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¿Desde cuándo la estatua del ‘Oso y el Madroño’ representa a la ciudad de Madrid?

La estatua del Oso y el Madroño, ubicada en la emblemática Puerta del Sol de Madrid, se erige como un símbolo representativo de la ciudad. Creada por Antonio Navarro Santafé y erigida el 10 de enero de 1967, esta imponente escultura de piedra y bronce pesa alrededor de 20 toneladas y se eleva 4 metros sobre un pedestal de granito.

¿Desde cuándo la estatua del ‘Oso y el Madroño’ representa a la ciudad de Madrid?

Este icónico monumento, que refleja un oso realista apoyando sus manos en un madroño, simboliza las armas heráldicas de Madrid. La iniciativa para su creación surgió de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, con un coste de 200.000 pesetas.

A pesar de su arraigo en la historia y la identidad de Madrid, algunos expertos sostienen que la representación del oso y el madroño podría, en realidad, ser una osa. La presencia de la osa en el escudo se vincula con las siete estrellas de la constelación de la Osa Mayor, aunque la razón detrás del cambio de género del animal a lo largo de la historia permanece incierta.

Desde el siglo XIII, las armas del oso y el madroño en el escudo de Madrid han simbolizado un acuerdo histórico sobre la propiedad de tierras. A lo largo de los años, la estatua ha experimentado varios cambios de ubicación en la Puerta del Sol debido a renovaciones en la plaza, incluyendo un traslado en 2023 al extremo oriental de la misma.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

Cuando a Lord Byron se le ocurrió llevar un oso como mascota a la universidad

Cuando a Lord Byron se le ocurrió llevar un oso como mascota a la universidadA lo largo de su corta vida (falleció a los 36 años de edad) el poeta George Gordon Byron, mundialmente conocido como ‘Lord Byron’, se comportó de una manera inconformista, excéntrica, polémica, licenciosa y, sobre todo, muy poco convencional.

Su complejo carácter iba acompañado de una singular genialidad que lo dotaba de una destacable personalidad allá donde se encontraba. Era tal su ingenio que consiguió convertir una evidente cojera, que padecía desde su nacimiento, en una característica forma de caminar que le proporcionaba cierto aire distinguido.

Amó las juergas, las mujeres, la buena vida y la controversia, pero si hay algo por lo que sintió amor por encima de todo fue por los animales. Durante toda su vida se rodeó de todo tipo de animales que iba adoptando como mascotas, entre ellos gatos, monos, loros, zorros, un águila, halcón, cuervo, tejón, perros y un oso.

A pesar de que a la mascota que más quiso fue un perro al que llamó ‘Boatswain’ y al que lloró lo impensable cuando el animal falleció (pidió ser enterrado junto a su fiel amigo), una de las anécdotas más sorprendentes de Lord Byron tuvo lugar durante sus años de juventud, concretamente cuando en 1805 ingresó como estudiante en el prestigioso Trinity College de Cambridge.

Allí se encontró con que las estrictas normas de la institución indicaban que no se le permitía llevar como mascota a su querido perro, algo que le enfureció pero que al mismo tiempo despertó su ingenio: se le ocurrió adquirir un oso amaestrado a un circo ambulante y presentarse con el plantígrado a la facultad.

Los responsables del centro educativo se opusieron a que Byron fuese acompañado por tal animal, pero el joven les ganó la partida al demostrar que en ninguno de los puntos del estatuto del college indicaba que estuviese prohibido llevar como animal de compañía a un oso, por lo que no les quedó más remedio que aceptar que se pasease por los jardines llevándolo atado con una cadena al cuello.

 

 

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Fuentes de consulta: cambridgehistorian / historyextra / Trinity College Cambridge
Fuente de la imagen: Alaska S. Kellum (con expresa autorización de la ilustradora)