Por Andrea Puggelli (@aikkomad) activista italiano LGBTQI
No hay paz para las 49 víctimas y los 50 heridos del Pulse la discoteca gay de Orlando, escena de la matanza del 11 de junio de 2016.
Durante el programa de radio Fe y Libertad (Faith and Freedom) Mat Staver y Holly Meade, responsables legales del centro de abogados Christian Liberty Counsel han insistido en que el ataque contra el Pulse no tiene nada que ver con la LGTBfobia y que es sólo un ataque islamista. En particular Meade cree que ese acto ha sido explotado por el ex Presidente Obama simplemente para decir que ha sido un ataque contra las personas LGTB y favorecer politicas para estos.
Pero especialmente impactantes son otras afirmaciones de Mat Staver. El abogado no ha perdido la oportunidad para fortalecer en clave LGTBfóbica la relación entre la homosexualidad y el SIDA con unas declaraciones que son una falta de respeto hacia las víctimas. En la discoteca Pulse – dijo Staver – algunos de los agentes han sufrido un trauma igual que los muertos porque en el Pulse había sangre por todas partes. Tuvieron que hacerse la prueba del SIDA porque, literalmente, caminaron en charcos de sangre.
El Christian Liberty Counsel ya se había elevado a los titulares por haber defendido la funcionaria pública del Estado del Kentucky, Kim Devis, que se negó a celebrar las bodas de personas LGTB. Más recientemente han ayudado los legisladores republicanos en la propuesta anti-LGBT llevada a cabo en varios estados y el mismo presidente Trump en revocar la norma que permitía a los alumnos transexuales elegir el baño de acuerdo al género con el que se identificaban, medida promovida por Barack Obama que buscaba así proteger a lxs estudiantes trans* en las escuelas. Estas ultimas decisiones se encuentran dentro de una ola de homofobia que preocupa a la comunidad LGTB estadounidense.
Estos ataques muestran lo fuerte y feroz que siguen siendo las realidades vinculadas al fundamentalismo cristiano, sobre todo en la clase media estadounidense. La elección de Trump como Presidente de Estados Unidos dona a ellos la fuerza necesaria para nuevos espacios de acción. Sin duda, en estos EEUU habrá mucho que luchar para no perder las conquistas conseguidas en la era de la igualdad y de derechos que fue la presidencia de Obama, y no solo para las personas LGTB.
Con Trump todo lo conseguido en bien y estabilidad social se va a ir a la mierda.
17 marzo 2017 | 11:59