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¿Cuál es el origen del término sabotaje?

Conocemos como sabotaje al daño o deterioro que en las instalaciones y/o productos se hace como procedimiento de lucha contra los patronos, contra el Estado o contra las fuerzas de ocupación en conflictos sociales o políticos, tal y como nos especifica la RAE.

El término sabotaje tiene su origen en la palabra francesa sabotage y este a su vez en sabot, que significa zueco, zapato de madera.

Se dice que en ocasiones los operarios de las fábricas, que calzaban esos zuecos, los utilizaban para inutilizar la maquinaria con la que trabajaban, bien mediante la obstrucción de los engranajes o bien mediante golpes, con objeto de  expresar su desacuerdo con sus patronos.

Si bien es esta la explicación más difundida, existen otras variantes:

Por un lado nos encontramos con la explicación que nos dice que los saboteadores originales fueron los campesinos que pisoteaban con sus zuecos  las cosechas para obligar a los propietarios de tierras a satisfacer sus peticiones.

Otras se decantan por decir que este tipo de calzado hacía caminar a los obreros de forma inestable y por ello se asociaba a la ineficiencia.

Y por último también se apunta al hecho de que el “sabot” es un dispositivo que sujeta  los durmientes a las vías férreas y que algunos obreros franceses durante una huelga acontecida en 1912 aflojaron y/o quitaron con el objeto de dificultar el paso de los trenes.

 

Fuentes de consulta: atp / hicow / ddooss / etimologias.dechile / airesgalegos / wikipedia / RAE

¿Cuál es el origen de la frase ‘Hacerse el sueco’?

A través de un email, Montse Fernández me pregunta sobre el origen de la frase «Hacerse el sueco».

La mayoría de las fuentes consultadas señalan que el sueco al que se refiere la frase no es el habitante de Suecia, sino a un zueco; el zapato de madera muy utilizado sobre todo por personas que deben desarrollar gran parte de su jornada laboral de pie.

Aunque se utiliza la expresión para referirse a aquel que se hace el sordo o el desentendido de algo, realmente significa «quedarse inmóvil evadiéndose de lo que sucede alrededor». Proviene de la palabra de origen latina succus que significa, entre otras cosas, tronco de árbol.

Algunas teorías nos llevan cómo origen a soccus, otra palabra del latín que era una especie de pantufla empleada por las mujeres y los comediantes. Soccus era el calzado que en el teatro romano antiguo llevaban los cómicos, a diferencia del coturno con el que elevaban su estatura los trágicos. De soccus vienen palabras cómo zueco (zapato de madera de una pieza), zocato (zurdo) y zoquete (tarugo de madera corto y grueso), palabra ésta que se aplica al hombre torpe y obtuso. De aquí que, hacerse el sueco, equivale a: hacerse el torpe, el tonto, el que no entiende lo que se le dice.

Pero cómo no hay dos sin tres, otro posible origen es el siguiente (y éste sí que nos lleva a Suecia y su gentilicio)

Hay quien apunta a que «Hacerse el sueco» es la versión española de la frase francesa «Faire la sourde oreille» (Hacer oídos sordos) y que su origen proviene de los intentos infructuosos de Napoleón en negociar con un diplomático sueco, quien fingía no entenderle para así no acceder a lo que el emperador francés le pedía.

 

 

(Fuentes consultadas: 12345 )