciera que, para este discurso, intentar que el lenguaje refleje que corporalidad e identidad no van necesariamente unidas, es un ataque contra las mujeres cis. Y es que revisarse el cisexismo es mucho más difícil, y requiere mucho más esfuerzo y compromiso, que revisarse la transfobia.

Cuando Leticia Dolera dijo que un acto con excesivo protagonismo masculino era “un campo de nabos”, no estaba siendo tránsfoba. Pero estaba usando una frase que apela a un imaginario en el que una determinada corporalidad va unida a una determinada identidad. Un imaginario cis en el que las personas trans no cabemos, no porque se nos excluya expresamente, sino porque simplemente no se contempla la posibilidad de nuestra existencia. Y esto es problemático. Eso no significa que sea automática y necesariamente malo en todos los casos. Pero sí significa que puede ser interesante darle una pensada, problematizarlo, desnaturalizarlo, pensar por qué a tanta gente le escuece que se problematice el imaginario al que hace referencia esa frase.

El cisexismo y la transfobia no son lo mismo, pero están fuertemente interrelacionadas. Sin cisexismo, no podría existir la transfobia. Y aunque pueda haber expresiones de cisexismo que no deriven en transfobia, son el campo abonado para que ésta acabe germinando. La impugnación del cisexismo es una impugnación radical, a la raíz ideológica y conceptual que da sustento a la violencia que sufrimos. Es, por lo tanto, una cuestión relevante, aunque pueda parecer menor a aquellas personas cis que no se ven interpeladas. Al fin y al cabo, es relativamente fácil (aunque en esta época de extrema derecha y discursos terfs cada vez menos) señalar los actos directamente violentos, pero es más difícil señalar los discursos en los que no cabemos, cuando son aquellos que todes hemos interiorizado desde peques, y en los que se basa toda nuestra concepción del mundo. Pero no solo nos pasa a quienes denunciamos discursos cisexistas, intenten criticar un posicionamiento heterosexista o patriarcal no directamente violento, y verán la sobrerreacción de sus interlocutores.

Acusar a alguien que usa la expresión “campo de nabos” de transfobia es excesivo. Y la reacción defensiva contra esa acusación (que si bien puede ser inapropiada, tiene un motivo) es también exagerada. Pero si en el primer caso, el exceso corresponde a la sensibilidad a flor de piel de una comunidad muy dañada, en el segundo puede parecer que responde a falta de ganas para revisar ideas que son muy cómodas, aunque construyan un mundo en el que no todes podemos vivir.

Mi conclusión es que las mujeres cis tienen todo el derecho del mundo a reivindicar su propia experiencia, sus sangrados y sus tetas, y las personas trans tenemos derecho a recordar que esa no es la única experiencia válida para las mujeres. Y tan exagerado me parece acusar de transfobia a las primeras, como sobrerreaccionar a las segundas. Desde aquí reivindico con claridad la necesidad de los matices, y del diálogo respetuoso para entender todas las posturas. Porque no me cabe duda de que todas las personas que buscamos un mundo más justo podemos trabajar unidas, si tenemos la voluntad de limar asperezas y plantearnos cómo podemos minimizar los roces.

 

Foto: Dean Hochman

El pero al perol

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)