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Media docena de términos que hacen referencia a una persona ordinaria y vulgar

El rico idioma español nos permite tener numerosos sinónimos de casi todos los términos, pudiendo utilizar diferentes palabras para referirnos a una misma cosa o persona. En este post os traigo media docena que hacen referencia a alguien ordinaria y vulgar:

Media docena de términos que hacen referencia a una persona ordinaria y vulgar

Basto. Persona tosca, sin refinamiento y pocos modales. De etimología algo discutida, algunos expertos indican que el término proviene de bastum, en referencia a un palo de madera, y otros, entre ellos el Diccionario de la lengua española, opinan que se origina a partir de bastar y este del latín vulgar  bastare, cuyo significado es ‘abastecido’.

Burdo. Tosco, grosero, basto. Proviene del latín medieval burdus, término utilizado para referirse al  bastardo (hijo nacido fuera del matrimonio) y también a aquellas plantas que brotaban sin haber sido cultivadas o injertadas. Curiosamente, de ese mismo vocablo surgió  borde, que se aplica a una persona que se comporta de manera antipática, desagradable o impertinentemente.

Cateto. Referido a aquel que proviene de un pueblo (entorno rural) o no tiene estudios y se comporta de forma tosca o vulgar. Su etimología es ampliamente discutida y no existe consenso alguno sobre su origen, motivo por el que así se indica en la práctica totalidad de los diccionarios.

Paleto. Dicho despectivamente de una persona poco refinada o rústica. Se utiliza como sinónimo de  cateto. Su etimología es bastante discutida y, como en otros casos, hay dos orígenes posibles. Por una parte, hay quien opina que proviene del término paleta, que hace referencia al utensilio de forma triangular y mango de madera utilizado por los albañiles. Otros señalan que su procedencia es el vocablo pala (instrumento para cavar la tierra).

Palurdo. Persona rústica e ignorante. Es sinónima de los términos anteriores y etimológicamente llegó al castellano desde el francés balourd, cuyo significado literal es ‘hombre grosero, tosco o estúpido’.

Tosco. Alguien de escasa educación o refinamiento. Término surgido en tiempos de la Antigua Roma, se conocía como tuscus (forma latina de toscos) a los habitantes del Vicus tuscus, ‘barrio etrusco’, en el que vivían las clases más bajas de la sociedad romana.

 

 

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Fuente de la imagen: freesvg

¿De dónde surge llamar ‘tosco’ a alguien de escasa educación o refinamiento?

En la Antigua Roma numerosos fueron los pueblos y culturas que migraron hasta la que se convirtió en la próspera capital del imperio. Muchos eran los barrios que se crearon y poblaron con esos nuevos habitantes y uno de ellos fue el denominado ‘Vicus tuscus’ (cuya traducción literal era ‘Barrio etrusco’).

¿De dónde surge llamar ‘tosco’ a alguien de escasa educación o refinamiento?

El Vicus tuscus se convirtió en un lugar de obligado paso para muchísimas personas que iban desde el Foro Romano hasta el Circo Máximo los días que se realizaban espectáculos o sacrificios, por lo que aparecieron todo tipo de negocios callejeros, entre los que se encontraba la prostitución masculina (que, según el escritor romano Tito Maccio Plauto, se ejerció en aquellas calles).

Esto propició que el barrio etrusco (Vicus tuscus) fuese frecuentado por todo tipo de personas pero, especialmente, de las clases más bajas, por lo que no se tardó en generalizar y nombrar a aquel tipo de hombres con el topónimo del barrio: ‘tuscus’ (toscos).

 

 

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Fuente de la imagen: carolemage (Flickr)

¿Cuál es el origen etimológico del término ‘divulgación’?

Se conoce como ‘divulgación’ al acto de poner al alcance de todo el mundo cualquier conocimiento.

¿Cuál es el origen etimológico del término ‘divulgación’?

Su etimología nos lleva hacia el término ‘divulgar’ y al origen latino de este: ‘divulgāre’, el cual significaba literalmente ‘decir, enseñar al vulgo’; teniendo en cuenta que el vocablo ‘vulgo’ era utilizado en la antigüedad para designar al pueblo llano.

De hecho, cuando el papa Damaso I encargó en el año 382 d.C. a Jerónimo de Estridón que realizase una traducción de las Sagradas Escrituras del hebreo a un latín que pudiese ser entendido por el vulgo, esta recibió el nombre de Biblia Vulgata.

Cabe destacar que en su origen (y hasta no hace demasiado tiempo) era más común encontrar la referencia al término divulgación en la forma ‘vulgarización’ (por ejemplo, la ‘divulgación científica’ era nombrada como ‘vulgarización científica’).

Así pues, el hecho de hacer llegar a las personas vulgares (conjunto de la gente popular, habitantes del pueblo) un conocimiento dio lugar a denominar de ese modo a la enseñanza.

Con el paso del tiempo, tras tomar un carácter negativo el término ‘vulgar’ (relacionando el vocablo con personas incultas o de clases más bajas) éste acabó convirtiéndose en sinónimo de algo ordinario, simple, chabacano, corriente… por lo que la palabra con la que se referían a la enseñanza de conocimiento pasó de ‘vulgarizar’ a ‘divulgación’ tal y como la conocemos y utilizamos actualmente.

 

 

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Fuente de la imagen: Jordi Picart (TEDx Andorra la Vella)
Post realizado a raíz de un tuit de @MarAbad

¿De dónde surge llamar ‘chabacano’ a aquel que se comporta de manera ordinaria o grosera?

¿De dónde surge llamar ‘chabacano’ a aquel que se comporta de marea ordinaria o grosera?

De entre todos los sinónimos que podemos usar para referirnos a aquellas personas que se comportan de una manera ordinaria, grosera y con mal gusto encontramos el término ‘chabacano’.

Posiblemente hoy en día su uso no está tan extendido como hace un siglo atrás, pero detrás de su origen hay una curiosa historia que se remonta al siglo XVII, en la época en la que España tenía repartidas por el planeta algunas importantes colonias. Una de ellas eran las islas Filipinas y fue en ese lugar en donde surgió el llamar chabacano a lo vulgar.

Durante la primera mitad de 1600, el imperio Español trasladó hasta el sur de Filipinas un gran número de trabajadores de habla hispana, siendo muchos de ellos originarios de lo que hoy conocemos como América Latina (sobre todo mano de obra proveniente de México).

Con la llegada de los nuevos pobladores y al mezclarse con los filipinos autóctonos surgió con los años un dialecto que carecía de cualquier regla gramatical y que era el resultado de haber mezclado numerosas palabras de ambas lenguas.

Esta peculiar forma de hablar acabó siendo conocida como ‘lengua chabacana’ (la mayoría de expertos apuntan que derivó de los términos chavo y chaval y en otras lenguas se refieren a este dialecto como ‘chavacano’) y al ser utilizada mayoritariamente por personas que carecían de estudios o cultura alguna (la casi totalidad de los lugareños, así como los nuevos pobladores y los soldados que allí servían eran analfabetos) poco se tardó en convertirse en un sinónimo de ‘grosero’ o ‘mal gusto’ a aquellos que se comunicaban a través de esa nueva lengua criolla y que se extendió, sobre todo, por el sur de las Filipinas.

 

 

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Fuente de la imagen:  Captura Youtube

¿De dónde surge llamar ‘hortera’ al que viste de una manera vulgar y con mal gusto?

¿De dónde surge llamar ‘hortera’ al que viste de una manera vulgar y con mal gusto?Todos conocemos o hemos visto alguna vez (y más de una) a algún ‘hortera’, esos personajes que no destacan precisamente por su buen gusto a la hora de vestir y combinar las prendas y colores, van sobrecargados de complementos y además pueden comportarse, en algunas ocasiones, de una manera algo vulgar y fuera de lugar en encuentros y reuniones con otras personas.

Esta es la descripción de hortera que todos conocemos y a pesar de que parezca un neologismo, que ha surgido desde hace unas cuantas décadas, en realidad se trata de un término que ya se utilizaba desde hace varios siglos.

Hasta nuestros días ha llegado a través del modo en que se llamó a partir del siglo XVII a los jóvenes que trabajaban como dependientes en las farmacias (conocidos como mancebos) o las mercerías de Madrid. Éstos, que solían ser de clase baja y recibían unos salarios ínfimos, precisamente no brillaban por su buen gusto a la hora de vestir, ya que acostumbraban a llevar ropas viejas y frecuentemente estropeadas.

Pero el hecho de que se conociera a estos dependientes como ‘horteras’ no era por su forma de vestir, sino porque utilizaban para mezclar los diferentes ingredientes al realizar las recetas y fórmulas magistrales un cuenco de madera llamado precisamente ‘hortera’.

Así fue como se relacionó a esos jóvenes empleados con este término, generalizándose con el tiempo para llamar primero así a todos los aprendices y/o mozos que trabajaban como dependientes o recaderos en otros comercios también (a partir de mediados del siglo XIX ya estaba muy extendido el mote) y finalmente usarse con todas aquellas personas que van vestidas de una manera vulgar, chabacana o con mal gusto.

Cabe destacar que, erróneamente, alguna fuente indica que el hecho de llamar hortera a los dependientes era porque trabajaban repartiendo hortalizas en las verdulerías, pero este supuesto origen está descartado por los principales lingüistas y expertos en etimología.

Para encontrar el origen etimológico de hortera (el cuenco de madera), aunque es incierto, posiblemente podríamos encontrarlo en la palabra en latín ‘offertoria’ (patena en la que se depositan las hostias de misa), de ahí evolucionó hasta hortera pasando por los términos fortoria, fortuera y fortera, está última también utilizada en castellano, en el siglo XI, para referirse a una escudilla o vasija de metal.

 

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Fuentes de consulta: Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes de Esteban Terreros / Breve diccionario etimológico de la lengua castellana de Joan Corominas / Inventario general de insultos de Pancracio Celdrán / etimologias.dechile
Fuente de la imagen: guatman (Flickr)