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¿Cuál es el origen del término ‘elixir’?

El término ‘elixir’ llegó al castellano desde el latín medieval (escrito del mismo modo) y este lo tomó del árabe ‘al-iksir’, cuyo significado hacía referencia a la ‘piedra filosofal’.

¿Cuál es el origen del término ‘elixir’?

La piedra filosofal era una supuesta y mítica materia alquímica de la que se creía que tenía el poder de convertir metales en oro, además de servir para elaborar compuestos milagrosos que ayudaban a prolongar la vida humana.

Los alquimistas medievales creían que el elixir era una forma líquida de la piedra filosofal, y que podía curar todas las enfermedades y prolongar la vida eternamente.

A lo largo de la historia, el término elixir ha sido utilizado para referirse a cualquier sustancia milagrosa o curativa, especialmente aquellas que se vendían como remedios médicos o tónicos. Actualmente, se usa comúnmente para referirse a una solución líquida que se toma por vía oral.

El término elixir fue recogido en el Diccionario de Autoridades de 1732, dándole la siguiente acepción: ‘La sustancia más sutil, interna y específica de cada cuerpo: que es como la esencia de él’.

 

 

Encuentra más curiosidades como esta leyendo otros post de este blog o en mi libro ‘El listo que todo lo sabe ataca de nuevo. Palabras y palabros’

 

 

 

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El curioso origen del término ‘veneno’

A través de mi perfil @curiosisimo (en la red social TikTok), me preguntan cuál es el origen del término ‘veneno’.

El curioso origen del término ‘veneno’

Conocemos como ‘veneno’ a la sustancia que, tras ser ingerida o inoculada, es altamente tóxica y perjudicial para la salud, pudiendo provocar graves enfermedades e incluso la muerte.

Pero en su origen, este término no hacía referencia ese tipo de compuesto, sino que dicho término fue acuñado para denominar así a las pócimas y preparados elaborados para ayudar a subir la libido masculina (lo que también conocemos como ‘afrodisiaco’).

Y es que, antiguamente, el afrodisiaco y el veneno eran exactamente lo mismo, lo único que diferenciaba a ambos términos era que el primero provenía del griego y el segundo del latín.

Etimológicamente, ‘afrodisiaco’ (aphrodisiakós) hacía referencia a ‘Afrodita’, la diosa griega del amor y ‘veneno’ (venēnum) a ‘Venus’, su equivalente en la mitología romana.

Los antiguos alquimistas elaboraban pócimas y sustancias para devolver la vigorosidad sexual a los hombres (no existía lo que conocemos comúnmente como ‘Viagra’) y en el mundo romano se les denomino como ‘venēnum’, mientras que en el griego se les llamaba ‘aphrodisiakós’.

Con el tiempo, el término venēnum acabó sirviendo para denominar a todo tipo de sustancia medicinal que se preparaba en una botica (farmacia) y, curiosamente, a quien lo elaboraba se le conocía como ‘venenario’ (boticario) y así aparece recogido en los primeros diccionarios oficiales de nuestra lengua.

Y siguió transcurriendo el tiempo y el término veneno (venenum) dejó de ser usado para hacer referencia a las sustancias que ayudaban a subir la libido, quedando el vocablo ‘afrodisiaco’ (aphrodisiakós) para tal fin y el otro para todo tipo de medicamento, pócima o sustancia. Ante la toxicidad de algunos preparados se le empezó a añadir una coletilla al término encontrándonos que existía el ‘venenum bonum’ (veneno bueno) y el ‘venenum malum’ (veneno malo).

Fue durante la Edad Media cuando el término veneno (también escrito como ‘venino’) pasó a denominar solamente a las sustancias tóxicas y mortales, mientras que los medicamentos convencionales se les llamó ‘fármaco’ (del latín ‘pharmăcum’ y éste del griego ‘phármakon’).

 

 

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Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [14]

Décimo cuarta entrega de la serie de post dedicados a traer a este blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que, posiblemente, conocías pero con otro nombre distinto.

Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [14]

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.

 

 - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [14]

 

Potorro: Algunas son las personas que utilizan el término ‘potorro’ para referirse, de una manera desenfadada, al órgano sexual femenino, pero en realidad este vocablo es como se conoce, coloquialmente, al ‘salero’.

 

 

Rimero: Es la montaña de cosas colocadas unas sobre otras.

 

 

Dedada: Es aquella porción de algún alimento (como la miel, mermelada, leche condensada, crema de chocolate…) que podemos tomárnosla utilizando el dedo en lugar de una cuchara.

 

 

Gruesa: Este término polisémico, entre las muchas acepciones que tiene (además de la referencia a una persona o cosa grande y corpulenta) también es utilizado para denominar a doce docenas. Es una unidad de medida utilizada sobre todo en ferreterías o mercerías y equivale a 144 piezas (una gruesa de tornillos, una gruesa de botones…).

 

 

Tabaque: Es el cestillo de mimbre utilizado para poner utensilios pequeños, ropa e incluso el canastillo que se coloca en una bicicleta.

 

 

Alunarse: La acción de echarse a perder un alimento (por culpa del moho, porque se ha secado…).

 

 

Bizna: Se trata de la parte no comestible del interior de una nuez, encargada de separar las cuatro partes de este fruto seco.

 

 

Ramonear: Acción de cortar las puntas de las ramas de los árboles.

 

 

Veneficio: Tranquilos, no se me ha colado ninguna errata, esté término se escribe con uve y hace referencia a un hechizo o maleficio. Pero no es el hecho de palabra (como por ejemplo lo que se conoce como ‘echar un mal de ojo’) sino al realizado a través de algún tipo de pócima (lo comúnmente conocido como ‘poción mágica’).

 

 

Liño: Árboles o plantas colocados en línea.

 

 

Cabrilla: Trípode en el que un carpintero coloca una pieza de madera sobre la que tiene que trabajar.

 

 

Regatón: No, no me refiero a la música reggaetón. Este término es con el que se conoce al remache (normalmente de goma) que se coloca en el extremo inferior de los bastones o en las patas de algunas sillas.

 

 

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¿Que te chupe la qué? [Mi charla sobre mitos y venenos en el evento #Naukas16]

¿Que te chupe la qué? [Mi charla en el evento de divulgación científica #Naukas16]

Un año más he vuelto a estar en Bilbao para participar en el mejor evento de divulgación científica que se realiza actualmente y que es conocido como Naukas16.

A las 13 horas salí al escenario para dar la charla titulada ‘¿Que te chupe la qué?’. He de reconocer que el título había despertado mucha expectación y sobre todo tras la que ofrecí el año pasado (Si no soy Curro Jiménez ¿por qué tengo este trabuco?) además de no haber dado ninguna pista a nadie sobre el tema en el que versaría en mi charla de este año.

Y sí, tal y como os estaréis imaginando, mi charla en Naukas16 ha sido sobre ‘venenos’.

¿Que te chupe la qué? [Mi charla en el evento de divulgación científica #Naukas16]Empecé mi intervención con un vídeo en el que estaba representado un viejo y manido chiste en el que una serpiente muerde en los genitales de un muchacho y el amigo al preguntar por teléfono al médico qué es lo que podía hacer éste le dice que chupe y succione el veneno.

A partir de aquí ha comenzado mi charla en la que he tratado este mito tan extendido (tanto en libros de primeros auxilios, webs, o películas). He explicado el inconveniente de hacer esa succión y el motivo sobre el porqué no se debe hacer.

También he hablado de otros animales venenosos, como el escorpión, el ornitorrinco o la avispa de mar (el animal más venenoso del planeta).

¿Que te chupe la qué? [Mi charla en el evento de divulgación científica #Naukas16]De ahí he pasado a hablar de otros tipos de venenos como el cianuro o el arsénico (mención especial para la película ‘Arsénico por compasión), el ántrax (o carbunco), el gas sarín,  la estricnina (que en el siglo XIX dio origen a la expresión ¡Que te den morcilla!), el mercurio (y la enfermedad que provocaba y que era conocida como ‘hidrargirismo’), de la manzana envenenada de Blancanieves y Alan Turing y acabé con un par de anécdotas históricas: la primera sobre Parysatis (madre del rey persa Atarjerjes II) quien envenenó de una manera singular a su nuera Stateira y la segunda (y cierre de la charla) sobre el rey Mitrídates VI y el curioso motivo de llamar ‘mitridato’ al antídoto a algunos venenos.

Acabé la charla (que duró 10 minutos, tiempo establecido por la organización) con una última diapositiva en la que aparecían todas las fuentes de consulta (las tenéis un poco más abajo) mientras sonaba de fondo la canción ‘Dame veneno que quiero morir’ de Los Chunguitos.

La charla se retransmitió en directo por streaming a través de la web de eitb y podéis verla en el siguiente enlace: http://www.eitb.eus/es/divulgacion/naukas-bilbao/videos/detalle/4391088/naukas-bilbao-2016–alfred-lopez/

Por cierto, momentos antes a mi charla tuve la oportunidad (y honor) de fotografiarme junto al astronauta Pedro Duque, quien había sido invitado al evento Naukas16

Alfred López (autor de Ya está el listo que todo lo sabe) y el astronauta Pedro Duque

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El curioso origen de llamar ‘mitridato’ al antídoto a algunos venenos

El curioso origen de llamar ‘mitridato’ al antídoto a algunos venenos

Muchas son las personas que al referirse a algún preparado para combatir los efectos de un veneno utilizan el término ‘mitridato’.

Aunque no es un antídoto que contrarreste la acción de cualquier veneno (y sí algunos específicos), obtuvo su fama y nombre en el siglo I a.C. y hay tras él una curiosa anécdota histórica, ya no solo por los elementos que componen este contraveneno sino en los hechos y personaje que lo hicieron popular.

Uno de los enemigos más importantes que tuvo la Antigua Roma fue Mitrídates VI, soberano del Reino del Ponto (en el Mar Negro). Muchas fueron las ocasiones en las que se intentó asesinar a este rey a través del envenenamiento, motivo por el que buscó una fórmula magistral que lo mantuviera a salvo de cualquier intento de envenenamiento.

Mezclando más de una cincuentena de productos (entre los que se encontraban cosas tan diversas como el opio, el azafrán, aceite, mirra o la pimienta), según cuentan las crónicas, Mitrídates halló el antiveneno perfecto y, por muchas veces que lo intentaron, nunca pudieron acabar con su vida.

Lo anecdótico de la historia (de la que gran parte será leyenda) se encuentra en el momento en que fue derrotado por el general romano Cneo Pompeyo Magno en la conocida como ‘Tercera Guerra Mitridática’ y en la que tras la misma el propio Mitrídates VI decidió quitarse la vida con el fin de evitar ser apresado por su enemigo y no se le ocurrió otro modo que suicidarse que tomando veneno. Pero su organismo ya estaba inmunizado por la gran cantidad de antídoto que había ingerido a lo largo de su vida, por lo que finalmente tuvo que optar por pedir a uno de los oficiales de su ejército que le contara la cabeza con su espada.

La efectividad y fama del mitridato fue tal que durante largo tiempo se estuvo utilizando en medicina como remedio contra la peste, las fiebres malignas y las mordeduras de los animales venenosos (tal y como indica la acepción del Diccionario de la Rae).

 

 

Lee y disfruta de más anécdotas e historias curiosas como esta en el apartado Anecdotario de este blog

 

 

 

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