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¿Cuál es el origen y significado de la expresión ‘Pagar con las setenas’?

A través de la cuenta de este blog en Instagram (@yaestaellistoquetodolosabe2), recibo una consulta en la que me preguntan sobre el origen y significado de la expresión ‘Pagar con las setenas’.

¿Cuál es el origen y significado de la expresión ‘Pagar con las setenas’?

Se conoce como ‘setenas’ a una antiquísima norma por la cual se establecía que ciertos delitos, faltas o pecados cometidos recibirían como castigo una pena siete veces mayor al acto o infracción cometida.

El término ‘setena’ o ‘seteno’ proviene del latín ‘septuplus’ y su significado literal era ‘siete veces’, por lo que no debe confundirse su sentido con el de ‘siete partes’.

La primera referencia escrita que existe a esta multiplicación por siete de un daño cometido la encontramos en el Antiguo Testamento, en el Génesis 4 (concretamente el 4:15), en el que se relata el crimen cometido por Caín (tras matar a su hermano Abel) y el castigo ordenado por Dios, expulsándolo de aquel lugar y haciéndole vivir errante. Ante el temor de Caín a morir a manos de cualquiera que lo hallase, recibió como respuesta:

[…]No será así; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza[…]

También podemos encontrar la norma de castigar un delito con una pena siete veces mayor en numerosos escritos jurídicos romanos (el poeta Virgilio, en el siglo I a.C., habla de ello en algunos de sus textos) e incluso medievales, como por ejemplo la ‘Liber Iudiciorum’ (código de leyes visigodas redactadas en el siglo VII) o su traducción al romance, conocida como ‘Fuero Juzgo’ del año 1241.

Quien también mencionó a las ‘setenas’, como castigo a pagar el séptuplo, fue Miguel de Cervantes en El Quijote, tanto en su Primera parte (capítulo IV):

[…]Pero, al fin, le desató y le dio licencia que fuese a buscar su juez, para que ejecutase la pronunciada sentencia. Andrés se partió algo mohíno, jurando de ir a buscar al valeroso don Quijote de la Mancha y contalle punto por punto lo que había pasado, y que se lo había de pagar con las setenas. Pero, con todo esto, él se partió llorando y su amo se quedó riendo.[…]

Como en el capítulo XVI de la Segunda parte:

[…]Bien puede, señor -respondió a esta sazón Sancho-, bien puede tener las riendas a su yegua, porque nuestro caballo es el más honesto y bien mirado del mundo: jamás en semejantes ocasiones ha hecho vileza alguna, y una vez que se desmandó a hacerla la lastamos mi señor y yo con las setenas. Digo otra vez que puede vuestra merced detenerse, si quisiere; que, aunque se la den entre dos platos, a buen seguro que el caballo no la arrostre.[…]

 

 

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Fuente de la imagen: needpix

La verdad del famoso mito sobre tragarse un chicle y que tarda siete años en digerirse

El falso mito de que si te tragas un chicle tarda siete años en digerirse

Quién no ha escuchado alguna vez la advertencia, por parte de nuestros mayores, que tuviera cuidado de no tragarse el chicle porque éste tardaba siete años en ser digerido, ya que se quedaba adherido en las paredes del estómago o taponaba nuestras tripas.

Pues bien, éste como otros muchísimos consejos que nos daban de pequeños no deja de ser un mito inventado por la creencia popular y sobre todo como método de asustar a los más pequeños de la casa con el fin de evitar que mascasen chicle y, en caso de hacerlo, se lo tragasen.

Está totalmente demostrado que es una falacia, no existiendo casos conocidos en el que se haya dado que alguna persona mantuviera en su interior un chicle más tiempo del establecido para ser digerido y expulsado como cualquier otro elemento ingerido.

Un chicle ni se queda pegado en las paredes del estómago (el cual cada tres o cuatro días forma un nuevo revestimiento y por lo tanto se desprendería en ese plazo de tiempo), ni obstruye o tapona las tripas ni conductos de salida (en este caso teniendo en cuenta el hecho de tragarse un chicle, que es de lo que estoy hablando. Diferente sería el tragar de golpe una gran cantidad de chicles que sí podrían hacer un pequeño y momentáneo tapón, pero que podría ser expulsado en poco tiempo –me refiero a un plazo de días, no años-).

El chicle, al igual que todo lo que ingerimos, pasa por el proceso digestivo y se elimina a través de las heces, a veces incluso más rápido que cualquier otra cosa que hayamos comido, ya que muchas gomas de mascar (de las llamadas ‘sin azúcar’) son endulzadas con sorbitol, un componente que tiene efectos laxantes (de ahí que se desaconseje mascar grandes cantidades de ese tipo de chicles).

Para terminar, tan solo queda apuntar que, tal y como indico al inicio del post, el mito de que se tarda siete años en digerirse surge de la necesidad de asustar a los más pequeños de la casa y el hecho de que se utilice el número 7 es por ser un número cabalístico, utilizado para infinidad de cosas y dichos (la superstición de los siete años de mala suerte si se rompe un espejo, las siete vidas de un gato, como número de la buena o mala suerte, los días de la semana, las notas musicales, los pecados capitales, los brazos del candelabro Judío, los chakras, los arcángeles, los siete enanitos, los siete magníficos y un larguísimo etcétera…)

 

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Fuente de la imagen: ccmackay (morguefile)