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Carlos IV y el vendedor de chorizos [Anécdota]

Carlos IV y el vendedor de chorizos [Anécdota]- El choricero de Ramón BayeuEncontrándose cazando venados acompañado por la corte y cadetes de Segovia, el rey Carlos IV empezó a sentir hambre, coincidiendo en ese mismo instante con el paso, por uno de los caminos que cruzaban, de un vendedor ambulante de chorizos que llevaba sus mulas cargadas de este rico y oloroso embutido.

El choricero, cuyo nombre era José Rico, era conocido por todos sus vecinos de la población de Candelario (Salamanca) como el ‘Tío Rico’.

Le dio de comer al rey algunas piezas de su mejor embutido, quedando el monarca maravillado por tan sabroso fiambre, por lo que instó al Tío Rico a servirle sus productos, convirtiéndolo en ‘Proveedor de la Casa Real’, algo que hizo que los chorizos de Candelario alcanzasen una extraordinaria fama entre todos los miembros de la Corte.

Fue tal la admiración que tuvo Carlos IV por esos chorizos que mandó a Ramón Bayeu, uno de sus más afamados pintores de la Real Fábrica de Tapices (y cuñado de Francisco de Goya) que realizase un lienzo, el cual sería expuesto en la Sala de Embajadores de El Escorial.

Cabe destacar que, como en algunas otras de sus obras, el boceto del tapiz ‘El choricero’ fue hecho por Francisco Bayeu (hermano de Ramón) y la obra realizada finalmente por éste último.

 

Lee más anécdotas históricas en el Anecdotario de este blog

 

Fuente de la info: Dolores Anaya (Valdepeñas)
Fuente de la imagen:  museodelprado

La anécdota del republicano que se convirtió en ‘proveedor de la Casa Real’

Conocidas fueron las promiscuidades del rey Alfonso XII.

En cierta ocasión esas prácticas amatorias lo llevaron a tener un idilio con la joven y bella hija de un lechero de la capital. Como en esa época era habitual que las empresas que suministraban productos a la Casa Real recibiesen el distintivo de “Proveedor de la Casa Real”, el lechero no quiso ser una excepción, a pesar de no suministrarles precisamente leche.

El propietario de la vaquería consideró que había aportado bastante para lucir el distintivo identificador y lo colocó.

La paradoja es que el establecimiento en cuestión se llamaba “Vaquería del Republicano” y que, en consecuencia, el rotulo ponía:

Vaquería del Republicano
Proveedor de la Casa Real

Tomado y traducido del libro:
Els Borbons en pilotes
(Varios autores)
ISBN 978-84-9791-051-4
Cossetània Edicions