La palabra calvario para designar una sucesión de adversidades viene del monte Calvario, el lugar en el que, según las sagradas escrituras, crucificaron a Jesucristo.
El monte recibe ese nombre porque calvario proviene del latín calvarium, que significa calavera y era el nombre que tomaban aquellos cerros o montes en los que se amontonaban las calaveras de los condenados que habían sido ejecutados.
Al haber sido crucificado Jesús en un lugar con tal nombre y haber padecido todo ese sufrimiento, se comenzó a utilizar ese término para describir cuando se vive una serie de pesadumbres y desgracias, dando pie, con los años, a expresiones como ‘estar pasando/viviendo un calvario’.
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