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Algunos datos que te interesa saber si eres mujer y quieres donar sangre

Desde 2014, cuando llega la tercera semana del mes de enero, vengo publicando un post solidario con el fin de ayudar a mis amigos del Banc de Sang i Teixits, quienes ponen en marcha una maratón de donaciones de sangre con el fin de volver a recuperar los niveles de reserva óptimos que descienden vertiginosamente tras el periodo navideño.

Esta campaña, que está en marcha entre el 11 y el 18 de enero, lleva el nombre genérico de #MaratoDonantsCAT, aunque en esta ocasión también se están utilizando, entre otras, las etiquetas #sangfluencer y #bloodfluencer con el fin de que los donantes utilicen su influencia en las redes sociales (ya sea mucha o poca) y atraigan un mayor número de donaciones gracias a compartir y dar visibilidad a este hermoso acto de solidaridad y generosidad.

Algunos datos que te interesa saber si eres mujer y quieres donar sangre

Cada año trato de aportar mi granito de arena publicando algún post relacionado con el mundo de la sangre y las donaciones (al pie de esta entrada encontrareis los enlaces a las publicaciones de los años anteriores).

En esta ocasión he querido traer algunos datos importantes que te interesará saber si eres mujer y tienes pensado donar sangre (ya sea la primera vez o lo vas a hacer después de muchos años).

El hecho de que haya elegido este tema es porque buscando info sobre las donaciones me he dado cuenta que por internet circula a menudo mucha desinformación al respecto y que es frecuente encontrarse con páginas, blogs, foros o perfiles en redes sociales con datos inexactos, advertencias erróneas o consejos sobre las donaciones realizadas por las mujeres que nada tienen que ver con lo que realmente se dice desde las instituciones oficiales de donaciones.

Uno de los errores  más frecuentes que se comparte es sobre el que advierte que si se está menstruando no se puede donar sangre; algo que es totalmente FALSO ya que se trata de uno más de los muchísimos mitos que existen alrededor de la menstruación y la estigmatización que hay con ella desde la antigüedad.

Si has dado a luz recientemente y estás amamantando a tu hijo, también puedes donar sangre pero debes hacerlo a partir del sexto mes después del parto.

También te puede interesar saber que puedes ser altamente solidaria en el momento de dar a luz al donar la sangre del cordón umbilical, ya que esa sangre contiene elementos (células madre) capaces de generar células sanguíneas en cantidades adecuadas y puede ser utilizada para trasplantes, como ayudar a curar la leucemia y otros tipos de cáncer tanto de niños como de adultos.

Pero, evidentemente, también existen algunas restricciones a la hora de donar si se da alguno de los siguientes casos:

No puedes donar sangre durante el embarazo. Tampoco si tu peso está por debajo de los 50 kilos o padeces de anemia. En caso de que ésta sea leve lo que SÍ puedes donar es plasma (a través de la técnica conocida como plasmaféresis).

Según las estadísticas, hay un mayor número de mujeres donantes respecto a los hombres (un 20% más) y la edad de éstas se sitúa entre los 18 y los 25 años.

Puedes donar sangre hasta tres veces al año y la edad límite para hacerlo es a los 70 años.

 

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Fuente de consulta: Banc de Sang i Teixits
La imagen pertenece a mi amiga e ilustradora Marta Contreras y ha sido descargada de la cuenta en Flickr del Banc de Sang i Teixits

Destripando mitos: La mayonesa no se corta ni las flores se marchitan por estar menstruando

Destripando mitos: La mayonesa no se corta ni las flores se marchitan por estar menstruando

La mayoría de los mitos que existen están relacionados con algún aspecto de la salud y es, quizás, el hecho de que desde la antigüedad ya preocupaba todo lo que estaba implicado con la anatomía humana (aunque todavía no se tenía un conocimiento tan exacto en multitud de temas como hoy en día se tiene) lo que provocó que surgieran innumerables invenciones y estúpidos consejos que advertían de lo insalubre o perjudicial que podría resultar realizar ciertas actividades… quién no ha escuchado alguna vez que si te tragas un chicle  tarda siete años en digerirse, la advertencia sobre lo peligroso que es dormir en una habitación con plantas, que dar azúcar a los niños los vuelve hiperactivos o que si te das un baño después de comer puede darte un corte de digestión

Entre mis recuerdos de infancia y adolescencia están las muchas veces que escuché a mi madre y abuela advertir a mis hermanas sobre el peligro de bañarse durante los días que tenían la regla e incluso que tampoco debían lavarse el cabello (afortunadamente, mis hermanas jamás hicieron caso a esos avisos).

Y es que alrededor de la menstruación existen infinidad de mitos que advierten de lo peligroso que puede ser realizar según qué actividades e incluso absurdas teorías sobre lo que se puede hacer o no, debido a que, según se creía desde la antigüedad (y hay quien todavía los cree) la mujer durante los días de periodo irradiaba influjos y toxinas que perjudicaba a las plantas, alimentos e incluso que podían hacer enfermar a los animales de compañía.

Durante muchísimos años las mujeres se han visto privadas de poder realizar cosas tan cotidianas como trasplantar una maceta o regar unas flores ante el temor de que éstas marchitaran. O tal y como cito en el título del post: el hecho de que la mayonesa se corta si se realiza durante los días de menstruación es un mito que todavía hoy sigue muy presente en nuestra sociedad.

¿De dónde surge el mito que indica que durante la menstruación si se hace mayonesa ésta se cortará?No existe ni una sola evidencia científica que asegure que por el solo hecho de estar menstruando se vaya a cortar la mayonesa. Es un mito sin fundamento alguno que lleva arrastrándose durante demasiado tiempo. La mayonesa es una salsa en la que se debe emulsionar dos elementos bien diststintos: el aceite y el huevo. Si batiésemos por un lado un huevo (que es acuoso) y le echásemos un chorro de aceite podríamos comprobar como el segundo ‘flota’ sobre el primero sin llegar a mezclarse (como ocurre cuando intentamos mezclar aceite y agua). Es a través de batir ambos elementos juntos, mientras se va echando el aceite poco a poco y el huevo está a temperatura ambiente, lo que hará que emulsionen perfectamente y den como resultado una riquísima y cremosa mayonesa. Pero hay infinidad de motivos por el que una salsa mayonesa se nos pueda cortar cuando la estamos haciendo (y nada tienen que ver con la menstruación, ya que a mí mismo me ha ocurrido bastantes veces): echar el aceite muy deprisa, que el huevo esté recién sacado de la nevera o todavía esté frío, que la batidora tenga más revoluciones de las que se necesitan para la emulsión, que el recipiente tenga restos de otro líquido o elemento, que no batamos demasiado rápido (si lo hacemos a mano con unas varillas), etc. Infinidad son las posibles causas que provocarían que, a cualquier persona, se le corte una mayonesa. Seguro que entre las lectoras de este post debe haber docenas de ellas que han realizado una mayonesa durante el periodo menstrual y nunca se le ha cortado. Simplemente no debemos hacer caso a este tipo de absurdas creencias.

Pero, evidentemente, esas invenciones y mitos alrededor de la menstruación no han surgido de la nada y hay un origen y un cuándo se originaron. En este caso debemos viajar hacia atrás un par de milenios para encontrarnos los primeros escritos en los que se advertía (sin fundamento alguno) de los peligros que rodeaban a las mujeres que estaban menstruando.

Por ejemplo, en el siglo I d.C., Plinio el Viejo dedicó un capítulo a la menstruación en su ‘Naturalis historia’ (concretamente en el Libro XXVIII) en el que indica lo siguiente:

[…] El contacto con el flujo mensual de la mujer amarga el vino nuevo, hace que las cosechas se marchiten, mata los injertos, seca semillas en los jardines, causa que las frutas se caigan de los árboles, opaca la superficie de los espejos, embota el filo del acero y el destello del marfil, mata abejas, enmohece el hierro y el bronce, y causa un terrible mal olor en el ambiente. Los perros que prueban la sangre se vuelven locos, y su mordedura se vuelve venenosa como las de la rabia. El Mar Muerto, espeso por la sal, no puede separarse excepto por un hilo empapado en el venenoso fluido de la sangre menstrual. Un hilo de un vestido infectado es suficiente. El lino, cuando lo toca la mujer mientras lo hierve y lava en agua, se vuelve negro. Tan mágico es el poder de las mujeres durante sus períodos menstruales, que se dice que lluvias de granizo y remolinos son ahuyentados si el fluido menstrual es expuesto al golpe de un rayo […]

En el Antiguo Testamento también podemos encontrar en el Levítico 15:19-30 algunas ‘joyitas’ como las siguientes:

[…]La mujer que padece un derrame, tratándose de su sangre, permanecerá en su impureza por espacio de siete días. Quien la toque será impuro hasta la tarde. Todo aquello en que se acueste durante su impureza quedará impuro, lo mismo que todo aquello sobre lo que se siente. Quien toque su cama lavará sus vestidos y permanecerá impuro hasta la tarde. Quien toque un mueble cualquiera sobre el que ella se haya sentado, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. Quien toque algo que esté puesto sobre el techo o sobre el mueble donde ella se sienta quedará impuro hasta la tarde. Una vez que sane de su derrame, contará siete días quedando después pura. Al octavo día tomará para sí dos tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas. Éste los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto y hará el rito de absolución por ella ante Yavé, por el derrame que la hacía impura […]

En la Edad Media encontramos que entre el siglo XIII y XIV apareció el tratado de medicina ‘De Secretis Mulierum’ (atribuido al filósofo y estudioso de la ciencia Albertus Magnus, nacido en Baviera) y en el que también soltaba algunas perlas acerca de las mujeres y la menstruación como:

[…] Las mujeres que menstrúan emiten humos nocivos que envenenarán los ojos de los niños que yacen en sus cunas de un solo vistazo. Los niños concebidos por mujeres que están menstruando tienden a tener epilepsia y lepra porque la materia menstrual es extremadamente venenosa [….]

En base a lo que indicó Plinio el Viejo, así como lo que ponía en el Levítico, el tratado De Secretis Mulierum (y otros escritos del estilo), durante decenas de siglos se tomó como referencia lo que decían y se estigmatizó a la mujer que menstruaba.

¿De dónde surge el mito que indica que durante la menstruación si se hace mayonesa ésta se cortará?Pero una vez iniciado el siglo XX y cuando viejos mitos deberían haber sido desterrados, gracias a los avances que se hizo en la medicina durante la segunda mitad de 1800, a Béla Schick, médico de cierta relevancia que dirigía el departamento de pediatría del hospital Monte Sinaí de Nueva York durante la década de 1920, se le ocurrió asociar el hecho de que cuando alguien llevaba un ramo de flores al hospital y era cogido por una de sus enfermadas, si ésta estaba menstruando las flores marchitaban antes.

Ello lo achacó a la ‘menotoxina’, unas supuestas sustancias tóxicas que, según él, se expulsan durante la menstruación y que eran las causantes de marchitar las flores pero también de perjudicar el proceso de la levadura y la fermentación de ésta, agriar el vino, la cerveza y un buen número de alimentos (entre ellos cortar la mencionada mayonesa)

En base a esta hipótesis, sin fundamento científico alguno, otros médicos se pusieron a estudiar sobre el influjo negativo de la mujer durante sus días de menstruación a lo largo del siglo XX y aunque ninguno de ellos pudo demostrar que fuera cierto (todo lo contrario, hubo quien desestimó por completo la absurda teoría de la menotoxina) el mito ya estaba muy instalado en la sociedad, por lo que generación tras generación infinidad han sido las personas que lo han dado por bueno.

 

 

Lee y descubre más historias como esta en el apartado ‘Destripando Mitos’

 

 

Fuentes de consulta: womenpriests / mum / BBC / uchicago / scientificamerican / brepols / bitnavegante / sexomandamiento
Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / pixabay

¿Por qué a algunas mujeres se les sincroniza el ciclo menstrual?

Dos seguidoras de este blog y de la página en Facebook, Eva y Esther me hacen llegar una consulta sobre el porqué a algunas mujeres que conviven, estudian o trabajan juntas se les acaba sincronizando el ciclo menstrual.

A pesar de los avances que ha desarrollado la ciencia, el estudio que más validez tiene de cara a la profesión médica y científica, sobre la  sincronización menstrual, es el que realizó la psicóloga estadounidense Martha McClintock y que fue publicado en  1971 por la revista Nature.

Según esos estudios, las causantes directas del “Efecto McClintock” o “Regulación Social de la Ovulación” son las feromonas. Estas sustancias químicas que segrega nuestro cuerpo y que están estrechamente relacionadas con la sexualidad y la reproducción, tienen unos efectos directos sobre los individuos de nuestro alrededor, provocando que varias mujeres que habitan en una misma casa o pasan muchas horas de su día a día juntas, acaben teniendo al mismo tiempo la menstruación

Las feromonas son secretadas a través de la orina o el sudor (del pubis y las axilas), pero el sentido del olfato humano no está tan desarrollado como el de los animales, por lo que no ‘olemos’ esas sustancias que ha expelido alguien que tenemos cerca de nosotros, pero sin embargo sí que somos capaces de detectarlas involuntariamente y sin darnos apenas cuenta.

Ello provoca que nos sintamos más atraídos o menos por alguien simplemente por las feromonas que desprende y nuestro organismo ha detectado. En el caso de las mujeres que conviven (dejando aparte cualquier componente sexual y/o sentimental), las feromonas hacen que empaticen entre ellas, consiguiendo que se regule sus ciclos menstruales de tal modo que los hace coincidir. Eso sí, esta  sincronización necesita un tiempo de convivencia y una relación estrecha entre esas hembras, predominando el ciclo ovulatorio de una sobre las demás y siendo la regla de éstas la que se ajusta para, finalmente, acabar coincidiendo al cabo de unos meses.

Cabe destacar que,  a pesar de los años transcurridos y la cantidad de estudios realizados sobre el tema, no se ha podido dar una explicación del porqué las feromonas influyen en esta sincronización.

La importancia del estudio realizado por Martha McClintock ayudó a que una importante parte del mundo científico aceptara la existencia de las feromonas en los seres humanos, algo que hasta entonces se creía que solo existía en los animales, aunque actualmente aun no se sabe con certeza cómo se producen o qué glándulas son las encargadas de producirlas.

Evidentemente hay voces discordantes con las conclusiones McClintock y sitúan el hecho de la sincronización menstrual más cerca de las llamadas “leyendas urbanas” y en caso de ser provocada por algún tipo de hormona sería por aquellas que se liberan a través del hipotálamo, una glándula endocrina que es la parte del encéfalo encargada de regular los ciclos menstruales (entre otras cosas), y señalan como causas de la posible sincronización (en caso de existir) al entorno compartido, número de horas de luz recibida y misma temperatura ambiental.

 

Lee y descubre en este blog más posts con Curiosidades de ciencia

 

 

Fuentes de consulta: medtempus / mum / nature / rtve