Por Nieves Gascón (@nigasniluznina)

Imagen cedida por Dibbuks
Azul tinta, azul azur azul marino, azul Klein, azul cian, azul ultramar…
Julie Maroh
Parece de rigor completar entre los títulos de nuestra biblioteca de diversidad y género una obra de referencia e internacional, El azul es un color cálido, de Julie Maroh. Este libro fue editado por primera vez en 2009 en Francia y ha recibido premios como el Autor Novel del Salón del Cómic y de las Artes Gráficas de Roubaix en 2010, el Premio del Consejo Regional del Festival de Blois en 2010 y el Premio del Público del Festival Internacional del Cómic de Angoulême en 2011. Todos ellos galardones franceses.
Una novela gráfica traducida a catorce idiomas, de la que recomendamos su versión en castellano, sexta edición, va por la séptima).
Traducida por Lorenzo F. Díaz, cuidadosamente editada por Ricardo Esteban Plaza, Marion Duc y DIBBUKS y diseñada y rotulada por Guillermo Velasco Navarro (2011).
Cabe mencionar la condena, acoso y hostigamiento por parte de las autoridades gubernamentales y religiosas en Irán a Sepideh Jodeyri, poetisa y periodista, por la traducción al persa de esta novela. Recordemos que en este país se castiga con pena de muerte la homosexualidad.
La historia comienza con la tristeza en soledad de Emma y la lectura del diario de Clementine que abre paso a la narración del relato de ésta: una chica de quince años que asiste aún al instituto. En un instante cambia su ritmo vital al cruzarse con dos chicas por la calle. Una de ellas con cabello azul y mirada del mismo color y desafiante que se encuentra y mantiene al paso cruzado con la de Clementine, dejando un vivo recuerdo que evoca hasta en sueños. La protagonista se siente confundida por el deseo sexual que comienza a despertar con ese recuerdo tan real. Se trata de Emma, algo más mayor que ella, estudiante de Bellas Artes y a la que vuelve a ver en un bar de mujeres junto a Sabine, la pareja de ésta, llegando a entablar su primera conversación. Tras las primeras palabras, Emma va a buscar a Clementine al instituto. Este encuentro es observado por sus amigas y amigos, llegando a provocar su rechazo público por la evidente identidad lésbica de Emma, y especialmente por una de sus mejores amigas, Leticia.
Cambia sus relaciones sociales, contando con el apoyo incondicional de su amigo y compañero Valentín, declaradamente homosexual, quien le presta ayuda ante su lucha interna entre la tristeza, el rechazo y la aceptación de su orientación sexual. Llega a gritar ¡No soy lesbiana! y a colgar el teléfono a Emma para evitar enfrentarse a sí misma. A través de la mención de Sabine en televisión, Clementine localiza a Emma y retoma su relación. Durante dos años lucha contra el rechazo social, su propia aceptación y la existencia de una tercera persona entre Emma y ella. Tienen su primera relación sexual y tras finalizar Emma con Sabine, inician claramente una historia de amor entre ambas, no exenta de problemas como el rechazo de la familia de Clementine que las echa del domicilio en plena noche y con lo puesto, tras sorprenderlas desnudas durante el desvelo insomne de la madre y tras la brutal violencia del padre. La familia de Emma, en contraste, con otra visión y trato más positivos, las acoge y Clementine madura rápido, más de lo habitual, entre clases y la intensa relación sentimental que al cabo de los años, afectada por el tiempo y la rutina, se deteriora hasta la ruptura. Clementine se habitúa al consumo y dependencia de pastillas, en un proceso de autodestrucción tras finalizar su relación con Emma y refugiarse en casa de su amigo Valentín, donde pasa un mes sumergida en un letargo y somnolencia evasiva. Su amigo organiza el inesperado encuentro entre ambas en una playa donde tras el perdón, el afecto y la pasión, Clementine se desmaya, enferma y es ingresada en el hospital. Su madre y Emma la velan hasta que el corazón derrotado y agotado de nuestra protagonista se para y fallece. Clementine lega a Emma lo que considera más valioso en su vida, su relato en diarios azules llenos de vida interior, pensamientos y sentimientos extremos y contradictorios.
Una historia tan próxima a la realidad, donde las ilustraciones nos acercan a una percepción cinematográfica que sirvió de inspiración al director Abdellatif Kechiche, fracotunecino, para la película La vida de Adèle (2013), premio Palma de Oro en Cannes en 2013. Un largometraje que, el pasado noviembre, recibió un trato de censura por parte de los sectores más conservadores en Francia por su contenido de sexo explícito, no por ello exento de un merecido reconocimiento artístico inmerso en lo que nos ocupa, una preciosa historia de amor donde el sexo, como en la vida, forma parte de la misma y que en ningún momento debemos descontextualizar.
Volviendo a la novela gráfica, es destacable tanto el realismo de sus imágenes como el cuidado y significativo uso del color. Desde la preciosa imagen de portada, con el torso desnudo de Emma con cabello y ojos azules, de mirada seductora, al uso de colores tenues para el tiempo presente y blanco/negro en sepias para el pasado. Un increíble trabajo de Julie Maroh, gran artista de novela gráfica, ya consagrada y reconocida en el ámbito internacional.
Esta vez nuestra recomendación es para personas adultas, sacándonos del tono habitual, más familiar y dedicado a las y los más pequeños. Porque hay obras que no nos dejan escapar a su seducción para disfrutarlas en papel y entre nuestras manos, como esta valiosa historia editada en gran tamaño y tapa dura. Trasladarnos, vivir e identificarnos con esta novela, es un regalo para los sentidos. Démonos esta oportunidad y disfruten una vez más.
¡Hasta pronto!

Imagen cedida por Dibbuks