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¿De dónde surge la expresión ‘dar un sablazo’?

Conocemos como ‘dar un sablazo’ al acto de sacarle dinero a otra persona a través de la verborrea, habilidad para convencerlo y fingida promesa de que se lo devolverá. Normalmente suele tratarse de una cantidad importante de dinero. También es usada esta expresión cuando queremos referirnos al hecho de que en algún establecimiento nos han cobrado más de lo que esperábamos (‘menudo sablazo me han metido’).

¿De dónde surge la expresión ‘dar un sablazo’?

La locución proviene del término ‘sable’ (arma blanca semejante a la espada) y al hábil uso que tenían de esta quienes la utilizaban, quienes podían desarmar al contrincante (por ejemplo en un combate de esgrima) con un solo y astuto movimiento.

De ahí que se hiciera la analogía entre el arte de usar el sable y la habilidad para sacar el dinero a los demás a través de la palabrería.

Quienes disponían de tal facilidad para conseguirlo eran conocidos como ‘sablistas’ y el acto que realizaban era ‘sablear’ o un ‘sablazo’.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘gorrón’ para referirse al que vive a costa de los demás?

¿Cuál es el origen del término ‘gorrón’ para referirse al que vive a costa de los demás?La expresión ‘ser un gorrón’ es utilizada para referirse a aquella persona que se dedica a comer, beber, divertirse y en definitiva a  vivir a costa de los otros.

El término ‘gorrón’ es un aumentativo de ‘gorra’, de la que han nacido muchas expresiones como ‘vivir de gorra’, ‘comer de gorra’ (y así con todas las cosas que se pueden hacer cuando el que paga es otro).

Los expertos sitúan el origen hacia finales del siglo XVI en los ambientes estudiantiles de la Universidad de Salamanca, donde muchos de los alumnos que asistían no disponían de demasiado dinero para mantenerse, por lo que se las ingeniaban de cualquier manera para poder alimentarse sin pagar.

Una de las formas de poder subsistir era trabajando al servicio de otros estudiantes pertenecientes a familias ricas y que disponían de un importante poder adquisitivo. Éstos contrataban los servicios de sus compañeros pobres para que les hicieran recados y los tuvieran atendidos (una especie de criado o asistentes) pagándoles a cambio unas monedas e incluso dejando que los acompañaran a convites y banquetes, donde los estudiantes sin recursos comían y bebían gratuitamente.

Los estudiantes adinerados vestían portando un manteo (capa larga con cuello derecho y bastante estrecho) y un bonete (especie de gorra, comúnmente de cuatro picos). Por su parte, los estudiantes sin recursos y que trabajaban al servicio de estos llevaban una capa clásica (hecha de tela barata) y una gorra. A estos sujetos se les conocía habitualmente con los términos: capigorrista, capigorra o capigorrón (términos provenientes de unir las palabras capa y gorra).

Con el tiempo el apelativo hacia ellos quedó en un simple ‘gorrón’, aunque el Diccionario de la RAE sigue manteniendo las siguientes acepciones para los tres anteriores: capigorrista y capigorra como ‘Hombre ocioso y vagabundo’ y capigorrón como ‘Que tenía órdenes menores y se mantenía así sin pasar a las mayores’ además de ‘Dicho de un hombre: Ocioso y vagabundo’.

La mayoría de expertos apuntan que del término ‘capigorrón’ acabó derivando el apelativo ‘gorrón’ para referirse a quien tiene por hábito comer, vivir, regalarse o divertirse a costa ajena.

Por otra parte, hay quien defiende que el término gorrón proviene también de esa misma época y de esos estudiantes sin recursos, pero no solo por el hecho de trabajar al servicio de sus compañeros adinerados, sino de colarse en banquetes y celebraciones de personas a quien no conocían y, siendo enormemente educados, hacían continuas reverencias con la gorra que portaban con todos con quienes se cruzaban, de este modo parecía que los conocían y que estaban invitados a tal evento.

Tampoco podemos olvidarnos de la costumbre de algunas personas de poner/pasar la gorra para que la gente le eche alguna moneda con la que subsistir, ya sea porque ha realizado una actuación callejera, ayudado a encontrar un sitio donde aparcar –los conocidos en muchos lugares como ‘gorrillas’– o simplemente para pedir una limosna.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘mangante’?

¿Cuál es el origen del término ‘mangante’?La palabra ladrón es uno de esos términos que tiene un buen número de sinónimos que se pueden utilizar para referirse al que hurta o roba. Entre las muchas palabras que nos encontramos para señalar a este tipo de personas están caco y chorizo (las cuales ya os expliqué el origen etimológico de cada una de ellas en anteriores posts), pero también otras como ‘mangante’ y su derivado ‘mangui’, de las que explicaré de dónde proceden a través de esta entrada.

Ambas palabras (mangante y mangui) nacen de la acción de ‘mangar’, que en el vocabulario popular es la forma vulgar para referirse al acto de robar, hurtar e incluso timar. Pero estos no eran en su origen el significado real de este término el cual proviene de la lengua caló, como otras muchísimas palabras que en la actualidad son de uso común en nuestro lenguaje cotidiano.

Muchos son los que atribuyen al  término ‘mangar’ un origen etimológico equivocado, debido la similitud que existe entre éste y la palabra manga (parte de la camisa/vestido que cubre el brazo) y relacionando erróneamente el acto de mangar con robar/hurtar algo y escondérselo en la manga, algo totalmente equivocado, pues entre ambas cosas/palabras no existe vínculo alguno.

En realidad ‘mangar’, en su origen en la lengua caló, significaba (y todavía sigue siendo así) el acto de ‘pedir’, ‘rogar’ o ‘mendigar’ y, por lo tanto, un mangante (y su evolución a mangui) era aquel personaje pedigüeño que se dedicaba a pedir limosna y/o dinero prestado.

Al proceder de los ambientes gitanos, los prejuicios raciales de la sociedad hizo evolucionar todos estos términos hacia algo despectivo, convirtiendo a ese mangante (persona que pedía y/o mendigaba) en  un ‘sinvergüenza, alguien despreciable sin oficio ni beneficio’ tal y como lo contempla hoy en día el diccionario de la RAE y de ahí se convirtiese en el leguaje de uso coloquial en sinónimo de ladrón, timador y pillo que vive aprovechándose de la buena fe de los demás y/o se dedica al trapicheo.

 

 

Fuentes de consulta: Diccionario Caló-Castellano / RAE 1 / RAE 2 / Tratamiento lexcográfico y sociolingüístico de los gitanismos (Google books)
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