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El origen de algunos términos relacionados con los ‘presidios’ (II)

A raíz del post ‘¿De dónde proviene el término ‘presidio’?’, que publiqué días atrás, me piden que comparta el origen de algunos términos relacionados con las instituciones penitenciarias. Como son bastantes, lo he hecho en un par de entregas, aquí tenéis la segunda con otra media decena.

El origen de algunos términos relacionados con los ‘presidios’ (II)

Penitenciaría:
Término que tiene que ver mucho con penal, pues proviene de la misma rama etimológica. La penitenciaría es el lugar (edificio) en el que el penitenciario (preso) debe cumplir la  pena o penitencia (condena/castigo). Esta proviene del latín paenitentia, pero su significado no es ‘castigo’ o ‘condena’, sino que alude al supuesto arrepentimiento que el reo debía mostrar tras ser condenado. Este vocablo fue ampliamente utilizado durante los siglos en los que estuvo en funcionamiento el tribunal de la Santa Inquisición y, por tal motivo, está tan relacionado con lo religioso.

Prisión:
Término con el que generalmente se conoce a un centro penitenciario o cárcel. Proviene del latín prehensio, cuyo significado literal era ‘acción de atrapar’, pues en su origen el vocablo no hacía referencia al lugar en el que se encerraba a un preso sino al hecho de atrapar un animal con algún tipo de trampa. Así figura en los primeros diccionarios en los que apareció, por ejemplo, el de Antonio de Nebrija, que data de 1495.

Talego:
Forma en la que la jerga de la germanía (lengua propia utilizada entre los delincuentes y rufianes) hacía referencia a la cárcel. No se conoce cuál es la etimología exacta del término, pero algunas fuentes apuntan a que podría provenir del significado original del vocablo talega (saco o bolsa que se lleva colgada), que procedía del árabe andalusí taliqa, ‘lo que cuelga’. El hecho de que muchos presos eran colgados de los pies (cabeza abajo) como castigo, podría haber dado origen al término jergal.

Trena:
Otro sinónimo de cárcel proveniente de la germanía, pero, en esta ocasión, no hay pista etimológica alguna sobre su origen.

Trullo:
No hay dos sin tres y esta es otra de la forma jergal de referirse a una prisión. Aquí sí que hay algunas evidencias de cuál puede ser su origen etimológico, aunque no de una manera concluyente. Por un lado, el diccionario académico indica que proviene de torculum, que es el depósito al que va a parar el líquido resultante de pisar las uvas. Otras fuentes le dan el mismo origen hacia el vocablo latino, pero haciendo referencia a un tipo de choza utilizada por los campesinos para guardar las herramientas y utensilios del campo y en el que, probablemente, encerraban los propios agricultores a aquel que pillaban robando en sus campos.

 

 

 

 

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¿De dónde surge llamar ‘talego’ a la cárcel?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TkTok), me preguntan de dónde surge llamar ‘talego’ a la cárcel.

¿De dónde surge llamar ‘talego’ a la cárcel?

Existen numerosísimos modos y sinónimos para hacer referirse a la ‘cárcel’, siendo algunos de ellos: prisión, penal, penitenciaría, presidio, trullo, galera, trena, chirona, celda, mazmorra, calabozo o talego.

Este último es una de las muchas formas en la que la jerga de la germanía (rufianes y delincuentes) hacía referencia al lugar donde son encerrados los criminales para cumplir un tiempo de reclusión.

No se conoce cuál es la etimología exacta del término, pero algunas fuentes apuntan a que podría provenir del significado original del vocablo talega (saco o bolsa que se lleva colgada), que procedía del árabe andalusí taliqa, ‘lo que cuelga’.

El hecho de que muchos presos eran colgados de los pies (cabeza abajo) como castigo, podría haber dado origen al término jergal.

 

 

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Fuente de la imagen: jumilla (Flickr)

¿De dónde proviene la expresión ‘Eres un morral’ para insultar a alguien?

Expresiones como ‘Eres un morral’ o ‘este niño es un morral’ están prácticamente en desuso y ocasionalmente podemos escucharla pronunciar a alguna persona con bastante edad. Con ella se está tratando decir que alguien es una mala persona, no se comporta debidamente, va desaliñada e incluso que es ignorante y grosera. Antiguamente algunas abuelas se lo llamaban a sus nietos cuando estos se habían portado mal o habían hecho alguna trastada.

¿De dónde proviene la expresión ‘Eres un morral’ para insultar a alguien?

El ‘morral’ al que hacía referencia la expresión es el término con el que se conocía al saco en el que era introducido el pienso que se le daba de comer a algunos animales, el cual  llevaban, comúnmente, colgando de sus cabezas. También era el vocablo para denominar una especie de mochila (también en forma de macuto o saco) que algunas personas usaban para llevar sus provisiones (comida) o ropa y que era colgada generalmente de la espalda.

Pero la casualidad hizo que ese también fuera el apellido de un personaje que se hizo inmensamente popular a principios del siglo XX y, sobre todo, fuera señalado durante muchísimo tiempo (por parte de la sociedad) como el arquetipo de indeseable, criminal y granuja.

Se trata de Mateo Morral, un joven anarquista (nacido en Sabadell, Barcelona) quien el 31 de mayo de 1906 trató de asesinar al rey Alfonso XIII y a Victoria Eugenia de Battenberg el mismo día que contrajeron matrimonio, cuando estos se dirigían en una carroza hasta el Palacio Real (de Madrid) y, desde un balcón de la calle Mayor, les lanzó un ramo de flores que ocultaba una bomba. El monarca y su esposa salieron ilesos del intento de regicidio y el terrorista, aunque logró huir, fue atrapado dos días después cerca de Torrejón de Ardóz (la versión oficial dijo que se suicidó y las investigaciones recientes indican que fue asesinado por las fuerzas del orden).

Por tal motivo, el apellido ‘Morral’ quedó también vinculado, peyorativamente, para referirse a las personas con malas intenciones e incluso, hubo un tiempo en el que algunos progenitores o abuelos, tal y como he explicado en el primer párrafo, llamaban ‘morral’ a un niño cuando éste se portaba mal.

 

 

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Fuente de la imagen: pixabay

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Nuestra lengua es rica en expresiones, refranes y aforismos que tratan sobre cualquier tema y ocasión. Los tenemos dedicados a temas meteorológicos, a las diferentes estaciones del año, a los meses y los que mencionan personas, lugares y animales (por poner unos pocos ejemplos).

Entre toda la amalgama de expresiones que existen hay algunas muy concretas en las que en el enunciado se menciona a algún animal, pero que, curiosamente, poco o nada tienen que ver realmente con los animales, ya que muchas de ellas han acabado nombrándolos por la perversión del lenguaje oral que ha ido pasando de una generación a otra o simplemente porque ese vocablo ha sido creado por alguna jerga (como el de la germanía) que lo utilizaban metafóricamente para referirse a otra cosa sin que los demás se enteraran.

Montar un pollo

La forma original (y correcta) de la expresión es ‘montar un poyo’, aunque el diccionario de la RAE admite desde hace unos años que se escriba ‘montar un pollo’ a pesar de que la locución no se refiera a la cría se la gallina.

El poyo (pollo) al que hace referencia es al podio o pequeña tribuna portátil (que tenía que ser montada) sobre las que se subían oradores que llegaban a una plaza pública y desde la que hablaban a los presentes. Normalmente eran consignas políticas que atacaban a algún partido político o al gobierno, por lo que, a menudo, solía armarse algún que otro altercado entre los asistentes y el orador. Dicha tribuna portátil  era conocida popularmente como ‘poyo’, un término que proviene de la palabra en latín ‘pódium’ y cuyo significado es ‘podio’.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Tener la mosca detrás de la oreja

La mosca a la que se refiere la expresión (que viene a indicarnos el acto de estar alerta, atento o expectante ante una situación) no es al insecto, sino a la ‘mecha’ (también llamada llave de mecha o serpentín) con la que antiguamente se encendía el arcabuz (arma de fuego utilizada entre los siglos XV y XVII) para hacerlo disparar. El soldado portador de dicha arma, también conocido como arcabucero, se colocaba la mecha sobre la oreja (del mismo modo que algunos operarios pueden ponerse un lapicero o alguien llevar un cigarrillo) y se mantenía alerta y preparado ante un posible ataque. En caso de necesidad solo tenía que echar rápidamente mano de ella, encender el arma y disparar.

Llevarse el gato al agua

El gato de esta expresión es una forma metafórica de indicar cómo se dejaba al adversario tras un ejercicio de resistencia y fuerza (a cuatro patas, o lo que es lo mismo… a gatas) y que ya se practicaba en la Antigua Grecia.

En sus inicios, este ejercicio se realizaba en las instrucciones militares y con los años ha acabado convirtiéndose es el famoso juego llamado ‘tira y afloja’, el cual consiste en que dos grupos contrincantes tiran cada uno desde una extremidad, hasta tumbar/arrastrar unos a los otros.

En sus orígenes se realizaba teniendo un charco o rio de por medio y ganaba aquel equipo que lograba lanzar al suelo y arrastrar a sus contrincantes hacia el terreno de ellos, cruzando la línea divisoria que marcaba el agua. De ahí que quedasen a gatas.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aburrirse como una ostra

El origen de la expresión no debemos buscarlo en el comportamiento de este preciado molusco (el cual, evidentemente, no se sabe si se aburre o no) sino al apócope de la palabra ‘ostracismo’, que era el término con que era conocido el destierro que se practicaba antiguamente la Antigua Grecia y al que se sometía a aquellos individuos que eran considerados como un ‘elemento peligroso para la comunidad’, teniendo que abandonar Atenas y permanecer exiliados y alejados de cualquier contacto con otras personas durante un tiempo (semanas, meses, años…). Ese destierro obligatorio los condenaba a estar lejos de la familia y vivir en soledad, y en consecuencia al aburrimiento, lo que dio origen a la expresión ‘aburrirse como un ostracista’, que, con el tiempo acabó en el apócope de ostra.

La palabra ostracismo no proviene de ‘ostra’ sino de óstrakon que es el modo al que se le llamaba a la concha de cerámica en la que se escribía el nombre de la persona a la que se quería desterrar.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aflojar la mosca

Nuevamente nos encontramos con otra expresión que utiliza el término ‘mosca’ y que no se refiere al insecto ni a una mecha (como la de la expresión ‘Tener la mosca detrás de la oreja’), sino que este fue un vocablo inventado y utilizado entre los pícaros y ladronzuelos del conocido como ‘Siglo de Oro’ (siglos XVI y XVII) para referirse al dinero con la intención de solo entenderse entre ellos.

Al dinero lo llamaban ‘mosca’, ya que éste lo conseguían como el que atrapa una mosca al vuelo (en clara referencia al insecto), quedando esas monedas bien sujetas en el puño del ladronzuelo. A la hora de repartir el botín con sus compinches se debía aflojar la mosca (abrir el puño para que los demás cogieran su parte).

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

 

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Aquí hay gato encerrado

Sin dejar el Siglo de Oro ni a los pícaros ladrones, la expresión ‘aquí hay gato encerrado’ no hace referencia a minino alguno sino a la bolsa o talego en el que en esa época se guardaba el dinero.

Ese saquito con las monedas solía guardarse entre las ropas con el fin de no ser robado, pero la víctima que estaba en el punto de mira de los rateros era observado para ver si llevaba y dónde se lo metía, por lo que la consigna que se daban entre sí los ladrones era diciendo que había allí había ‘gato encerrado’ o, lo que es lo mismo, una bolsa escondida con dinero.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animales

Tener vista de lince

En realidad la expresión debería ser ‘tener vista de Linceo’ y en su origen hacía referencia a un personaje de la mitología griega conocido por tener una vista prodigiosa (que alcanzaba hasta lo inimaginable y que incluso podía atravesar los objetos). Linceo fue uno de los argonautas que junto a Jason fueron a la búsqueda del ‘vellocino de oro’.

Con el tiempo la expresión cambió a ‘tener vista de lince’ y muchos fueron lo que creyeron que la locución provenía del felino, debido a que este animal también se le otorgaba una prodigiosa vista (de hecho el lince se llama así por Linceo).

Sudar como un cerdo

Los cerdos no sudan (al carecer de glándulas sudoríparas) y por tanto la locución no puede referirse al animal.

El origen de algunas expresiones que nombran un animal y que nada tienen que ver con animalesEn realidad esta expresión la recibimos del inglés y es una traducción literal de su ‘Sweating Like A Pig!’ (¡sudar como un cerdo!), pero el cerdo al que se refiere la expresión anglosajona no es el animal sino el ‘pig iron’ (lo que en nuestra lengua se conoce como ‘arrabio’, que es el producto resultante de la fundición del hierro en un alto horno).

Los ingleses le dieron el nombre de ‘pig iron’ debido a que cuando el mineral era convertido en hierro líquido (fundiéndolo a temperaturas extremas) era pasado a unos moldes donde debía enfriarse sin ser movido. Ese molde recibía el nombre de ‘pigs’ debido a que recordaba por su forma  a las mamas de una cerda. Se sabía que ya estaba lo suficientemente frío para poder ser trasladado cuando se creaba una capa de rocío (sudor) sobre la placa: sweat pig (cerda sudorosa).

De ahí surgió la expresión ‘Sweating Like A Pig’ que nosotros tradujimos como ‘sudar como un cerdo’ (o una cerda) pero que nada tiene que ver con el animal o su transpiración y sí con el molde donde se deja enfriar el hierro fundido.

 

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Fuentes de las imágenes: Leonard Bentley (Fickr)ocesaronada / captura Youtube / Wikimedia commons / pixabay / Wikimedia commons / fifasoccerblog / ariescbautista

¿Cuál es el origen de la expresión ‘aquí hay gato encerrado’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘aquí hay gato encerrado’?
La expresión ‘aquí hay gato encerrado’ suele utilizarse cuando desconfiamos de alguna cosa o nos da en la nariz que hay algo turbio en algún asunto.

Para encontrar el origen de esta expresión debemos trasladarnos hasta los siglos XVI y XVII (también conocida esa época como Siglo de Oro) en el que se puso de moda llamar gato a la bolsa o talego en el que se guardaba el dinero.

Era habitual llevar alguno de estos ‘gatos’ con sus respetivas monedas escondido entre las ropas  o guardado a buen recaudo en algún lugar de la casa, como remedio a los posibles hurtos.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘aquí hay gato encerrado’?La víctima que estaba en el punto de mira de los rateros era observado para ver si tenía dinero y donde lo llevaba, por lo que la consigna que se daban entre sí, los amigos de lo ajeno, era diciendo que había allí había ‘gato encerrado’ o, lo que es lo mismo, una bolsa con dinero guardado y/o escondido.

Lo que no se sabe con total seguridad es el porqué a este tipo de monederos se les dio el nombre de gato, habiendo quien indica que la razón era porque, originariamente, se confeccionaban con la piel de estos felinos y otros señalan que era el nombre coloquial utilizado en aquella época para llamar a los rateros que hurtaban con astucia y engaño (la RAE así lo recoge), puesto que estos ladrones tenían una habilidad que recordaba al comportamiento de los felinos.

 

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