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¿De dónde proviene la expresión ‘Pasar más hambre que un maestro de escuela’?

Durante gran parte de la historia la enseñanza primaria en España no estuvo reglada y la mayoría de escuelas y profesionales que ejercían la docencia dependían de los presupuestos de las arcas municipales, y estas solían estar casi siempre vacías, motivo por el que los maestros  a menudo vivían en la pobreza debido a la falta de pago de sus salarios por parte de los ayuntamientos (aparte de que sus salarios solían ser normalmente bajos).

¿De dónde proviene la expresión ‘Pasar más hambre que un maestro de escuela’?

Muchas eran las ocasiones en las que se llegaron a adeudar los sueldos de varios meses (e incluso años), lo que llevó a que algunos profesionales de la enseñanza viviesen en la indigencia e incluso tuviesen que depender de la caridad pública para subsistir.

La situación llegó a ser tan grave que surgió la expresión ‘pasar más hambre que un maestro de escuela’ para hacer referencia en el lenguaje popular a la pobreza extrema por la que podía atravesar una persona.

Según consta, a finales de 1901, se llevaron a cabo algunas transformaciones significativas en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (hoy en día Educación) siendo su titular Álvaro Figueroa y Torres, Conde de Romanones, quien promulgó una importante reforma de la enseñanza primaria y la incorporación del sueldo de los maestros al presupuesto general del Estado, quienes ya no dependerían de las empobrecidas arcas municipales, proporcionándoles la garantía de recibir el salario mensual y ayudando a mejorar la situación financiera de los docentes.

A pesar de que ya ha pasado más de un siglo desde aquellas mejoras laborales y salariales, la expresión ‘pasar más hambre que un maestro de escuela’ sigue utilizándose todavía como sinónimo de penurias, estrecheces económicas y pobreza.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘maestro’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TkTok), me preguntan cuál es el origen del término ‘maestro’.

¿Cuál es el origen del término ‘maestro’?

Hoy en día es más habitual decir ‘profesor’ o ‘profesora’ para para hacer referencia a aquellas personas que se dedican profesionalmente a la enseñanza, pero, durante largo tiempo, el término ‘maestro’ y ‘maestra’ era la forma más común y utilizada para denominarlos.

El término proviene del latínmagister’, cuyo significado literal era ‘el que más sabe o destaca’ (de ahí que se conozca como ‘maestría’ la destreza de enseñar algo).

El significado etimológico de esa acepción proviene de la primera parte del vocablo (magis), que significaba  ‘más’. De esa misma raíz etimológica provienen los términos magistrado y magisterio. También dio origen al término ‘obra maestra’ para referirse la creación más relevante de un artista.

Curiosamente, durante la Edad Media apareció la figura del maestrescuela, encargado de impartir las enseñanzas del derecho canónico y las ciencias eclesiásticas.

 

 

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¿De dónde proviene la costumbre de regalar una manzana a los maestros?

Desde hace mucho tiempo existe una curiosa costumbre que consiste en regalar al maestro una manzana, como forma de agradecimiento por su labor docente.

¿De dónde proviene la costumbre de regalar una manzana a los maestros?

No se sabe a ciencia cierta cuándo y dónde nació la tradición, existiendo varias conjeturas sobre el motivo que originó esta tradición.

Un gran número de fuentes apuntan a que en la antigüedad se consideró que la manzana representaba la sabiduría, por lo que una manera de devolver el favor de lo que se había aprendido en la escuela era obsequiando al maestro con una pieza de esta fruta.

De todos modos, muchas son las referencias a ese acto tanto en tiempos de la Antigua Grecia como durante la Edad Media. Eso sí, no se trataba de alumnos que eran niños sino adultos que iban a aprender y escuchar de los grandes sabios y filósofos. Algunas de estas clases tenían lugar en un prado, bajo la sombra de un manzano. Era común que un alumno alcanzara la manzana más madura para ofrecérsela al maestro.

Cabe destacar que hay quien señala que dicha hipótesis contradice a la creencia popular (que desde el cristianismo se difundió a través de los evangelizadores) de que la manzana era el fruto prohibido.

Otros opinan que antiguamente los maestros pertenecían a uno de los colectivos peor remunerados, además de que muchos alumnos provenían de familias humildes y una de las formas para pagar y/o agradecer las clases era llevándole algo de comer, siendo las manzanas lo más común o popular.

Hay numerosas historias y cuentos publicados referentes a esto y en alguno se explica que eran tantas las manzanas que podían llegar a recibir los docentes en un mismo día (echándose a perder la mayoría) y otros en los que no les llevaban ninguna que se optó por organizarse para que cada día fuese un alumno diferente quien llevase la pieza de fruta. De este modo el maestro se aseguraba comer a diario fruta y no representaba ningún perjuicio para las familias más humildes.

Actualmente, aunque ya está algo en desuso esta práctica, todavía encontramos que en algunos países del continente americano sigue realizándose la costumbre de llevar una manzana al maestro.

Lo que no se tiene nada claro es dónde nació la tradición. Unos apuntan que en la antigua Grecia (como ya he comentado unos párrafos atrás) y otros dicen que en el norte o centro de Europa.

Cada país tiene sus propias celebraciones y fechas en las que conmemorar el día del docente o maestro, pero muchos son los que coinciden en celebrarlo del mismo modo, llevando esa jornada cada alumno una manzana a su profe.

 

 

 

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Este post lo he realizado inspirándome en una ‘stories’ de Instagram que publicó Silvia (@mamidigoprofe) y cuya cuenta os recomiendo seguir.
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Teleiofilia; cuando en la niñez y adolescencia se siente atracción por las personas adultas

Muchos son los casos de chicos y chicas muy jóvenes que se sienten emocionalmente atraídos por personas adultas. Generalmente se trata de estudiantes que se enamoran de sus profesores e incluso de aquellos que estando en la niñez o adolescencia idealizan a alguien que les recuerda a alguno de sus progenitores.

Teleiofilia; cuando en la adolescencia se siente atracción por las personas adultas

Esto se conoce como ‘teleiofilia’ y no está recogida en el diccionario de parafilias sexuales, debido a que no es considerada como tal, pues en la inmensa mayoría de los casos se trata de un sentimiento y atracción (lo comúnmente llamado ‘amor platónico) pero no existe ningún deseo sexual.

El término proviene del griego, donde el vocablo teleio quiere decir ‘adulto’. También podemos encontrar nombrada esta conducta como ‘adultophilia’.

Cabe destacar que cuando la persona joven  ya es mayor de edad y siente atracción por una adulta (e incluso hacia alguien ya anciana), el término utilizado para este caso no debe ser teleiofilia sino ‘cronofilia’ o ‘gerontofilia’ y, muy posiblemente, sí exista algún tipo de deseo sexual en ese comportamiento, por lo que en este caso ya suele ser considerada como un tipo de parafilia.

 

 

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El curioso origen del término ‘profesor’

Conocemos como ‘profesor’ o ‘profesora’ a aquellos docentes encargados de impartir una enseñanza (normalmente en un centro educativo) ya sea de ciencia, letras, arte…

El curioso origen del término ‘profesor’

Su origen etimológico lo encontramos en el vocablo en latín ‘professōris’ y éste proveniente de profiteri’, formado por el prefijo ‘pro’ (delante, a la vista, frente a) y fateri’ (confesar).

Se utilizó originalmente para designar a aquellos que mostraban y confesaban públicamente (delante de los demás) sus creencias y fe al cristianismo.

Las enseñanzas de los evangelios que estos creyentes realizaban (profesaban) fue lo que dio lugar a que dicho término acabase siendo un sinónimo de maestro, docente, instructor, pedagogo o educador.

Cabe destacar que, erróneamente, algunas fuentes dan como origen de la palabra profesor el término ‘profeta’, pero ambos vocablos no tienen nada que ver entre si. Profeta proviene del griego ‘prophḗtēs’ (προφήτης) que significa ‘el que habla con antelación’ (en relación al don de prever lo que ha de ocurrir).

 

 

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¿Cuál es el origen de poner nota a los estudiantes que se examinan?

¿Cuál es el origen de poner nota a los estudiantes que se examinan?

Estamos en época de exámenes. Por un lado muchos son los estudiantes que estos días están realizando los exámenes de final de curso y otros los que se enfrentan a la temida ‘selectividad’ que les dará acceso a poder escoger sus carreras universitarias.

El hecho de examinar a alguien para evaluar cuánto sabe o ha aprendido es casi tan antiguo como el propio hecho de tener un conocimiento y compartirlo. Ya desde la antigüedad los sabios preguntaban a sus discípulos que atendían a sus explicaciones.

También encontramos que los primeros ‘exámenes oficiales’ (o al menos así consta) se originaron en China en el siglo VII y eran una serie de pruebas que se realizaban para seleccionar a los funcionarios públicos (lo que hoy llamaríamos oposiciones).
A raíz de surgir las primeras universidades en el siglo XI los tribunales académicos comenzaron a realizar exámenes orales a los alumnos.

Pero a pesar de llevar tantos siglos realizándose exámenes no fue hasta el año 1792 cuando a alguien se le ocurrió calificar con una nota el trabajo de sus alumnos. Dicho personaje fue William Farish, profesor de Química y Filosofía Natural (Física) en la Universidad de Cambridge.

Hasta aquel momento los profesores evaluaban los conocimientos de sus alumnos a través de los exámenes aprobándolos o suspendiéndolos, pero no indicaban cuál era el grado de conocimiento que tenía cada estudiante.

Las clases solían ser reducidas para que el maestro pudiera dar una atención más personalizada a cada alumno, pero esto hacía que tuvieran que dedicarle mucho tiempo a cada uno además de ganar menos salario, ya que se retribuía en función del número de asistentes a cada aula.

El hecho de calificar tras cada examen y evaluar con una nota cuál era el grado de conocimiento de cada alumno permitió a William Farish poder tener una clase con muchos más estudiantes que el resto de sus colegas, lo que llevó a que no tardaran en copiar la idea y ponerla en práctica.

 

 

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Fuentes de consulta: joebower / javierdisan
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Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [4]

Cuarta entrega de esta serie de post dedicados a traeros un buen puñado (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ocurrió con las veces anteriores.

 

Asonada - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Asonada: Se trata de una reunión (tipo manifestación) en el que un numeroso grupo de personas intentan conseguir algún objetivo, normalmente de modo violento

 

Fosfeno - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Fosfeno: Sensación visual que se percibe al tener los ojos cerrados fuertemente o tras frotarte los párpados

 

Duela - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Duela: Seguro que habéis visto en más de una ocasión algún barril, pues la duela es cada una de las tablas curvas que lo forman

 

Carúncula - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Carúncula: Modo en que se llama la cresta de algunos animales (gallo, pavo…)

 

Morueco - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Morueco: Carnero utilizado para procrear (semental)

 

Tusígeno - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Tusígeno: Aquello que nos produce tos (humo, un atragantamiento…)

 

Orinque - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Orinque: La cuerda que va desde el ancla fondeada hasta la boya

 

Canana - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Canana: El cinturón en el que se colocan los cartuchos/balas (cartucheras) como el que llevaban los vaqueros en el Viejo Oeste o los revolucionarios mexicanos

 

Estepicursor - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Estepicursor: Y hablando del Viejo Oeste, no podemos olvidarnos de la especie de bola hecha de matojos secos que aparece rodando en las películas, eso es un estepicursor

 

Desbullador - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Desbullador: El tenedor para las ostras

 

Cáncana - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Cáncana: Banqueta o banquillo en la que el maestro solía obligar sentarse al estudiante al que castigaba

Giste - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

Giste: Espuma de la cerveza

 

 

 

 

 

 

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¿Cuál es el origen y significado de la expresión ‘enmendar la plana’?

¿Cuál es el origen y significado de la expresión ‘enmendar la plana’?

La expresión ‘enmendar la plana’ es una de esas locuciones que, de vez en cuando, se escucha decir o se lee publicada en algún medio como referencia a arreglar o corregir algo que se ha dicho o hecho incorrectamente. No siempre se utiliza la frase de un modo acertado, debido al desconocimiento que tienen algunas personas que la dicen sin tener demasiada idea de su verdadero significado.

Enmendar la plana significa, literalmente, corregir la hoja en la que se ha hecho una tarea (deberes/trabajo).

La plana, tal y como la describe el Diccionario de la RAE, era el nombre con el que se conocía al escrito que hacían los niños en una cara del papel cuando aprendían a escribir. La función del maestro era corregir (enmendar) los posibles fallos que en ella había, de ahí que surgiera la expresión ‘enmendar la plana’ que acabó derivando a cualquier tipo de corrección que se realizase sobre el trabajo de otros (ya no solo en materia escolar).

 

Aquí un ejemplo magistral de uso de la expresión ‘Enmendar la plana’ en la película ‘Amanece que no es poco’ (en el minuto 1:30)

 

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Curiosidad surgida a través de una consulta realizada por Leticia Martín-Fuertes en el grupo de Facebook ‘Los porqués del lenguaje de Molino de Ideas’ y con aportaciones de Javi Mallo, Rafael Ballesteros y Eduardo Basterrechea

 

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