Por Joan Carrión Soriano (@joancarrions), graduado de Publicidad y Relaciones Públicas

Cartel de la campaña #naohacura
Parece que Brasil ha dado un paso atrás en el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTBQI. Según la resolución del 15 de setiembre de 2017 el juez Waldemar Claúdio Carvalho, matiza la resolución de la Consejo Federal de Psicología (CFP) de 1999 (RESOLUÇÃO CFP N° 001/99). Esta, siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud, decía que la homosexualidad no es enfermedad y por consiguiente, por definición, no se puede tratar.
La matización viene cuándo el Sr. Juez determina que la resolución de la CFP atenta contra la libertad de ejercicio de la salud de aquellos que consideren aplicables las terapias conversivas de la homosexualidad, es decir, que si un psicólogo considera que si no aplica la #curagay (así es como la llaman en Brasil) está faltando a su ética hipocrática y puede obviar aquello dictado por el Consejo y la OMS.
Resulta que quien denuncia la resolución del CFP de 1999 es Rozangela Alves Justino, a la cual se le quitó el derecho a ejercer la psicología cuando aplicó, contradiciendo al CFP, la terapia conversiva de la homosexualidad. Añadido a esto la ex colegiada es cristiana evangelista y según ella “…me siento dirigida por Dios para curar a los homosexuales”, así que ya no sólo se trata de algo legal, sino de un movimiento probablemente impulsado por otros intereses.
Esto despliega enfrente de nosotros un paisaje que se nos antoja convulso para los derechos LGTBQI. Pero no todo es tan negativo, por suerte. Dentro de la sociedad carioca también hay una parte que no está de acuerdo con esta decisión del juez Carvalho, tal y como podemos ver si clicamos en este video del 29 de setiembre en Sao Paulo:
No sólo la sociedad civil mueve ficha para defender los derechos LGBTQI, sino que el Consejo Federal de Psicología ha recurrido la sentencia del juez Carvalho, que aunque se encuentra en su fase inicial de implementación, representa una seria amenaza al statu quo de los derechos de los homosexuales en Brasil.
Por otro lado, David Miranda, uno de los pocos políticos cariocas abiertamente homosexual, remarcó en declaraciones al periódico The Guardian que “Esta decisión es un gran retroceso para la evolución progresiva que la comunidad LGBT está teniendo en las recientes décadas”. Estas palabras, junto con las de Ivete Sangalo, una de las estrellas musicales brasileñas más importante, han dado fuerza al movimiento queer de Brasil.
Parece que el colectivo se enfrenta a tiempos convulsos en la tierra de la samba, el carnaval y la alegría, pero esperemos que estas iniciativas que han tenido personas influyentes y sociedad civil sirvan para que los derechos LGTBQI vuelvan a brillar en el país carioca y que se grabe a fuego en las mentes de la sociedad civil brasileña que “No hay cura para lo que no es enfermedad”.
Yo por eso me voy de vacaciones a Francia y evito países en los que se nos sigue tratando así… boicot del turismo LGBT a Brasil a la de tres…
17 noviembre 2017 | 12:13