Nieves Gascón, (@nigasniluznina), este mes de julio nos recomienda otro título de cuento infantil: Mi Papá es un Payaso, con texto de José Carlos Andrés e ilustraciones de Natalia Hernández, editado por Nube Ocho Ediciones en 2013, en su serie Egalité.
Creo que me contagian su risa, pero ellos dicen que me contagian su felicidad
Escogemos este álbum ilustrado evocando el valioso trabajo de apoyo y legalización del matrimonio igualitario realizado por Pedro Zerolo, y que hemos venido celebrando estos días. Algo que ha sido básico para la legitimación jurídica y social de la diversidad familiar y justo ahora, al comienzo de las fiestas del Orgullo. Todo un coherente entramado que en estas líneas nos permite reivindicar una vez más, una adecuada crianza en un ambiente de amor, humor, respeto y bondad, valores más que necesarios para el crecimiento infantil.
Este relato, ilustrado con tres colores básicos, blanco, negro y rojo, de personajes cuadrados y con una ternura palpable, nos invita a compartir un mundo accesible a cualquier edad, pudiendo disfrutar tanto de las originales ilustraciones como del texto bilingüe, llegando a la mente y corazones de pequeños, pequeñas y grandes.
El protagonista, un niño con dos padres, nos sorprende desde el inicio de la historia. Otro niño le llama payaso en un intento fallido de ofensa, que él vive positivamente ya que su padre ejerce esta profesión. De esta manera se resuelve un conflicto inicial, volviendo a ser amigos. A partir de esta imagen, el protagonista nos va contagiando del orgullo que siente por su familia, por sus dos padres y por sus profesiones: payaso y médico.
Como a este niño le gustaría ser espía, invita a uno de sus papas a una trama de espionaje en la que descubre que su otro padre payaso, tiene una profesión complicada, que requiere preparación física, esfuerzo y en los largos ensayos pone en riesgo su integridad.
No es sencillo ser payaso y aunque este niño no entiende muy bien a su padre cuando le dice que este trabajo cura almas, lo que de inmediato comprende es que hace sonreír y ser feliz a muchas personas.
Con la influencia de estos padres que ríen y lloran, alejándose de los estereotipos de género por los que un hombre no ha de expresar jamás emociones, nuestro protagonista es un niño feliz que quiere ser como sus padres. Finalmente decide: cuando sea mayor, quiero ser médico…con nariz de payaso, para cuidar de las y los demás, en correspondencia a una plena crianza, sana para cuerpo y alma.
Les deseo unas felices vacaciones tras estas reivindicativas fiestas del Orgullo LGTBI. ¡Sigamos llenando las calles de color, amor, igualdad y diversidad!
Por todas las familias, hijas e hijos y con mucho orgullo.