Los mejores activistas LGTBI: nuestras hijas, hijos e hijes

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Más de 150 personas se dieron cita en Salamanca hace unos días en las IX Jornadas de Familias LGTB organizadas por el Grupo de Familias de la FELGTB y anfitrionas por la entidad local Iguales.

Más allá del magnífico episodio de convivencia y del intercambio de experiencias que han protagonizado las familias, del reforzamiento del empoderamiento de las hijas, hijos e hijes de personas LGTBI, que han jugado, amado y reído con sus iguales; es importante que no queden en el olvido los mensajes que han transmitido la veintena de ponentes que, con una generosidad extrema, han trasladado a las personas asistentes.

Dos han sido ideas que han transitado durante estos días en la sede de las Jornadas, el Salón de Grados de la Universidad de Salamanca: la necesidad de reforzar el comprometido activismo familiar ante el avance de las consignas LGTBIfóbicas de la extrema derecha y la obligación de articular vías de participación para que las hijas, hijos e hijes de las familias homoparentales ocupen el lugar dentro del activismo que les corresponde, al ser testigos, actores y hacedores de una realidad social más igualitaria, libre y democrática.

El activista y organizador local de las Jornadas, Cefe Torres, señaló en el acto inaugural que el principal objeto de nuestras vidas son nuestros hijos y  que “no queremos que nuestras niñas, niños y niñes derramen una sola lágrima, bastantes hemos derramado ya nosotros”.

La presidenta de la FELGTB, Uge Sangil, afirmó con gran rotundidad que nuestras hijas, hijos e hijes son el cambio y son el motor de nuestra sociedad, ya son los mejores activistas LGTBI, no solo en el presente sino también en el futuro.

Violeta Assiego, experta en derechos humanos, incidió en que las niñas, niños, niñes y adolescentes son sujetos políticos, que ellos mismos tienen que tener la capacidad de transmitir cuáles son sus reivindicaciones y que para ello tiene que tener canales de expresión y comunicación, ya que “el derecho a ser escuchado es el derecho más importante que tiene la infancia y la adolescencia, porque es la única fórmula en la que tienen posibilidad de que conozcamos que necesitan, que les inquieta, que les preocupa, que sienten, como ven las cosas, que sucede en su entorno, como nos ven”.

Y concluyó afirmando que

“si queremos que el movimiento LGTBI sea un movimiento que no se ancle solo en la memoria y en nuestras vivencias, tenemos que ver como damos pasos a que nuestros hijos, hijas e hijes puedan tomar la voz de los que les está pasando y que decidan si quieren ser sujetos políticos”

Desde el enfoque de la psicología, David González Gerpe advirtió a los asistentes que en las familias LGTBI es fundamental la intencionalidad por encima de la genética y que desde estos núcleos familiares se ha desafiado la visión generalizada que de esta institución social se tiene gracias al género, a la orientación sexual y a la desvinculación de la genética.

Unos de los espacios más fecundos en los que se trabajó en estas Jornadas es el educativo, primero a través de una visión de la legalidad española actual. Jesus Generelo, tras reivindicar y denunciar la no existencia de una Ley Estatal LGTB que regule esta materia y la disparidad de la legislación autonómica, afirmó que en la Constitución y en la LOMCE (ley de educación vigente) se avala la educación sexo genérica y familiar en los centros educativos, por lo cual, abordar estas materias en los centros educativos sólo supone llevar a la práctica que de la legalidad vigente.

Además, se trasladaron a las familias y profesionales asistentes  las estrategias y recursos necesarios para poder hacer realidad en los colegios e institutos el tratamiento de la diversidad familiar, siendo para ello necesario contar la Guía Las familias en las aulas  editada por la FELGTB,  y que cuenta con recursos 117 educativos para todos los niveles de enseñanza.

Desde la Universidad de Salamanca intervinieron Kerman Calvo y Toni Duran. El primero de ellos sostiene quien la academia en España tiene ante sí el reto del abordaje de la diversidad afectivo-sexual, familiar y de género. Por su parte, la profesora de derecho Toni Durán puso sobre la mesa que las familias homoparentales tienen menos derechos que las familias heteroparentales, que existe discriminación legal en temas relacionados con la filiación de los menores, concretamente en las parejas de mujeres y en aquellos núcleos familiares donde hay menores nacidos a través de la gestación subrogada.

Desde hace tres años el Grupo de Familias de la FELGTB reserva el mejor de los momentos de sus jornadas para que intervengan los hijos, hijas e hijes de personas LGTBI. En esta ocasión fue la infancia de menor edad la que cerró el fin de semana con una mesa de experiencias integrada por Vega, de tres años, Bruno y Mateo de 6 años, Martin de 8 años y Nora de 10. Si con su corta edad ya tienen asimilado el concepto de diversidad familiar, habría que preguntarse trabas mentales tienen algunas personas adultas para no asimilar esta realidad social.

Con una absoluta naturalidad los cinco hablaron de sus vivencias cotidianas, de sus alegrías y sus enfados, de sus familias. Sumamente conscientes, contaron al auditorio como habían llegado a sus familias, a la vez que abogaron por la igualdad entre todos los modelos familiares.

Esta apuesta por la infancia, y concretamente por las hijas de hijos de personas LGTB, la ha evidenciado esta federación con el mandado de considerar a estos menores integrantes de pleno derecho del colectivo LGTB hasta su mayoría de edad, considerando las familias LGTB como una identidad propia y siendo uno de los cuatro ejes fundamentales de trabajo dentro del activismo estatal.

Y desde el día siguiente a su finalización ya se está trabajando para celebrar la décima edición de estas Jornadas de Familias LGTB, analizando las propuestas de las personas existentes, detectando necesidades y trabando en esta y en otras acciones para que estas familias y sobre todo sus hijas, hijos e hijos tengan los mismo derechos legales y reales que el resto de la infancia.

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