El lunes pasado El Intermedio nos sorprendió con un espléndido reportaje sobre ‘menores’ trans*. Hoy celebramos el Día de la Familia con la Fundación Daniela (artífice de dicho reportaje) de la mano de África Pastor -su vicepresidenta- quien nos cuenta una de las iniciativas que han emprendido en el último mes, y que puede suponer un gran apoyo a las familias y a los centros educativos.
El pasado 16 de Abril, presentamos un folleto informativo destinado tanto a padres y madres de niñas, niños y adolescentes trans* como a sus centros educativos. El folleto recoge recomendaciones sobre cuál es el trato adecuado a dar a éstos jóvenes con el fin de garantizar su salud física y mental en los entornos familiar y educativo. Isidro García Nieto, trabajador social y sexólogo -gerente de Fundación Daniela- fue el encargado de su presentación en el espacio Daroca 15.
Creemos firmemente que el derecho a la educación comprende el derecho a recibir información amplia, exacta y apropiada en función de la edad, sobre la sexualidad humana, para tener así acceso a la información necesaria para que cierto tipo de situaciones no se produzcan en los centros educativos y fuera de ellos. Para ello es fundamental la formación del profesorado y la puesta al día de los orientadores de los centros educativos y por supuesto de las familias.
Nos encontramos con niñas, niños y adolescentes con identidades trans* y/o variantes de género que sufren las consecuencias de un sistema moral irracional, punitivo y excluyente. Con centros educativos que haciendo gala de su prestigio académico y moral, discriminan a sus alumnos por su expresión de género. Niños que sufren acoso escolar no solo por parte de sus compañeros sino por parte de sus profesores -forzándoles a aparentar un comportamiento que encaje con su sexo asignado al nacer- incluso llegán a pedirles que disimulen su identidad dando lugar al aislamiento, generando problemas de ansiedad, autoestima, absentismo escolar y en consecuencia abandono del centro.
Todo esto se resume en prejuicios que normalmente se producen por falta de información. Esta información es absolutamente necesaria porque sin ella muchos niños/as son invisibles a los ojos de la sociedad y si son invisibles significa que tienen que enfrentarse a la exclusión y a la discriminación, convirtiéndose en seres vulnerables.
Con estos folletos pretendemos dar visibibilidad a la diversidad de identidades trans* para que poco a poco prácticas aceptadas y respetadas por muchos centros escolares y por muchas familias dejen de serlo. Son prácticas del pasado que ponen en peligro la vida de muchos niños/as perjudicando su salud física y mental y que nada tienen que ver con la realidad en la que hoy vivimos, violando muchas veces los Derechos Humanos.
Intentamos proteger los derechos de las niñas y niños trans* y/o variantes de género para evitar así el rechazo del entorno educativo, social y familiar, para ayudar a visibilizarlos ya que su inexistencia provoca que la violación de sus derechos pase totalmente desapercibida. El folleto intenta hacer comprender que el centro educativo tiene que ser un espacio de respeto en el que todas las expresiones de género sean respetadas por los estudiantes y docentes.
Estamos convencidos que hay centros educativos y docentes que quieren cambiar las cosas pero que no se atreven. Lo que en general percibimos es miedo. Vivimos encerrados en un sistema anticuado, en el que se castiga lo diferente. Sabemos que este folleto es todo un reto y que probablemente cuando llegue a sus manos, les parecerá algo que a lo mejor dentro de mucho tiempo se logrará hacer, pero que ya llegarán otros que se encarguen porque la mayoría de los centros tan solo se preocupan en los “rankings” de Selectividad, en conseguir la esperada excelencia por la comunidad de Madrid o en salir en las listas de los mejores colegios. No se preocupan de lo más importante que son nuestros niños/as, que son nuestro futuro y su éxito no dependerá de los contenidos que logren memorizar si no del respeto y la tolerancia a la diversidad que interioricen.
Vivimos en una época de cambio global, y la única manera de prepararnos para estos cambios es ofrecer las herramientas necesarias, incluyendo programas de educación y capacitación para que nuestras niñas y niños se conviertan en personas llenas de valores y principios que les permitan vivir en una sociedad libre de prejuicios y de cualquier tipo de discriminación incluyendo la basada en la identidad de género.