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El curioso origen etimológico del término ‘melancolía’

Conocemos como melancolía al estado emocional intenso en el que una persona puede sentir tristeza, nostalgia o aflicción.

El curioso origen etimológico del término ‘melancolía’

El término ‘melancolía’ proviene del latín tardío ‘melancholia’, que a su vez derivaba del griego antiguo ‘melancholía’ (μελαγχολία), cuyo significado literal era ‘bilis negra’. Y es que en la antigua Grecia, se tenía el convencimiento de que la bilis negra, uno de los cuatro humores corporales, era la responsable del estado de ánimo melancólico de las personas.

La idea de que la melancolía estaba relacionada con la bilis negra continuó durante la Edad Media y el Renacimiento y se creía que ese estado de tristeza y aflicción era una enfermedad causada por un desequilibrio de los cuatro humores corporales (bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre). Los síntomas de la melancolía incluían tristeza, apatía, pérdida de interés en la vida y problemas físicos como pérdida de apetito y problemas de sueño.

En el siglo XVII, la melancolía llegó a ser considerada una enfermedad mental y se utilizó para describir algunos estados de depresión.

 

 

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¿Cuál es el origen etimológico del término ‘depresión’?

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen del término ‘depresión’ en relación al estado de abatimiento psíquico.

¿Cuál es el origen etimológico del término ‘depresión’?

En el diccionario de la RAE podemos encontrar cuatro acepciones para el término ‘depresión’:

  1. Acción y efecto de deprimir o deprimirse.
  2. En un terreno u otra superficie, concavidad de alguna extensión.
  3. Período de baja actividad económica general, caracterizado por desempleo masivo, deflación, decreciente uso de recursos y bajo nivel de inversiones.
  4. Psicol. y Psiquiatr. Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos.

Etimológicamente proviene del latín ‘depressio’, formado por la unión del prefijo ‘de-‘ (disminución, hacia abajo), el vocablo ‘pres’ (hundido, apretado, comprimido y que también da origen a ‘presión’ y ‘presionado’) y el sufijo ‘-sio’ (que indica una acción o efecto); por lo que literalmente el término significaría ‘que está hundido’.

Originalmente se utilizó el término para hace referencia a las concavidades de un terreno, no aplicándose en la antigüedad en temas relacionados con el estado de ánimo, debido a que el decaimiento o abatimiento moral y mental se englobaba dentro de la Teoría de los humores’, atribuida al médico griego Hipócrates de Cos (que vivió entre el 460 a.C y el 370 a.C), que catalogaba la personalidad de los individuos en cuatro estados y en la cual destacaba que esos estados (valiente, enojado, depresivo y calmado) eran producidos por cuatro fluidos (humores) que recorrían por el interior del organismo de cualquier persona y estos eran: la sangre (producida por el corazón) la cual proporcionaba valentía y corajela bilis amarilla (producida en el hígado) que daba exacerbación y mal carácter;  la bilis negra (que se producía en el bazo) responsable del decaimiento y la depresiónla flema (que se producía en los pulmones) que convertía a la persona en indiferente y aplacada.

Pero no fue hasta el siglo XVII cuando encontramos las primeras referencias escritas en las que se relaciona el término ‘depresión’ con el decaimiento de una persona en la forma ‘animae dēpressio’, cuyo significado vendría a ser ‘bajada de ánimo’.

De hecho, la primera vez que el término ‘depresión’ aparece recogido en un diccionario en español lo hace en la edición de 1780 (de la Academia Usual) y lo hace con la acepción ‘Abatimiento, humillación’, apareciendo una segunda definición referido a la astronomía ‘El arco del círculo vertical, que mide la distancia del lugar de un astro hasta el horizonte, quando está debaxo de él’.

No fue hasta la edición de 1992, cuando al término se le dio la definición de ‘Síndrome caracterizado por una tristeza profunda e inmotivada y por la inhibición de todas las funciones psíquicas’, que podemos encontrar actualmente.

 

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘estar para el arrastre’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘estar para el arrastre’?

Este es otro de los muchos modismos que hemos incorporado a nuestro lenguaje coloquial y que tiene su origen en el mundo de la tauromaquia, concretamente del momento del ‘arrastre’, el acto de retirar de la plaza al toro tras caer éste sobre la arena (normalmente tras haberle dado muerte el torero durante la lidia, aunque se ha dado algún caso en el que ha caído por agotamiento).

El animal es retirado de la plaza por unas mulillas que lo arrastran hasta el desolladero.

Ese momento de extenuación del toro es el que dio origen a la expresión ‘estar para el arrastre’ para referirnos a un momento de cansancio, decaimiento o agotamiento extremo, tanto físico como moral (tras una larga jornada de trabajo, hacer deporte o simplemente por edad).

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Fuente de la imagen: DanMaudsley (Flickr)

 

Nota importante:
Tanto este blog,  su autor, como la web en la que se encuentra alojado (20minutos.es) mantienen por convicción propia y como línea editorial el no fomentar ni apoyar la tauromaquia. Ello no exime, al mal llamado ‘arte’, de haber proporcionado un sinfín de interesantes anécdotas y/o curiosidades a lo largo de la historia siendo dignas de su publicación en esta página, sin que esto pueda representar un cambio de actitud hacia la misma.