Sobre todo recomendamos leer para crecer

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

Hace unos días que no paramos de dar vueltas al archiconocido veto parental. Me imagino, más que una aplicación, un broche-chapa con la imagen de un monstruo verde chorreante con un lema como Prohibido saber más de lo necesario, en las solapas de los abrigos de paño de una minoría de padres y madres en la puerta de un colegio de élite, pidiendo apoyo para exigir la implantación del veto parental.

Poner veto al conocimiento es bastante cuestionable porque el saber no ocupa lugar y hasta resulta infinito. Siempre podemos aprender mucho más. Me quedo absolutamente perpleja cuando alguien habla del riesgo de que niños y niñas sufran manipulación cuando se forman o informan sobre derechos humanos y diversidad de género, afectiva y sexual, utilizando argumentos vagos y de por sí manipuladores. La peor lógica puede que sea “para que manipulen a mis hijos (sospecho que no dicen hijas; mucho menos hijes), ya los manipulo yo”. Quizá estoy profundizando mucho con grandes expectativas y todo es más sencillo. Puede que no haya nada más allá que desconocimiento de base para que arraiguen estos planteamientos, que no obstante hacen mucho daño porque marcan la diferencia y la condenan, justificando el odio y la violencia.

Nuestro objetivo es que niñes, niñas y niños aprendan, sean libres construyendo su identidad y redes sociales de apoyo, además accedan a una educación y cuidados de calidad proporcionados por el Estado a través de sus servicios, y sus familias apoyadas social, económica, laboral y legalmente.

Todo en nuestro entorno educa y contiene valores: la familia, la escuela, el barrio, los juegos, las canciones, los relatos y cuentos. Cuando un padre o madre sugiere que ellas o ellos son quienes educan en valores a su familia y que la escuela solo se debe ocupar de los conocimientos académicos, me preocupan porque no entienden que no hay nada exento de valores en cada acción, comportamiento, imagen, idea o movimiento humano y de lo perjudicial que resulta algunos contenidos nocivos por negativos y violentos a los que está expuesta la infancia. Ningún discurso, ningún lenguaje es neutro. Recuerden lo que Watzlawick identificaba como la metacomunicación, en su Teoría de la Comunicación Humana (1967), como el significado que hay tras el mensaje verbal que está subyacente. Lo que no está explícito queda implícito en los mensajes. A veces hasta quedan absolutamente explícitos y sin pudor, ciertos contenidos no aptos incluso para adultas o adultos.

Para apoyar en la formación y educación de personas libres, felices, respetuosas, democráticas y críticas, que sean permeables a los discursos y argumentos de odio, machistas, sexistas ó racistas entre otros, debemos darles una herramienta de reflexión y desarrollo psicológico de infinito poder constructivo: la lectura.

Leamos, aprendamos y disfrutemos ajustando contenidos a las necesidades y momento evolutivo de cada etapa de la infancia y adolescencia. Con este objetivo hemos hecho una selección de lecturas recomendadas que ya forman parte de nuestra enorme librería de diversidad y género. Seguro que hay más títulos. Seleccionar es una labor que depende de la subjetividad de cada seleccionador o seleccionadora, su conocimiento y recursos. No obstante basándonos en nuestros gustos y experiencia, os recomendamos los siguientes relatos infantiles y juveniles:

Para más peques de la etapa infantil, de tres y cuatro años con un poco de ayuda, sugerimos relatos llenos de color y figuras grandes dinámicas con planteamientos sencillos que introducen valores de igualdad, el derecho a la diferencia, sobre diversidad familiar e identidad sexual y de género.

  • Pronto por la mañana y No es hora de jugar, de Lawrence Schimel y Elina Braslina, de Egales
  • Federico y sus familias, de Mili Hernández y Gómez, Nube Ocho.
  • Elmer, de David Mckee, Beascoa
  • The Family Book, de Tood Parr, Little, Brown and Company, Hachette Book Group
  • Por cuatro esquinitas de nada, de Jèrôme Ruillier, Ed. Juventud.
  • Monstruo Rosa de Olga de Dios, Apila Ediciones.

Continuando en la etapa infantil, para niñas, niñes y niños de a partir de cinco años y mayor autonomía, pero aún en familia, recomendamos relatos con mayor contenido y preciosas ilustraciones llenas de vida y color. En estas historias los planteamientos dan un paso más adelante para adentrarnos en las relaciones afectivas familiares, ruptura con los estereotipos de género heteropatriarcales, aprendizaje sobre diversidad familiar, género no binario, habilidades sociales y en relación a la libre y sana construcción de la identidad sexual y de género.

  • El amor de todos los colores, Javier Termenón, Ed. Topka.
  • SuperLola, de Gema Otero Gutiérrez y Juan A. Muñoz, Editado por la Junta de Andalucía
  • ¡Vivan las uñas de colores! de Luis Amavisca y Alicia Costa, Ed. Nube Ocho.
  • Virginia Woolf, la escritora de lo invisible de Luisa Antolín y Antonia Santolaya, Ediciones Hotel Papel.
  • Piratrans Carabarco de la Asociación de Transexuales de Andalucía, Sylvia Rivera y Manuel Gutiérrez, editado por La Calle.

Para neolectores y a partir de seis años, escogemos los siguientes títulos por su originalidad en cuanto a contenidos e ilustraciones. Todos nos introducen en valores de respeto, derecho a la diferencia, a relaciones afectivas diferentes, la superación personal, la búsqueda de solución al buling en el aula, o por su aportación para la educación de personas críticas y formadas frente a la amenaza de las situaciones o discursos de violencia y rechazo.

  • La Princesa Li de de Elena Rendeiro y Luis Amavisca, Editorial Egales.
  • Cosas que no hacen los mayores, Davide Cale,Ed. Nube Ocho.
  • ¿Qué le pasa a Umma?, Raquel Díaz Reguera, Ed. Nube Ocho.

Para lectores más consolidados a partir de siete u ocho años, recomendamos estos títulos que nos muestran la lucha y consecución del voto femenino en España a través de la historia de Clara Campoamor, ó la de Benita y su familia numerosa  y de acogida con dos madres, el primer enamoramiento de una niña hacia otra compañera, y el relato de Billy, un chico al que le gusta bailar balet clásico, desmarcándose de los tradicionales roles de género, en un contexto de huelgas mineras y vulnerabilidad social en el Reino Unido de los años ochenta.

  • Clara Campo Amor, El primer voto de la mujer de Raquel Díaz Reguera, Ed. Nube Ocho.
  • Benita y el Hada Mandarina de Juan Cortés Amunárriz y Joao Valente, Ed. Egales.
  • En el bolsillo de tu pantalón de Clara Redondo y Jajastudio, editado por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA).
  • Billy Elliot de Melvin Burgess y María Simavilla, editado por El Barco de Vapor de SM.

Finalmente seleccionamos para adolescentes dos cómis estupendos para aficionar a la lectura, que nos hablan de la construcción de la identidad sexual con mucho humor, y dos relatos muy interesantes, uno por ser inédito hasta hace poco tiempo por su conexión con nuestra “invisible” historia reciente y otro por la vivencia en primera persona de la salida del armario de un adolescente y de su primer amor narrado en prosa poética. Son los siguientes títulos:

  • Celia en la Revolución de Elena Fortún, Ed. El Renaciomiento.
  • El chico de las Estrellas de Cris Puello, Ed. Destino.
  • Drama de Raina Telgemeier, Ediciones Maeva.
  • Ana López Suárez Burgos Coma es L.S.B, Ana ¡El Lesbicomic! de Teresa Castro editado por Gehituy Mg Mugen Gainetik.

Y por último sólo me queda desearles que lean, disfruten, se formen e informen para no dejarse influenciar por el monstruo del odio y la intolerancia.

¡Hasta pronto!

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